Ser y serse
Por Nicolás MelandriAzarosamente cayeron en mis manos un libro y un poema. El primero pertenece al escritor portugués Fernando Pessoa y la obra en cuestión es “Libro del desasosiego”; lo segundo es un poema esculpido por el argentino Oliverio Girondo.Cronológicamente, debo decir que primero leí el poema y luego la novela y no fue mucho tiempo después de haber terminado Libro de desasosiego que me acordé de aquella poesía de Girondo.Los textos en cuestión dicen así:“La gramática, al definir el uso, hace divisiones legítimas y falsas (…). Si quiero decir que existo, diré “Soy”. Si quiero decir que existo como alma separada, diré “soy Yo”. Pero si quiero decir que existo como entidad que a sí misma se dirige y forma, que ejerce junto así misma la función divina de crearse, ¿cómo he de emplear el verbo ser sino convirtiéndolo súbitamente en transitivo? Y entonces, triunfalmente, antigramaticalmente supremo, diré “me soy”. Habré dicho una filosofía en dos palabras pequeñas (…)”(Extracto de Libro del desasosiego de Bernardo Soares*. Traducción Ángel Crespo).NocturnasINo soy yo quien escuchaEse trote llovido que atraviesa mis venas.No soy yo quien se pasa la lengua entre los labios,Al sentir que la boca se me llena de arena.No soy yo quien espera,Enredado en mis nervios,Que las horas me acerquen el alivio del sueño,Ni el que está en mis manos, de yeso enloquecido,Mirando, entre mis huesos, las áridas paredes.No soy yo quien escribe estas palabras huérfanas.(de Persuasión de los días, Oliverio Girondo)Entre los dos me llevaron a revivir una vieja angustia de mi niñez ¿Cuántos seres me soy? O mejor dicho: ¿Cuántos seres hay de mí?No se trata de plantear la existencia de personalidades múltiples, sino de la capacidad de crearnos y recrearnos. En el breve recorte de Libro del desasosiego que muestro, Pessoa no sólo le atribuye al ser la propiedad “divina de crearse” sino que incluso encuentra la forma de expresarlo. Haciéndole caso, uno podría, por ejemplo, afirmar que se es indiferente a sí mismo.Si uno escribe “Me soy indiferente” en Google caerá en una página ( http://www.sermasyo.es/articulos/autorrealizacion/de-la-indiferencia-a-l… ) que tiene un texto de una tal Mª Inmaculada Jiménez( http://www.sermasyo.es/articulos/author/inma/ ) que dice:“Me soy indiferente…· cuando no me conozco realmente y no me concedo credibilidad,· cuando siento y controlo lo que siento, hasta el punto de negar mi sentimiento,· cuando no me atrevo a ser yo según soy y pienso, y guardo silencio deseoso de hablar, enmudecido ante el miedo de ser y mostrarme.”Cualquier profesora de lengua podría caer en el vicio de corregir tanto a Pessoa como a Jiménez y recordarles que el verbo ser es intransitivo por lo que construye sin complemento directo. Pero como dice el propio Pessoa, para expresar lo que se siente exactamente, hace falta entender que la gramática es una herramienta y no una ley.Bastante con que somos esclavos del sistema como para serlo también de la lengua.* Bernardo Soares es quien firma Libro del desasosiego pero es en realidad un heterónimo (http://es.wikipedia.org/wiki/Heterónimo) de Pessoa.