La niña Nayelly, desapareció en México el 1 de abril de este año. Ella es colombiana, pero por diversas cuestiones se mudó, junto a su familia, a México. Su madre, Luz Marina, pide ayuda desesperadamente tanto a las autoridades colombianas como a las mexicanas, pero no obtiene suficientes respuestas. A continuación te invitamos a que te interiorices con este caso desgarrador. Hasta el día de hoy la niña sigue sin aparecer.
Luz Marina, madre de dos hijos de origen colombiano, vive en México desde hace 14 años. Llegaron a la Colonia Santo Domingo Coyoacán luego de emigrar de su país por motivos de salud (enfrentar la enfermedad de su hijo mayor, ya que en Colombia no le podían dar el apoyo médico que necesitaba). ¿Qué no hace un padre por sus hijos? Le comentaron que en México podría recibir tratamiento, y dejando todo atrás, casa, familia y trabajo se trasladaron hasta allí para recibir el tratamiento adecuado. Por suerte la salud de su hijo mejoró.
Luz Marina se abrió paso en México como comerciante, viajando de Estado en Estado ofreciendo las artesanías de su país natal. Así pasaron varios años, sus hijos dejaron de ser niños para pasar a la siguiente etapa de la vida, donde ya a punto de cumplir la mayoría de edad y pidiendo el apoyo que podrían darle, sus hijos llegaron a la decisión familiar de que su hija, aparte de seguir estudiando la preparatoria, podría ayudarle con los gastos en casa.
Luz Marina buscó trabajo para ella y su hija, Nayelly Drisdell, con la intención de que la joven no se sintiera sola. La madre confirmó su cita de trabajo para el 1 de abril a las 9:00 hs, mientras que la cita laboral de Nayelly sería dos horas más tarde en otro punto de la ciudad. La joven nunca andaba sola, siempre era acompañada por su hermano, pero eso día fue la excepción. Su hermano contó que Nayelly salió con premura a su entrevista laboral porque se le estaba haciendo tarde.
Luz Marina regresó a su casa alrededor de la 13:00 hs confiada de que Nayelly ya no tardaría en arribar al hogar. Esperó, pero al darse cuenta que pasaban las horas llamó a la joven por teléfono. Le preguntó dónde estaba, pero ella solo le contestó en voz baja que en un rato más le llamaba. Pensando que estaría siendo inoportuna porque podría estar en la entrevista de trabajo dejó pasar más tiempo. Pero algo en su corazón de madre le avisó que algo andaba mal ya que nunca se pudo comunicar con ella. Esperó un tiempo razonable y pensó que su hija tiene amigos y conocidos y tal vez estaría con alguno de ellos, y por ende tardaría un poco más en llegar.
La voz de alarma de Luz Marina se hizo notar cuando ya eran las 22:00 hs y no sabía qué hacer o a quién acudir, ya que no se sabía nada de Nayelly y sus amigas no la habían visto. Además no contaba con recursos y no tenía dinero para tomar un taxi, por lo que se tomó la decisión de esperar ya que el rumbo es difícil por las noches.
Cuando apenas estaba amaneciendo, Luz Marina acudió a amigos y vecinos y consiguió dinero. Fue directamente a las autoridades a dar aviso de la desaparición de Nayhelli, pero como siempre, las autoridades no son sensibles a este tipo de acontecimientos, ya que juzgan y critican. A esta madre le dijeron que no se preocupara por su hija, que estaría de fiesta y que después llegaría con “premio”. En México, como en varios países, se ha implementado la alerta amber con magníficos resultados, pero la autoridad que atendió a Luz Marina le dijo que tenían que esperar 72 horas, cuando la Alerta Ámber se aplica desde las primeras horas. Con esta demora se perdió tiempo valioso en la búsqueda de la menor. En su carácter de extranjera Luz fue pidiendo ayuda a la Embajada de Colombia en México y la apoyaron con las autoridades. Al fin se le aplicó dicha alerta, pero le dijeron que no la podían ayudar más porque ellos solo son observadores.
Luz Marina se pasa los días acudiendo a hospitales, (sémefos, servicio médico forense) y a cada momento que pasa crece la angustia de Luz por no poder encontrar a su hija. Hasta el día de hoy Nayelly Drisdell sigue desaparecida, y las autoridades no han dado ningún informe sobre su posible paradero.