La muerte, otra vez la muerte, se vistió de negro para apoderarse de los “sin papeles”. Nadar desesperadamente, hasta sin saber hacerlo, como puro instinto de supervivencia. Cruzar la frontera imaginaria que les impone un frío mar Mediterráneo mientras amanece el 6 de febrero, no fue suficiente para sentirse a salvo.
Suman 15 los cadáveres que perecieron en las costas de Ceuta. Quince personas, inmigrantes sin papeles, sí, pero ante todo personas.
El mango del sartén está tan caliente que quema. Así como hace unos meses, el aceite caliente le saltó a Lampedusa, la pequeña isla italiana ubicada al sur de Sicilia, ahora volvió a quemar en España, más precisamente en Ceuta. Una ciudad autónoma de España, situada en la frontera norte de Marruecos, en el continente africano.
Tras las muertes, los cuestionamientos. Varios videos realizados por aficionados, comenzaron a circular por las redes sociales, de los que se hicieron eco los medios de comunicación. Saltaron las alarmas cuando los videos, testigos de lo que estaba pasando en la playa del Tarajal, mostraban que varios de los inmigrantes llegados a nado, eran rodeados por los agentes de la Guardia Civil, evitando el avance de ellos hasta la playa española.
A día de hoy, hay algo que no está claro. Aunque de lo que no cabe dudas es que 15 inmigrantes murieron en el intento. Pero cómo murieron, es lo que no se puede asegurar. Ninguno de los informes que elaboró la Guardia Civil explica cómo fueron las muertes, ni si ocurrieron ese día mismo día ya que los cuerpos no aparecieron esa misma madrugada, ni al día siguiente, sino pasadas las 48 horas.
Los videos, muestran el intento de los agentes de tierra de frenar el avance de los inmigrantes. Unos 23, que avanzaban nadando y flotando como medianamente podían. Las balas de goma lanzadas al agua, parecen mantener controlados a aquellos que, aguantando el peso de la ropa mojada, no podían arribar a la playa tal y como ellos probablemente lo habían ideado.
¿Quién dio la orden para disparar?
Cómo obraron las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, es lo que la sociedad civil, los partidos políticos de la oposición, las organizaciones no gubernamentales, quieren saber. Así como de si esta acción “disuasoria” que se está utilizando contra la inmigración irregular, ha sido la adecuada.
Las organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional no tardaron en reclamar una investigación independiente, efectiva y exhaustiva. “Esta pérdida de vidas es terrible, y las autoridades españolas deben decir la verdad sobre lo ocurrido, sobre todo teniendo en cuenta que la versión del ministro se contradice de las declaraciones oficiales previas”, ha declarado, Jezerca Tigani, directora adjunta del Programa de Amnistía Internacional para Europa y Asia Central hecho público en el portal web de la ONG.
Pero es que Europa también requiere respuestas, la propia Comisaria europea de interior, Cecilia Maltröm declaró en su cuenta personal de Twitter: “Muy preocupada por si la policía de fronteras españolas utilizó balas de goma para disuadir a los inmigrantes en Ceuta. Espero aclaraciones de la autoridades”.
Las respuestas deben salir sin evasivas. Europa mira con detenimiento a sus Estados. Aunque a veces las amenazas de sancionar a sus socios por vulneración de las leyes europeas, sólo quede en una declaración de intenciones.
A principios de diciembre del año pasado, Malström también manifestó su desacuerdo una vez que se hizo público que el Ministerio de Interior había permitido la instalación de unas cuchillas encima de la valla de 12 kilómetros de largo que separa a Melilla (ciudad autómona española situada en el norte de África, a orillas del mar Mediterráneo) con el territorio marroquí. Tras reunirse con el Ministro de Interior, la Comisión europea admitió que los Estados miembros tienen las competencias para gestionar sus fronteras y que no disponían de indicios de que España hubiera violado la ley europea, habrá que ver si tras lo ocurrido en Ceuta, Malströn opina lo mismo.
Ahora habrá que esperar la resolución de la Justicia. Todo el material ha sido entregado a la jueza de Ceuta encargada de esclarecer la causa.
Ayer, 20 de febrero, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se reunió en París (Francia) con su homólogo marroquí, Mohamed Hassad, para tratar los acontecimientos ocurridos en la frontera de Marruecos con Ceuta. En el comunicado oficial destacan las medidas que ambos ministros han tomado, en donde se hace patente la decisión de “articular un mecanismo coordinado por el que se procedería a la inmediata devolución de quienes entren de forma violenta o flagrante en Ceuta y Melilla”.
Esto es a las claras, lo que se denomina las “devoluciones en caliente”, de la que en un “primer paso ya estaría dado a través del Acuerdo de Readmisión hispano-marroquí de 1992 actualmente en vigor”, destaca la nota de prensa oficial. Aunque para ello deberá modificarse la actual Ley de Extranjería, que establece que el inmigrante que entra de forma irregular tiene derecho a un abogado, a un traductor y a un recurso administrativo.
En Melilla, concertinas
Melilla, la otra ciudad autónoma española fronteriza con Marruecos separada por una valla de 12 kilómetros abarrotada de concertinas (un tipo de alambre de
cuchillas fabricado en grandes bobinas que se pueden expandir como un bandoneón) también ha recibido esta semana unos 150 inmigrantes de origen subsahariano, la mayoría ellos provenientes de Camerún. Lo intentaron 250, pero cien quedaron en el lado marroquí bajo custodia de las fuerzas de seguridad de ese país.
Y aunque concertina, no viene de concierto, los vítores de los 150 inmigrantes, parecían celebrar como el sueño se había cumplido. Estaban pisando territorio europeo, a través del español. Ahora, lo que cabe preguntar es, si ellos son conscientes que serán retornados a territorio marroquí mal que les pese.
“Gran parte de los inmigrantes, una vez rebasaron la valla, se dirigió conjuntamente hacia el CETI, coreando cánticos y consignas de victoria. Una vez allí, tumbaron la verja de acceso de vehículos rodados, al intentar entrar prácticamente al unísono al Centro de Estancia Temporal, haciendo uso de la fuerza”, puede leerse en la nota de prensa de la Delegación de Gobierno melillense.
Y es que utilizan la violencia si hace falta porque se juegan todo en un salto. Allí no cuentan las medallas de oro, plata y bronce como los atletas de los juegos de invierno de Sochi, allí no hay records que superar, no son los juegos olímpicos, es la vida misma la que está en juego.
El mismo comunicado resalta “el Delegado del Gobierno reitera que las mafias dirigen los asaltos masivos a la valla y el acceso forzado de inmigrantes a Melilla, creando situaciones dramáticas, cuando no, utilizando peligrosamente como escudo a niños y mujeres embarazadas”. Se dice, se afirma, se generaliza, pero no se ataca el problema de fondo, actuar contra el crimen organizado de las mafias, ¿quién le pone el cascabel al gato?