“Malvinas es una espina con la que voy a morir”
En una entrevista exclusiva para Medios Lentos, Sebastián Borensztein, quien estrena este jueves «Un cuento Chino», dialogó y profundizó sobre su nueva película y la relación del filme con la guerra de Malvinas. Pero además habló de su infancia, de su vínculo con las comidas, de sus filosofías de vida y por supuesto del recuerdo su papá, el entrañable Tato Bores.¿Es verdad que en un reportaje dijiste que lo que te dejó tu padre es la Fe?¿La Fe, eso dije?Sí, en 2005 cuando estrenaste La suerte está echada.Entendamos la Fe no como un evento religioso. Yo no tengo ninguna fe religiosa,y mi papá tampoco la tenia. A lo mejor mi viejo decía que creía en la gente y yo también tengo esa fe. La fe de que el otro vale la pena que merece ser tenido en cuenta y que puede a su vez aportar algo al bien común.¿Y de tu mamá?Los dientes (sonríe). Tengo los dientes de mi mamá y espiritualmente hablando, creo que heredé la nobleza. Ella es una persona noble, fiel a los suyos.En el tráiler de Un cuento chino hay muchas escenas que transcurren en la mesa, en la cocina. Sí, es verdad hay comida.Isabel Allende cuenta en su obra Afrodita que con la actriz Isabella Rosellini coincidían en que no hay nada más sexy para una mujer que un hombre que sabe desempeñarse con seguridad en la cocina Bueno será así, pero mi intención era que hubiese aun más comida. La historia habla de un personaje que vive encerrado, sólo, hace décadas, que es autosuficiente y por lo tanto cocina y se lo ve cocinar; picar cebolla (imita el ruido de la cebolla al caer al aceite hirviendo), se lo ve echar todo eso a la sartén, se lo ve cortar papas para freirlas, etc.. Las cosas que no entraron fueron por una cuestión de relato. Sino, sería como hacer algo parecido a Como agua para chocolate. Ese tipo de cosas que tienen un sex appeal en el alimento que yo no pude poner porque la historia no me lo permitía. No había tiempo de contar eso pero sí de poner comida. Hay un asadito de esos al horno que él le ofrece al chino y muchas mesas con comida.¿Sos exigente y apasionado como tu papá?Sí, igual de apasionado y exigente con el trabajo. No puedo hacer cualquier cosa y mostrar cualquier cosa. Es decir, hay que mostrar lo que uno cree que puede mostrar y que ya están listas para ser mostradas. No somos improvisados para nada. Cuando veas la película te vas a dar cuenta, independientemente de que te guste o no, de que hay muchísimo, (remarca y enfatiza) muchísimo trabajo detrás y que eso que está ahí está muy pensado.¿De dónde vienen tus musas? ¿Qué te inspira? No te digo que me des la receta como hiciste con el guacamole…Ojalá hubiera una receta. Hay un ejercicio constante de supervivencia. Como vivo de esto hago esos ejercicios constantemente y uno finalmente va armando un oficio. Adhiero a lo que dijo alguien por ahí que esto es 1% inspiración, 99% transpiración. Ideas tenemos todos todo el tiempo. Hasta el que cree no tenerlas. De hecho la película que se estrena ahora parte de una noticia que salió en el diario Vaca cae del cielo y hunde un barco. Era una nota así de chiquitita (acompaña haciendo con las dos manos un pequeño cuadrado) que decía que unos rusos de las Fuerzas Armadas rusas robaban vacas, eran cuatreros, y las llevaban en un carguero. Resulta que en el medio del vuelo, las vacas se descontrolan y los tipos ante la posibilidad de que el avión se caiga porque las vacas iban de atrás para adelante deciden abrir las compuertas y las lanzan (apasionado sigue contando mientras toma aire). Abajo estaba el mar de Japón. Una de las vacas cae sobre la cubierta de un buque pesquero japonés y lo hunde (hace silencio). Yo me imaginé, un tipo sentando en la cubierta del barco, después de haber pescado, prendiéndose un pucho, le pasa un avión por arriba (hace el ademán con su mano e imita el ruido de las turbinas) y de pronto ve un punto negro que se empieza a hacer cada vez más grande, más grande y termina corriéndose (Borensztein actúa esa parte. Se levanta de la silla, mirando hacia el techo y se dirige al otro lado del cuarto). El tipo se corre de la silla y se le hunde el barco…y mirá que el mar es grande, ¡Puta! (dice con énfasis). Esa nota me mató. La recorté porque tengo una amiga que colecciona noticias absurdas que salen de los diarios: La llamé y le dije :”Tengo una para vos”. Un día ella me mostró un libro de esos de balance, lleno de noticias absurdas y me dije: “Con esto algún día me voy a hacer una película” ¿Viste que es 1% inspiración y 99% transpiración?Pero no te tires abajo tampocoNo, no, no, no, (enfatiza enérgicamente) es así, no hay otra forma, porque yo dije “¡Es para contar una historia!( casi gritando, siempre apasionado). Pero empujarla y convertirla en una película es mucho trabajo y el oficio es que el otro confié en lo que le planteas. Claro que al igual que no todo lo que hace un cocinero se lo da de comer a la gente, no todo lo que escribe una persona como yo no se lo da a la gente; escribo montones de cosas que terminan en un callejón sin salida. Pero esa cosa que quedó en la nada puede que después me sirva. Pero sí hay diferentes niveles de efectividad y de excelencia en el laburo.Cuando por ejemplo te reconocen la efectividad con algún premio ¿sos de ir a festejar?Yo me iba a mi casa. Me costaba mucho ir a recibir los Martín Fierro. Te va a parecer ridículo, pero no salgo a festejar nada de todo eso. ¿La verdad?: me emociona 10 minutos. La emoción del Martin Fierro me dura lo que dura la efervescencia de un Redoxon en un vaso de agua.En Un cuento Chino Roberto es un ex combatiente de Malvinas, que esté planteado en una comedia un tema tan duro para nuestra historia no es un detalle menor.Mirá, le servía a la historia y además hace mucho que quiero contar algo del tema Malvinas. Soy generación del 63, lo padecí de una manera muy personal; tengo amigos que fueron a la guerra y por esas suertes del destino a mí no me tocó y a otros sí, amigos directos que me contaban la guerra. Por eso, ser una generación marcada por la guerra no es poca cosa. Vos sos mucho más joven y no viste el “oscurecimiento de la ciudad de Buenos Aires”, de los simulacros aéreos, yo no lo podía creer. Tenía amigos en el frente de batalla (Borensztein se pone serio y triste. Se toma un tiempo para seguir) con los cuales me escribía cartas y que un día dejé de recibirlas por el bloqueo inglés. Yo viví la guerra lo más cerca que se puede vivir sin haber ido. Siempre me parecieron muy noble los que hicieron los soldados de Malvinas, independientemente de que todo fue una motivación política (se lo ve angustiado cuando relata) del borracho de Galtieri y de la Junta Militar para perpetuarse en el poder, para buscar una causa común y separando los motivos. Hay algo que tiene que ver con el honor y con el orgullo de los tipos que fueron a Malvinas a defender y a pelear independientemente de todo lo que pasó, que no tuvieron comida, armamento, que fue un delirio, un absurdo. Si querés coleccionar noticias absurdas, unas de ellas es el titular que dice:” Argentina está en guerra con Inglaterra”. Ésa es una noticia bien absurda.El título cierra por todos ladosCierra por todos lados porque es Un cuento Chino la relación entre estos dos, la manera en que le aparece, lo que le pasó a este tipo. Argentina e Inglaterra en guerra es un cuento chino.De hecho, así empieza el tráiler de tu película, con la frase de Roberto (el papel que hace Ricardo Darín): “La vida es un sin sentido, un absurdo”Bueno es eso, la vida es un absurdo. Hay algo de los que estuvieron ahí que dice “yo estuve ahí, me la banqué, yo peleé”. Siempre me sentí muy afectado por todo eso y sentí mucha admiración hacia los tipos. Admiración a los pibes que fueron y se bancaron eso porque una vez que estuvieron en las islas se hermanaron y vivieron una cosa que sólo ellos saben y me parece que eso hay que respetarlo, protegerlo y cuidarlo. Además hay una asignatura pendiente con toda esa gente. El Estado Argentino se portó de la peor forma posible con ellos. Mandar a una generación a la guerra y después esconderla y ningunearla es la prueba máxima de que no podés creer en el Estado y eso a mí me pegó mucho. Es una cosa que la tengo clavada y a pesar de haberlo hecho por la película lo sigo teniendo clavado. Es una espina con la que voy a morir y siempre quise plasmar algo de todo esto en algún relato. Entonces a esta historia le viene perfecto que el personaje que hace Ricardo, que lo querés apenas aparece porque es un cabrón, casca rabias, huraño, pero tiene una cosa adentro que no puede sacarla. El respeto que yo tengo por esos tipos es enorme. Creo que es comparado al respeto que yo le tengo a San Martin. Me parecía que era ideal que ese personaje sea un ex combatiente, que además simboliza ese argentino medio, cagado por la historia y por la realidad, vapuleado permanentemente, humillado y ultrajado por el sistema. Ese argentino medio que somos un poco todos, maltratado por su propia argentinidad.Le pusiste a Muriel, una mujer muy dulceY, Muriel es la mujer que lo pretende, es la mina que ve en él lo que no ve nadie. La película es una película que yo creo que les va a gustar mucho, ya que tiene muchos elementos que son muy nobles. A mí me da mucho pudor vender algo que yo hago, pero la verdad es que debo reconocer que es una película que me hace sentir orgulloso. Yo voy a mostrar una película que a mí me parece impecable.¿Cuándo comenzaste a hacer realidad el proyecto?Tuve una propuesta para hacer esta película en los Estados Unidos, de parte de una productora que me dijo: “Nosotros tenemos la posibilidad de llevar esta película a actores importantes, tendríamos que hacer la versión en inglés”, y yo lo pensé. No tenía nada acá, y le dije: “No, ¿saben qué pasa? Que esta película es Argentina, si yo les pregunto ahora a ustedes con cuántos países están en guerra, no saben contestarme. Ustedes en este momento están en guerra con Afganistán, con Irak, con Túnez, y tienen una invasión en Panamá”, y no me acuerdo en ese momento cuantos frentes de combate tenía Estados Unidos. Y seguí: “Para ustedes los combatientes son moneda corriente, acumulan guerras y ex combatientes y están en guerra con todo el mundo. No es una rareza para el país que ustedes estén en guerra, y además son el país más fuerte de la tierra. Por lo tanto, que ustedes estén en guerra con quien estén van a aplastar a cualquier enemigo que se les ponga adelante. Pero nosotros, que estamos ahí abajo, estuvimos en guerra con Gran Bretaña, eso es un cuento chino. Un país del tercer mundo, chiquitito así, (junta las manos y hace una especia de nido) a 14.000 kilómetros de las potencias, haciéndole el mano a mano a los ingleses… es un cuento chino. Eso es un cuento chino”. Entonces, ese rasgo distintivo no lo puede tener la película si es americana. La película no merece ser americana, sino argentina. Entonces yo la voy a pelear acá y entonces se hizo acá… (toma aire y hace silencio, mira y contesta) No sé por qué llegué a esto… (Piensa) pero así fue la historia de esta historia.Darín contó que ni siquiera leyó el guión, que se lo comentaste en un almuerzo y en seguida aceptó. ¿Cómo fue ese almuerzo?¿Ves? la comida otra vez. Nosotros nos encontramos con Ricardo periódicamente a comer. Le mando un mensajito de texto que dice: “¿Provoleta?”, “sí” me contesta. Listo, ya está, ya sabemos que ese es nuestro código para encontrarnos a comer. Y en ese almuerzo particular le dije: “Mirá, terminé de escribir una historia, que es así. Te la cuento y te dejo el primer borrador”. Y se la conté y se lo dejé. Yo le conozco la mirada a Ricardo; cuando le iba contando, yo ya sabía lo que me estaban diciendo sus ojos. Pero cuando leyó el guión me llamó a la noche y me dijo: “Yo listo, no tenemos nada que hablar. Vamos con esto. ¿Cuándo lo hacemos”? Y le contesté: “Cuando tengas tiempo. ¿En qué estás ahora?” – “Empiezo a filmar una película, Carancho”. Pusimos una fecha, apuntando a que fuera una fecha razonable para todos, para que yo pudiera reescribir el guión, ya que después de esa versión, escribí 14 versiones más del guión.Peor que Borges…No (rotundo). Yo te voy a explicar una cosa: a mí me enseñó Eduardo Mignona que “el guión es el arte de la reescritura. Si no estás dispuesto a reescribir, no escribas un guión”.En La suerte está echada se habla de desatar nudos internos, ¿cómo es eso?Yo digo que si uno desata el nudo interno, si desentraña su propio misterio, todos los demás misterios se resuelven sólos porque finalmente todo lo demás es una progresión y proyección de lo que está dentro de uno.¿Le pasa a Roberto en la película?Por supuesto, yo no puedo traicionar mi propia premisa de vida. Sino no sería un autor, no estaría haciendo una película de autor, que además es de género. Pero yo estoy contando algo ahí, diciendo que hay una premisa que quiere decir que cuanto más profundamente te duermas en esta vida, más fuerte será el golpe con el que te van a despertar. Ahora, si tenés la cabeza mirando para otro lado, y necesitamos que la des vuelta y mires para allá, te va a caer una vaca del cielo. Entonces eso es un poco el tema de la premisa.En tu primera película, La suerte esta echada, diferencias a dos clases de personas: las que fluyen y las que empujan ¿Cuál de las dos serías?Las dos cosas. Hay momentos para empujar y momentos para fluir. Es como todo. Suponé que vos estás en el mar, querés barrenar, ¿qué tenés que hacer? Primero tenés que ver venir la ola, estar quietito; en un momento dado, cuando sentís que la ola ya está ahí, empezás a remar como loco para subirte a la ola. Una vez que arrancó ponés los bracitos atrás y vas fluyendo. Es lo mismo. Ahora, si vos lo hacés al revés, cagaste: Si te quedás cruzado y no remás, la ola viene y te pasa por encima. Me parece que hay un momento en que hay que sacar la espada y salir y hay un momento en que hay que guardar la espada y esperar.Que la fecha de estreno sea un 24 de marzo ¿Tiene algo en particular?La fecha de estreno la deciden los distribuidores, porque tiene que ver con el calendario de estrenos. Que sea el 24 de marzo para el estreno de la película no es porque sea por lo del Golpe, si no porque es un fin de semana largo previo a la Semana Santa. Se supone que es una muy buena condición para estrenar una película. Esas cosas ocurren. Si querés encontrar una alegoría en eso, el Estado argentino está en deuda con todos los ciudadanos que sufrieron a los milicos, ya sea por haber tenido que ir a una guerra fabricada o por haber sufrido torturas y el genocidio. Y también contra todos los que sufrimos sin que nos hayan puesto una picana. Los mejores años de mi vida fueron arruinados por esa dictadura. Los mejores años de la vida de un pibe son cuando tenés entre 12 y 17, que empezás la secundaria, te hacés tu banda de amigos, salís a joder, te levantás tu primera noviecita. Todo eso, en mi caso, estuvo teñido de terror, de angustia, de miedo, de paranoia, yo fui un tipo que no salía, al que mis viejos le abrían la puerta del cuarto y me decían: “Pero Sebastián es sábado a la noche, tenés que salir”, y yo no, me quedaba encerrado leyendo, atrincherado. A mí me gustaba mucho leer modelismo, ya que lo practicaba de chico y me quedaba hasta altas horas de la noche cortando moldes de madera sobre los planos.¿Quién te rescató de ese ostracismo? Me rescaté solo, y todavía no me terminé de rescatar. Sigo viviendo encerrado en mi casa. De hecho, las cosas que me compro no son para salir, sino para estar cada vez más guardado, me armo un pequeño cine en mi casa, se lo puede armar cualquiera con un televisor y esos aparatos home theatre. A eso yo le llamo pequeño cine, Y yo no es que me compro una tabla de barrenar, me compro un piano, me compro cosas para estar cada vez más guardado.¿Tocas el piano?No, no toco el piano. Tengo uno, que es distinto. Soy un poco músico pero mi conocimiento de música solo me sirve para apreciar la música. Mi instrumento es el clarinete, lo estudié de chico, lo estudié muchísimo tiempo. Así aprendí la música, pero no soy bueno. Me sirve para hablar con los músicos con los que trabajo en la película, pero tengo la fantasía, algún un día, de componer alguna de las melodías.¿A tu papá le hubiera gustado hacer cine?Sí, mi papá se fue con ganas de haber hecho una película, sin duda. No tuvo la oportunidad de hacerla. Él me decía siempre: “hagamos una película”. Yo a eso lo veía lejos, si no sabía muy bien cómo encarar una.
Mini cuestionario:Robaré algunas preguntas del cuestionario de Bernad Pivot¿Cuál es tu palabra favorita?Nunca pensé en una palabra favorita. Si te dijera una palabra, saldría cursi, no sé, ¿puedo decir “paso” de la respuesta? Porque no sé qué decirte. Lo más honesto que puedo decirte es que la próxima entrevista que me hagas voy a haber elegido una palabra favorita. Ahora necesito tiempo para pensar porque hay muchas palabras. No sé, nunca lo pensé.No tenés una palabra que no te gustePalabras que no me gusten por el significado, no por la musicalidad de las palabras. La palabra “cáncer” no me gusta, la palabra “alzheimer” no me gusta. Todas las palabras que connotan sufrimiento no me gustan. Esa es la realidad.¿Cuál es el sonido que más te gusta?El sonido que más me gusta… los sonidos musicales me gustan todos. Me gusta el sonido del mar, y el del viento en los árboles; me encantan. Me gusta mucho el de los truenos, me encantan los truenos, me hacen sentir que no tengo responsabilidad de nada; no sé, si es mi preferido. Evidentemente estamos hablando de que me gustan los sonidos que no hay que forzarlos para que salgan.¿Cuál es el sonido que menos te gusta?Las bocinas las detesto, y los gritos. Son frecuencias sonoras que me sacan lo peor. Tiene que ver con frecuencias sonoras, con timbres sonoros. Bocinas y gritos no me los banco.¿Cree en Dios?No.¿Y si existiera un paraíso y te encontraras con tu papá?¡Ah! Bueno, eso es una linda fábula, una linda fantasía, que uno se va a morir y se va a encontrar con todas las personas a quienes quiso en esta vida. Es una linda imagen. Yo no creo que sea así. Estoy seguro de que no es así. Creo que hay cosas que forman parte del misterio, y que no puedo ponerles palabras porque justamente son parte del misterio, no sé qué es. Ahora, Dios, como lo ilustra la cultura judeocristiana, no, en eso no creo¿Qué te hace reír?Lo más básico que puedas imaginar: a mí me hace reír mucho “Jackass”. Yo con eso me río como no me río con nada. Mirá que yo admiro a tipos que han hecho cosas muy graciosas como Woody Allen, y lo que siento es admiración, pero reírme de que tengo que cambiar de posición porque se me acalambra el estómago, solamente la guarrada de Jackass me produce eso. Soy un tipo que me río por dentro si veo algo gracioso. Las películas de Woody Allen a mí no me hacen morir de la risa, no me destornillo de la risa, me río por dentro, pero reírme que me muero de la risa, que me falta el aire es con Jackass.¿Por qué no hay mujeres protagonistas en tus películas? Hice dos películas acá y una en el exterior. Será porque esos personajes masculinos que yo escribo tienen mucho de mi idiosincrasia, de mi pensamiento y de mi forma de hablar. Yo me nutro de mi propio carácter en ese sentido; soy hombre, entonces me sale por ahí. Ahora, es un desafío tener que algún día plantearme escribir un personaje de mujer, pero automáticamente mi cabeza está ceteada para escribir personajes masculinos.¿En qué sos medio lento?En todo, soy taurino. Los taurinos somos lentos. Soy lento, cada día menos, pero soy lento en mi evolución; me lleva mucho tiempo hacer las cosas y necesito tiempo. Soy lento, a mí no me apuren, si me querés sacar bueno no me apures, ese sería como un slogan mío. Soy lento en general, aunque no parezca. Soy rápido laburando, filmo rápido, escribo rápido, pero soy lento en las decisiones internas, necesito mi tiempo, no lo puedo forzar. Es algo natural que tiene su proceso: madura, crece, se cosecha.