«Te vas dando cuenta de que hay muchos tipos de periodismo y que el idílico puesto de corresponsal de guerra está reservado a muy pocos»


Entrevista exclusiva a Alberto Gayo, director adjunto de la Revista Interviú, quien nos habló de sus dos pasiones, el periodismo y la pintura, sus comienzos en la profesión y nos da su opinión sobre el ex juez Baltazar Garzon.

Una medalla de oro de dibujo a los siete años en un colegio de curas marca mucho. Por eso, Alberto Gayo (Madrid, 1968) dejó en un cajón sin cerrar los lápices de colores y las ceras y se ha dedicado al periodismo de actualidad. Se estrenó a finales de los 80 en la Axencia Galega de Noticias, pasó nueve años como redactor de tribunales en el periódico Diario 16, participó en el equipo de investigación del programa Cuerda de presos (Antena 3 TV) y desde hace casi once es reportero del semanario Interviú, del que hoy es Director adjunto. Poco tiempo libre le dejaron, el suficiente para dedicarlo a su gran pasión: el collage y la pintura. Ahora, con la inspiración de Dadá, su hija, se ha lanzado al experimento del guión y la ilustración infantil. Angelito Lunares es su primera creación. El cúter y el pegamento nunca lo han abandonado».

¿Quién sos?
Fui un reportero de tribunales e información penitenciaria en los 90 en el periódico Diario 16; en la primera década del siglo XXI me especialicé en sustancias psicoactivas –legales e ilegales– y ultraderecha en el semanario Interviú, y he acabado siendo adjunto al director de esta revista, que lleva más de 35 años en el quiosco, que es historia viva de la España democrática y que sigue basando su éxito en el erotismo y la belleza de mujeres que tienen un gran protagonismo en la actualidad y en el periodismo de investigación (sucesos, corrupción, salud, etc.) Encontré en la creación la única forma de oxigenarme de la actualidad, que siempre es convulsa e intensa, por eso ahora, cada minuto libre que tengo lo dedico a inventar ciudades a través de collage siguiendo la estela del artista alemán Paul Citröen, a crear lámparas con pajitas de sorber o a hacer guiones e ilustraciones para cuentos infantiles. Tengo 43 años, nací en Madrid pero adoró Cádiz, Almería y el País Vasco. Estoy casado con una bilbaína y tengo una hija de ocho años que se llama Dadá.

¿Cómo relacionas, si es que se puede, el periodismo con el arte?
¿Periodismo y arte? Ni podría ni querría relacionar las dos disciplinas, quizá que a través de los dos oficios, de las dos disciplinas, estás observando la realidad y participando en ella. Ni puedo ni quiero hablar del arte enmarcado en el mainstream, en las corrientes de moda, de los grandes nombres, igual que en el periodismo tampoco quiero valorar a los más reconocidos tertulianos ni a las grandes cadenas televisivas. No me interesan demasiado.

¿Qué te atrae del oficio?
En el periodismo me fascinan las historias de verdad, esas que relatan la lucha de personas o grupos por encontrar una salida, esas historias que dan sentido a la profesión como elemento clave en el control del poder, en la denuncia de la corrupción, esas historias que no suelen tener cabida en los noticiarios, y últimamente también la información científica.En cuanto al periodismo me apasionó desde adolescente. La película Bajo el fuego, con la guerrilla sandinista y el reporterismo de guerra como argumento central, me impresionó. Cuando estás estudiando –yo lo hice en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid– te vas dando cuenta de que hay muchos tipos de periodismo y que el idílico puesto de corresponsal de guerra está reservado a muy pocos.

¿Y del arte?
En el arte –no sé si algo tendrá que ver que vivo en el centro de Madrid– no dejo de disfrutar del activismo callejero, de las plantillas, de los graffittis. Dos ejemplos: unas enormes mariposas hechas con stencil y coloreadas en azul y naranja poblaron el otro día mi calle, en el barrio de Lavapiés. Y dos manzanas más allá, alguien había forrado los bolardos (pivotes de hierro que se colocan en las aceras para que los coches no aparquen encima) con cubiertas realizadas en ganchillo, con lana y aguja. Tenían colores vistosos y daban un aspecto a la calle que animaba a pasear tranquilo y a disfrutar. El arte callejero, el que surge en los barrios es el que más me atrae.

¿Pintas actualmente?
Realmente y a pesar de la medalla que me dieron de niño en el colegio, yo no soy bueno dibujando, pero aquel reconocimiento me animó a seguir buscando la evasión en los dibujos, los montajes fotográficos, el collage. En ‘Angelito Lunares y la lluvia de asteriscos’ (Hotel Papel Ed.) lo que hice es recopilar materiales de todo tipo y montar cada doble página en tableros de madera. Después, Alejandra Pérez creo los personajes de Angelito y Cala. La idea del libro surgió de mi propia hija, que a uno de sus personajes imaginarios le llamó Angelito Lunares. Un verso de una canción de la banda española Maga me ayudó a empezar. Luego solo había que crear una historia de amor sin edad para su lectura. Realmente, me lo pasé genial y disfruté creando la historia. En un principio no pensaba que interesaría a nadie pero a la editorial, que busca contenidos no sexistas, le gustó mucho la propuesta.

¿Qué casos importantes cubriste en tu carrera?
En el periódico Diario 16 me tocó cubrir la sección de tribunales en un momento muy importante: los juicios por la guerra sucia de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) contra la banda terrorista ETA, el asesinato por elementos de la ultraderecha del político independentista Josu Muguruza, la financiación ilegal del PSOE a través de sociedades como Filesa (‘caso Filesa’), etc. Era la década de los 90. Luego seguí investigando a la ultraderecha española y empecé a trabajar en investigación de las drogas de síntesis más utilizadas en las noches de fiesta en España.  Sobre este tema habré publicado más de 60 reportajes y monográficos.

¿Nos contás qué es la revista Interviu?
La revista Interviú nace justo después de muerto Franco, cuando la sociedad española lo quería todo después de 40 años de oscurantismo. Por su portada han pasado en 35 años todas las mujeres imaginables, muy famosas en España por formar parte de nuestra cultura (cantantes, presentadoras televisivas, actrices, etc.) pero si algo distinguió al semanario fue su apuesta por la denuncia en sus reportajes de actualidad, señas que aún se conservan. De hecho, más del 30 por ciento de los lectores son mujeres.

¿Qué opinión tenés del ex juez Baltasar Garzón?
Durante más de ocho años hice información de tribunales en Diario 16. Su esfuerzo en temas de terrorismo, narcotráfico y corrupción es innegable, siempre cuestionada desde el poder y por muchos de sus propios compañeros. Los dos grandes partidos que han dirigido el país desde el año 1982 siempre se han sentido incómodos con él. Unos y otros, y parte de la judicatura, han tenido entre su objetivo apartarle. La paradoja es que lo vayan a conseguir los acusados de una de las mayores tramas de corrupción política -la trama Gurtel- y grupos de la ultraderecha. Sin olvidar que son otros compañeros suyos los que lo están permitiendo.

Para finalizar unas preguntas que le robo a Bernad Pivot
¿Cuál es tu palabra favorita?
Asterisco

¿Y la que no te gusta?
Estrés

¿El sonido que más te gusta?
Cualquiera que salga de la imaginación de un músico, la trompeta de Miles Davis, el órgano de The Doors, la voz de James Blake.

¿Y el que menos te gusta?
La orquesta de claxón en el centro de Madrid tan solo porque un vehículo no ha pisado el acelerador cuando el semáforo se ha puesto en verde.

Si no fueras periodista ni pintor ¿qué otra profesión ejercerías?
Me encantaría tener un espacio donde poder vender libros infantiles, novela gráfica, hacer talleres para niños con ilustradores, pintores, escultores y músicos. Por pedir que no quede.

¿Crees en dios?
No

Y una que no es de Pivot, ¿en qué sos medio lento?
En el toque artesanal que le imprimo a todo, en que sigo pensando que el periodismo es un servicio a la ciudadanía, y en que como me decían en el colegio: ‘vete despacio que tengo prisa’. Aunque estemos en la sociedad de las tecnologías de la información, de la inmediatez, tenemos que saber parar, tomar un descanso, escuchar, analizar y sobre todo ser críticos.

Autor
Luciana Mazza Toimil
luciana@medioslentos.com