«Subirse a un ring es un momento único, no se puede explicar, hay que vivirlo»
Marcos Karalitzky es boxeador, tiene casi 50 peleas amateurs y da clases en la Sociedad de Fomento Villa La Perla, de Temperley. Próximamente participará de la película de Mariano Martínez en la que se subirá al ring con el famoso actor. En esta entrevista…(Leer más)
«Subirse a un ring es un momento único, no se puede explicar, hay que vivirlo»
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Marcos Karalitzky es boxeador, tiene casi 50 peleas amateurs y da clases en la Sociedad de Fomento Villa La Perla, de Temperley. Próximamente participará de la película de Mariano Martínez en la que se subirá al ring con el famoso actor. En esta entrevista exclusiva a Medios Lentos contó porqué considera que el boxeo no es un deporte violento y, por el contrario, resulta muy saludable para quienes lo practican.
¿Qué es el boxeo recreativo? ¿Cómo es el entrenamiento teniendo en cuenta que el objetivo no es formar futuros boxeadores?
En principio, lo que yo busco con las clases es que, quienes vengan, se recreen, tengan un momento de disfrute, de goce. Y que por medio del deporte puedan también eliminar las tensiones que suman durante el día, sean chicos o grandes. Después, si alguno le gusta mucho, puede empezar a entrenar más fuerte y comenzar el camino hacia una carrera profesional. Hoy por suerte, se sumaron muchas personas y estoy entrenando a unos 20 niños y otro tanto de adultos.
Hace algunos años que se empezó a dejar de ver al boxeo como un deporte violento y cada vez más personas lo practican, ¿Qué fue lo que cambió?
Se comenzó a mirarlo de otra manera. La gimnasia del boxeo es muy completa, hoy por hoy, los médicos recomiendan el entrenamiento para una vida más saludable. Además, antes era un deporte que sólo practicaban las personas con menos recursos como una manera de ganarse la vida y ahora se ha ido abriendo mucho más a toda la sociedad.
¿Qué tan difícil es llegar a profesional?
El tema es que cuando uno es amateur tiene que bancarla solo, trabajar de otra cosa y como mínimo hay que entrenar dos veces por día. Muchos chicos quedan en el camino por falta de tiempo. La clave es la dedicación y la fuerza que se le ponga. El amor a lo que cada uno hace, no sólo en las peleas, sino en cada entrenamiento. A mí por ejemplo no me gustaba tanto salir a correr, pero hay que ponerle amor si uno quiere conseguir ese objetivo. El problema más grande sigue siendo que en el profesionalismo, la mayoría de la torta se divide entre unos pocos y terminan perdiendo siempre los boxeadores. En muchos casos, los managers se quedan con todo.
¿Se practica como defensa personal?
Yo tengo la teoría de que no porque es un juego de estrategias. No tiene nada que ver con defensa personal ya que no tiene agarres, ni golpes mortales como, por ejemplo, el taekwondo que enseña cómo romper un hueso y termina siendo más violento. En este deporte simplemente se busca pegar y evitar recibir golpes.
¿Cómo le enseñas a tus alumnos que el boxeo no es un arma para pelearse?
Yo les digo siempre que esto es un deporte en el que se aprende a pegar, pero no por eso hay que andar peleándose en la calle. Lo bueno es que cuanto más entrenás, liberás más tensiones y de esta manera las personas se tranquilizan. De eso se trata en parte el boxeo recreativo, de que las personas se reintegren relajadas a la sociedad. Obvio es un arma de doble filo, pero yo trato de enseñarlo como un juego y que lo disfruten en ese momento. Cuando son chicos es difícil que no se peleen, pero lo importante es que vayan creciendo y aprendiendo.
Además de pelear y dar clases, ¿actúas como boxeador?
Sí, yo entreno con el ex campeón del mundo, Marcelo Domínguez y gracias a él participé de una película Italiana, Un beso y un Puñetazo, de Telefilm y en el próximo film que protagonizará Mariano Martínez, voy a pelear contra él. Está bueno, pero tampoco quiero desviar mi objetivo que es dedicarme al boxeo de manera profesional.
¿Qué le aconsejarías a un joven que recién empieza a dedicarse?
Primero que comiencen a entrenar y vean lo lindo que es esto. Hay que tratar de tener la cabeza centrada, no pensar que sólo somos maquinas de pegar, sino pelear por lo que uno quiere. Hoy se está luchando por los derechos, porque el boxeador no tiene obra social ni aportes jubilatorios. Yo trato de explicarles que el camino es duro, pero al mismo tiempo les digo que subirse al ring es un momento único, que no se puede explicar, hay que vivirlo. Lo importante para mi es dar hasta la última gota para lograr los objetivos que uno tenga. El mío además es llegar a la cima como boxeador pero también que el deporte se difunda y llegue a todos. Siempre repito lo mismo: lo más importante es luchar por los sueños de uno.
Autor Leandro De Marco