Michelle Laure Youayou es una mujer de 40 años de nacionalidad francesa y originaria de Costa de Marfil, África, que denunció el abuso sexual que padecieron sus hijos ante las autoridades el poder judicial francés.
Por una deficiente actuación de abogados propios en suelo francés, ceñidos a estereotipos y a su condición de vulnerabilidad, el juicio contra el padre, acusado de abuso hacia los hijos, justamente un ciudadano francés, de profesión Ingeniero Civil, resultó infructuoso.
Al no encontrar apoyo para defenderlos, Michelle tomo una decisión que la dejaría en la peor de las posiciones: tomó un vuelo junto a los niños con destino a Argentina. Ante esa decisión el progenitor de sus hijos realizó una denuncia de secuestro, para obtener una restitución internacional.
Se libró orden de captura internacional para Michelle y ante la recomendación de profesionales de distintas disciplinas sobre lo que sufrirían sus hijos si volvían con quien habían denunciado por el abuso, no pudo ver otra solución más que quedarse en nuestro país.
Ante esa postura, Michelle fue declarada en rebeldía y fue así como terminó en el penal de Ezeiza durante 15 días.
Fue arrestada cuando estaba con sus hijos en un plaza, la subieron esposada a un patrullero y a sus hijos los llevaron a un hogar de tránsito, hasta que llegó al país el progenitor quien regresó a Francia con los niños sin ningún tipo de cuestionamiento, sin haber escuchado a los niños ni a la madre con respecto al por qué estaban en el país. Michelle, sin poder hacerse entender debido a que habla su lengua de origen, no estuvo al tanto de muchas cosas que pudo haber hecho.
De eso tuvimos prueba fehaciente (ya que así lo pide la ley) por la compañera Paule Decrop de AMUMRA, quien realizo una exhaustiva investigación de los lugares por donde pasó Michelle. Su pedido de refugio, su paso por diferentes organismos del Estado y su periplo para intentar proteger a sus hijos, además de los lugares donde se los examinó y que consta que los pequeños fueron víctimas de abuso sexual en la infancia. Todos los relatos coinciden en que los niños cuentan exactamente lo mismo.
Michelle, al salir del penal de Ezeiza, dejó su pasaporte ante la justicia, requisito para obtener su libertad.
A partir de allí, comenzó otro camino tortuoso.
Sin trabajo, sin pasaporte, sin saber qué hacer, Michelle hizo lo único que supo hacer, subsistir, hasta que se encontró con varias Organizaciones de Mujeres, MUJERES DE ARTES TOMAR, AMUMRA, REDVIVA, PARLAMENTO DE MUJERES, MOVIMIENTO EVITA 3 de FEBRERO quienes hemos tomado contacto con esta causa y nos abocamos a trabajar, contener y sostener a Michelle.
El Doctor Enrique Stola y la Licenciada Daniela Lezcano, quienes son asesores de Red Viva, han tomado el caso de Michelle debido a lo delicado del tema.
La Abogada, Marcela Arenas asesora de Red Viva, también acompaña Michelle.
A pesar de que cada organización pone todo el empeño en este trabajo, entendemos que Michelle necesita medidas por parte del Estado Argentino, para entender qué paso con esta mujer.
A seis meses de que la hayan separado de sus hijos, nadie sabe cómo están los chicos, nadie procuró que Michelle pudiera al menos tener contacto telefónico.
Michel afronta hoy una acusación por “secuestro” de sus hijos. En estos días se sabrá qué tribunal va a juzgarla. Intentarán condenarla por este delito que conlleva una pena de 5 a 15 años de prisión. El ciudadano francés ha dejado en Argentina a una abogada querellante privada para que se asegure de ello. Michelle está representada por la defensoría de pobres y ausentes.
Hay muchas preguntas, persecución y padecimiento pero esto es solo para Michelle y lamentablemente lo hemos naturalizado porque no le pasa solo a ella, le pasa al 99% de las mujeres madres que denuncian abuso sexual o violencia hacia sus hijos en nuestro país.
A la mujer se la intimida desde que denuncia y ordenan en el juzgado pericias, para ver qué tan loca esta. Partiendo de esa premisa es que se empieza desconfiando del objetivo de investigación, el delito real, lo que sucedió con los niños, y así penalizar a la mujer, quien si insiste con repetir lo que los niños cuentan, es destratada hasta llegar a perder la tenencia de sus hijos.
El caso de Michelle esta exacerbado porque muy pocas se atreven a huir, y para quienes huyen existe este tipo de adoctrinamientos, cuestión que queda en claro: no importa lo que digan ni a donde corran, no podrán escapar.
Ella es Michelle, una de las pocas que se atrevió a ir presa y prefiere la cárcel a entregar a sus hijos a quien tanto los dañó. Los hijos de Michelle no están protegidos.
Nos negamos a ser cómplices de este sistema patriarcal que penaliza y persigue a las mujeres que intentan defender a sus hijos de violentos y pedófilos.
#Absolucionparamichelle #Restitucionparasushijos