Entrevista a Ixchel Yglesias González Báez
Ixchel tiene 26 años y es de México. Es antropóloga social y desde hace 6 años que trabaja con mujeres en situación de prostitución en diferentes contextos de explotación sexual. Se dedica a la investigación activa con las mujeres víctimas para comprender cómo el dominio del sistema proxeneta se insertan en sus discursos, para luego desarticular su efecto. Forma parte, además, del Centro de Estudios Avanzados en Prostitución y Trata.
¿Cómo llegaste al tema de trata de personas?
Llevo casi 6 años trabajando con mujeres en situación de prostitución. Estaba estudiando la licenciatura cuando me acerqué a las mujeres. Primero estuve realizando trabajo en la calle y después me integré como voluntaria al centro Madre Antonia, un centro de las hermanas Oblatas del Santísimo Redentor, el cual se encuentra en la zona de la Merced en la ciudad de México. En este espacio realicé diferentes talleres con las mujeres y sus hijos e hijas.
Algunos fueron talleres productivos y otros talleres que tenían como objetivo la reflexión, el empoderamiento, el amor propio y la desestructuración del poder que se somatiza en un sistema de esclavitud.
Mi corrido por el tema ha sido amplio, ya que además de trabajar con las mujeres en situación de prostitución, he realizado investigación y trabajo territorial en Tlaxcala, donde a partir de un proyecto con el Colectivo Mujer y Utopía hemos trabajado con familiares de mujeres víctimas de trata de personas con fines de explotación sexual, además de trabajar en escuelas secundarias y bachilleratos de diferentes municipios del Estado para construir la prevención con las y los jóvenes, con sus madres y padres, y con docentes.
El estudio y trabajo directo con el fenómeno también me llevó a realizar junto con Oscar Montiel trabajo de investigación en Ciudad Juárez Chihuahua, para elaborar peritajes en Antropología Social y establecer la relación entre la desaparición de mujeres, la trata de personas y el feminicidio.
¿De qué trata tu ponencia?
Es un recorrido que muestra cómo se han ido construyendo ideas y prejuicios en torno al cuerpo de las mujeres, ideas que están asociadas a la construcción de mitos alrededor de la prostitución, como son “la insaciabilidad sexual masculina”, y el mito del “dinero sucio”, entre otros; es importante plantearnos y analizar cómo se construyen estos mitos que violentan a las mujeres ya que estos se convierten en ataduras y estigmas. La ponencia analiza esto, y después se articula con la construcción de los afectos en un sistema de esclavitud, y cómo este fenómeno genera un proceso dialectico que mantiene a las mujeres sujetas a las personas que las esclavizan. La ponencia se titula “De cuando se tiene que enamorar al diablo para sobrevivir”. La expropiación del cuerpo y los afectos en un sistema de esclavitud, y para su elaboración trabajé directamente con una mujer en situación de prostitución, la voz de ella está presente en la ponencia y va explicando como el amor en un sistema de esclavitud es carencia y vacío, es necesidad de reconocimiento, sacrificio y subordinación.
Para poder terminar con un sistema de esclavitud es necesario erradicar cualquier forma de violencia contra las mujeres, es necesario que el cuerpo y los afectos se construyan no para los otros sino para nosotras.
¿Qué esperas de este nuevo encuentro?
Hacer un diálogo honesto de la problemática que viven las mujeres en situación de prostitución, para tener herramientas para una mejor comprensión y crear estrategias de acompañamiento que eviten el uso y abuso de las historias y la re-victimización de las mujeres, ya que lo único que esto provoca es engrosar la industria de la víctima. Tenemos que ser críticas y críticos con esto, es necesario que el diálogo se haga desde una perspectiva crítica porque de lo contrario el sistema proxeneta se puede colar en el encuentro, es importante que se cuestione la violencia contra las mujeres, los sistemas de esclavitud, los financiamientos, la geopolítica de la trata y los intereses a los que las organizaciones responden. Necesitamos vernos y reconocernos como seres humanos para lograr un proceso de espejo y así construir la crítica y la transformación.
Debemos partir de que la prostitución es una forma extrema de violencia contra las mujeres, porque de esta forma podemos entonces trabajar en conjunto por la erradicación.
Espero que podamos construir una agenda de trabajo, sumar esfuerzos y acompañarnos.