Another Brick in The Wall: garabateando las ciudades del mundo con sabor a colores, paredes y aerosoles
Desde hace varios años, el común denominador de la arquitectura metropolitana se ha caracterizado por los Graffitis que adornan nuestras calles, inscripciones artísticas que fundan políticas sociales y pensamiento objetivo. De ellos no se dice mucho, pero están; sorprenden y generan críticas cotidianas. Medios Lentos recorrió los caminos de Buenos Aires en búsqueda de testimonios, historia y cultura Rap.Las composiciones literarias de las obras musicales de Pink Floyd suelen contener una particular ironía que juega con las confusiones del público. Another Brick in the wall (otro ladrillo en la pared) es un claro ejemplo de ello, en especial si lo relacionamos directamente con los Graffitis: una gran parte de la sociedad los considera un elemento más, subversivo y desfavorable estéticamente para la comunidad. Para otros, es una magnífica creación de arte e ideología. “En conjunto sólo eres, otro ladrillo en el muro”, nosotros apuntamos a que esta ramificación cultural direccione su sentido y expresión mucho más allá de lo que podemos imaginar.Toda Bella Arte tiene su historia. Esta metodología de inscripción sobre construcciones urbanas, utilizando pintura en aerosol, abarca un extenso período de vida. Ya en la Antigua Roma se habían registrado dibujos caricaturescos, escrituras sobre muros y columnas, con profundo contenido político y social intercalado con insultos, o mismo, declaraciones de amor, entre tantos otros mensajes estilísticos. Pese a que se reconocieron otros ejemplos singulares durante la Segunda Guerra Mundial y la Inglaterra de siglo XIX, fue a partir de la década del sesenta, en Filadelfia, cuando surge el Graffiti Moderno, implementando las primeras estructuras sólidas del movimiento artístico. Un gran conjunto de jóvenes (influenciados por uno de los graffiteros fundadores, llamado Combread) revistieron las calles de las principales ciudades metropolitanas, fusionando críticas políticas con pinturas, alentando cambios sociales y revolucionarios; Velozmente, diversas regiones del planeta fueron recolectando esa fresca e insubordinada inventiva cultural, aplicándola a sus vecindarios, distribuyéndola entre la muchedumbre adolescente y adulta con fines de expansión artística y filosófica.Definitivamente, es en la Era Pionera (comienzos de la década del setenta) cuando el Graffiti se consolida como género y logra masividad y popularidad. NuevaYork se potencia como una de las ciudades más consumidoras de ésta maravillosa representación de comunicación social, publicando intensos mensajes de carácter politizado incluyendo, paralelamente, una innovadora forma de delimitación territorial entre Gangs (bandas callejeras). Martín (apodado Equis), argentino y graffitero de 19 años, nos explica: “Mi influencia musical es el Rap y Hip Hop, entre otros tantos estilos. Son ellos (se refiere a los géneros musicales nombrados anteriormente) quienes han inspirado nuestra cultura artística-crítica social. Es poesía subversiva que nos alienta a utilizar la casa de todos, nuestras calles, para asombrar y captar la atención pública; inducir la reacción o, por lo menos, la conciencia de cambio”.Si de compañerismos hablamos, podemos afirmar que existe una tríada particular: el Graffiti, el Rap y el Break Dance. Aunque esta triangulación no es una ley ortodoxa, simula ser una cotidiana conformidad. La década del ochenta, substancialmente en las sociedades norteamericanas (enfocándose en comunidades afroamericanas o de clase media-baja), sobrellevaba una repetitiva situación de enfrentamiento entre pandillas, la policía y otras organizaciones represivas que incitaron y estimularon la fuerza multitudinaria y el ejercicio del Graffiti. Martín agrega: “La idea era agarrar latas, latas y más latas para dibujar todas las paredes, tolerando que muchas personas los repudiaran por “ensuciar” o “destruir” el barrio. Otra alternativa común era pintar totalmente los vagones del tren, como en California”.Arte y ciudad. Cultura y sociedad. Comunicación y Sprays. Aerosoles, pinturas y crítica posmoderna nacional. Morfológicamente, Graffiti deviene del italiano Graffiti/Graffire, básicamente, formas de inscripción o pintura sobre mobiliario urbano. Asimismo, la Real Academia Española, titula como grafito a una pintada particular. Fuera de toda la inspiración crítica, social, política y económica, tintes que ya hemos descripto ampliamente, hay componentes materiales básicos que fundamentan este arte: el aerosol. Santiago (prefiere su mote Mono) informa: “Es muy práctico, bastante fácil de usar, permite mezclar colores, hacer combinaciones. También es sencilla su limpieza, aunque no hay que olvidarse que han evolucionado mucho en relación a los aerosoles más viejos”. Se refiere a los anteriores Krylon, Rust-Oleum, Red-Devil, entre otros.La ciudad de Buenos Aires no es una excepción a la regla cuando nos referimos al graffiti. Las paredes, los recovecos, pasillos, laterales de edificios, vagones de trenes… en fin, nuestro país es un cúmulo de expresiones artísticas, que no discrimina ni abandona ninguna de las tantas ofertas. Recorriendo los caminos del Tango, podemos encontrar frases tales como: “Si las elecciones sirvieran para algo, ya las habrían prohibido”. En tanto, la religión evidentemente, no ha encontrado un buen escondite para huir de las artes que la sitúen en un criterio examinador: “La iglesia es tan buen negocio, que hay una sucursal en cada barrio”. Por otra parte, Marx debe ser una gran inspiración para aquellos que dibujan: “La esclavitud no se terminó, se cambió a ocho horas diarias”. Dichas frases politizadas y llenas de pensamiento, junto con los graffitis, conforman una hermandad, generalmente, inseparable e inquebrantable.Martín, quien afirma continuar con su creación de graffitis en las paredes que bordean las vías del Ferrocarril Suárez-Retiro, explica: “No necesito una galería de arte, ni galardones, tampoco aplausos. Escupir mi visión del mundo y su realidad nacional en palabras pintadas, plena noche, con amigos y música, es para mí todo lo que necesito”. La adrenalina de ir contra los dictámenes sociales acerca del cómo y dónde exponer su arte, juegan un rol importante aquí. Vecinos de la localidad de San Martín, como Marta (67), expresan: “No estoy de acuerdo. Las calles son de todos, y lo que hacen es apropiarse de lo público, sin importarles los demás. Todos tenemos un espacio, ellos también. Deberían respetarlo”. El debate es amplio y de matices eternos, la cuestión no es extenderla, sino marcarla. Está presente.Planeta dibujo. ¿Qué técnicas persiguen cotidianamente los graffiteros? ¿Hay una academia internacional del graffiti, o es tan solo inspiración del corazón? El Mono (con un aerosol en la mano izquierda) expande un poco las teorías: “Generalmente, se utilizan aerosoles o rotuladores, según lo que quieras hacer: un graffitero, un escritor, o ambos. Hay de varias marcas, también se diferencian por el tipo de tinta o témpera, y el grosor de las puntas y su movilidad. Cada uno hace su inventario, según su boceto. Yo dibujo, pero también escribo mucho, así que suelo combinar”. Se registran casos de jóvenes que han optado por elegir otros elementos, tales como ácidos, tizas, velas, y herramientas de trabajo manual, con la intención de rasgar las pinturas originales y así deformar la figura, recreando una nueva en su conjunto. “Y después la experiencia, salir constantemente y probar. Copiar mucho, reproducir lo que otros hicieron. Nosotros tuvimos un grupo de amigos más experimentados, con muchos años de rutina, que nos enseñaron todo. Yo había comenzado con Stencils (sellado con moldes), pero me di cuenta que no los necesitaba. Con práctica y cabeza, todo se logra”. Sobre la relación con otros graffiteros, Martín responde: “Hay códigos que se respetan. Si nosotros no logramos ser comunidad, no podemos exigirla de los demás. Si la idea es hacer arte, no hay dudas que habrá arte y amistad”. Medios Lentos describe y regala un rincón de pertenencia para toda Bella Arte que alimente el espíritu de los hombres, tanto en lo estético como en lo filosófico. Toda cultura expresa comunicación, continuamente. Cito a Martín: “Sólo quiero decirles: permítanos colorear un poco el gris de las naciones”. El arte nos ofrece la eternidad en arco iris, nos compone en amalgamas de diversos tonos. Nos delinea una sonrisa en medio del pánico y el horror. Si escaseamos de él somos, sencillamente, humanos.AutorPablo C. Sturbapablo@medioslentos.com