Identificación de las víctimas de trata
Este es probablemente uno de los temas más difíciles de dilucidar en los contextos de flagrancia y de escena del delito. Identificar al calor de un cuadro sorpresivo de trata de personas, quiénes…(Leer Más)
Identificación de las víctimas de trata
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Este es probablemente uno de los temas más difíciles de dilucidar en los contextos de flagrancia y de escena del delito. Identificar al calor de un cuadro sorpresivo de trata de personas, quiénes son tratantes y quiénes resultan ser víctimas, no es fácil y puede generar confusiones inmediatas, o bien situaciones de revictimización.
Otros factores que complican esa identificación de las víctimas es el temor de las mismas por su vida e integridad física y psíquica, además de su condición de vulnerabilidad, lo que las podría poner en una condición de no cooperar con las autoridades intervinientes en ese primer momento o en otros; todo lo cual requiere de un proceso de “ganar confianza” que no se puede obtener si no existe la experiencia y sensibilización necesarias para esos fines.
Tomando en cuenta todos los escenarios posibles de intervención de las víctimas de trata de personas, desde el momento de “primer contacto” en flagrancia o en otros subsiguientes dentro de una investigación policial o judicial concreta, pueden ocurrir pero no debían suceder- tres tipos de revictimización:
Revictimización primaria: Es cuando la víctima de trata de personas es sometida a condiciones de explotación por sus tratantes y a las distintas modalidades y efectos específicos en que fue víctima.
Revictimización secundaria: Es cuando una vez “liberada” de su condición de sometimiento y explotación, no se le brinda la atención, asistencia y protección adecuadas por parte de las autoridades competentes para resolver su situación humanitaria y legal. Es, por lo tanto, una especie de revictimización institucional, donde inclusive algunas autoridades las someten a procedimientos lentos, innecesarios o denigrantes.
Revictimización terciaria: Es la que se produce desde la sociedad, cuando no se comprende desde el inconsciente colectivo las verdaderas y profundas causas que generan la existencia de la trata de personas, y se les “castiga” socialmente con desprecio, exclusión y otras formas de escarnio colectivo.
Una vez identificadas las víctimas de trata de personas, se debe diseñar un sistema de evaluación de riesgos para elaborar un plan de asistencia y protección, según el nivel de gravedad o riesgo.
Capacitación a la policía de Fronteras Es necesario diferenciar entre trata de personas y trafico de personas para no revictimizar a una victima. Para eso es necesario una capacitación adecuada a la policías de fronteras, que son los que tienen muchas veces un primer contacto con la victimas. Considerar a una victima de trata de personas como migrante ilegal es victimarla desde el vamos. Deportar a una victima a su país de origen por considerarla migrante ilegal, provoca que no se analicen los factores de riesgo y como consecuencia es casi seguro que caiga nuevamente en manos de los tratantes. En muchos casos el tratante es un miembro de la familia o un vecino o un supuesto amigo.
Qué diferencia hay entre trata y tráfico de personas?
La trata y el tráfico de personas son dos delitos distintos: la trata es un delito contra una persona y una violación de los derechos humanos mientras que el tráfico, es un delito contra un estado y una violación de las leyes de inmigración de un país.
Además: La trata de personas se da a través del engaño sin que la victima de su consentimiento a las efectivas condiciones de trabajo a las que será sometida mientras que en el tráfico, son las personas mismas las que establecen contacto con el traficante (coyote o pollero) conociendo los riesgos a los que se expondrán.
La trata de personas puede darse tanto fuera como dentro de un país sin que el cruce de fronteras sea necesario, mientras que el tráfico de personas implica siempre el cruce una frontera o más.
En casos de trata de personas, el dinero no es un requisito fundamental para el viaje ya que a menudo los tratantes pueden “prestar” el dinero para el viaje para luego forzar a la víctima a trabajar sin sueldo para pagar dicha deuda. En el caso del tráfico de personas, el dinero representa un elemento importante y las personas deben pagar por adelantado al “pollero o coyote” para pasar la frontera.
Autor Germán Díaz Abogado y apoderado de la fundación María de los Ángeles http://www.fundacionmariadelosangeles.org