Skay Beilinson y el Indio Solari: Fuego cruzado
Por Nicolás MelandriLos Redondos, Los Redonditos, Los Redonditos de Ricota, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota…pero nunca la banda del Indio o la banda de Skay. Tal vez por ignorancia o por pensar que todo proyecto debe tener un sólo líder y que en las bandas el capo siempre es el que canta, mucha gente pensaba y hasta me atrevo a decir que hay gente que aún lo piensa, que Carlos Indio Solari era el líder de la banda probablemente más grande (grande, no importante) del rock nacional.Como tantos otros grupos vivieron una carrera más o menos dentro de las formas del Manual Ilustrado del Rock: antes hacían algo sin éxito, se conocieron, se juntaron, idearon, giraron por el under, grabaron un CD, tuvieron el éxito, siguieron por el under, tuvieron otro éxito, llegaron al público masivo, siguieron grabando, siguieron los éxitos. Ya tenían su Némesis artístico, bla bla bla y se separaron en medio de rumores que desmintieron para dar una voz oficial: DIFERENCIAS ARTÍSTICAS.Pasaron los años, cada uno de los integrantes siguió su vida profesional y cada tanto hablaron los unos de los otros en las entrevistas que cada tanto ofrecían. Hasta que Skay dijo al diario «La Nación» que alguien se quería apropiar del proyecto. Eso se publicó un viernes y el mismo viernes el Indio escribió una carta con una frase que me llamó la atención: “Nadie puede esperar que fueran Semilla, Walter o Sergio”.Por su parte, Skay en una entrevista dio su opinión acerca de su posición en la banda.(Entrevista publicada en Página/12 el 15 de noviembre de 2003, por Fernando D’Addario)– Más allá de tener que cantar, la condición de frontman, de estar en el centro de la escena, ¿es un peso extra?Skay: Es raro, porque si bien el Indio es el que cantaba, siempre sentí que el que llevaba la banda adelante era yo. Para mí el Indio era el cantante de la banda que yo estaba llevando. Entiendo que desde afuera se viera distinto. Al ser el cantante el foco estaba centralizado en él, pero en todo momento yo tenía mi propio show. La diferencia es que ahora tengo que cantar. Fui aprendiendo a hacerlo y hoy creo que me sale más o menos bien.–Una entelequia…Skay: Patricio Rey existe cuando el Indio, Poly y yo nos agarramos de la mano. Pero cada uno cumplía un rol. Ese rol era el más cómodo para mí. Pero adentro de la banda, quizá, yo era el motor fundamental. Tanto es así que varias veces el Indio no vino y la banda funcionó igual. Una vuelta en el Margarita Xirgu, en las primeras épocas, el Indio no estuvo y cantó Fontova. Otra vez, en La Plata, subió Luca y también tocó Pettinato. Una vez el Indio no vino y canté yo. Y al revés no funcionó nunca. Sin mí, los Redondos no existieron nuncaSupongamos que el Indio quería ser el dueño del proyecto… ¿Habla mal de él? No per se, tal vez por la forma en que quiso hacerlo se pueda encontrar la crítica (si las palabras de Skay son ciertas). También suena extraña la negativa de la Negra Poli y de Skay para darle copias del material que el Indio quería, y mucho más la acusación hecha contra el cantante cuando él había opinado de forma tan contundente (“Para mí el Indio era el cantante de la banda que yo estaba llevando.”).Personalmente, saber cual fue el verdadero motivo de la separación me interesa tanto como la relación entre Fabbiani y Granata. Me gusta la obra de Los Redondos, me gustan algunas cosas de ellos como solistas, otras no tanto y a la mayoría la desconozco. Cuando Skay toca la gente pide que vuelvan, lo mismo cuando el Indio sube a un escenario. Por suerte para la Negra Poli, su cara no es conocida, de serlo no podría comprar el pan sin que le pregunten cuando se van a juntar ¿Qué le impide a los ricoteros, como se denomina a los fans de Patricio rey y sus Redonditos de Ricota, elaborar el duelo? Si un día se juntan y dan un recital, genial, allí estaré… pero si toca alguno de ellos voy a ver qué tienen de nuevo para ofrecerme, incluso si lo nuevo fueran covers de lo viejo. Que se hayan separado no significa que no podamos escuchar sus temas, así que eso no debería angustiar a nadie cuando va por la calle y quiere escuchar La hija del fletero. Tampoco sirve pensar si de haber seguido juntos hubieran editado un CD mejor que Sgt. Peppers o peor que Boquita de caramelo. El artista deja su obra, quiera o no, a la Historia y gracias a ello podemos retenerla o abandonarla, pero no necesitamos al artista vivo para conocerla. Los Redondos muy difícilmente vuelvan, mejor pidamos que sus integrantes sigan haciendo cosas nuevas.