El cine: un arte que une fronteras


El cine: un arte que une fronteras

“Mi hermano jugaba con sus amigos al borde del río. Vieron hombres armados llegar. Se escondieron pero fueron atrapados. Ellos le cortaron la cabeza a mi hermano…Cuando llegó la noche, fui a buscar a mi mamá. Yo cargué su cuerpo sobre mi hombro y mi mamá tomó su cabeza”. Este relato no pertenece a una película de terror ni de ciencia ficción sino que con él comienza “Impunity”, la película que ganó el premio al mejor documental del Festival de Cine Latinoamericano en Toulouse.A través de ella sus directores, Juan José Lozano y Hollamn Morris, intentan no sólo denunciar la impunidad con que los grupos paramilitares colombianos (Autodefensas Unidas de Colombia -AUC-) han asesinado y aterrorizado a la sociedad civil durante décadas sino también hacer público el poco esclarecedor proceso de Justicia y Paz iniciado en 2005 por el gobierno de Álvaro Uribe. Centenares de ex combatientes han pasado por los tribunales durante cinco largos años, pero finalmente la impunidad y los manejos del poder “fueron más fuertes”. Los principales responsables de las atrocidades cometidas en dicho país terminaron siendo extraditados a los Estados Unidos bajo cargos de narcotráfico únicamente. Con esta columna, correspondiente a la presente edición especial de Medios Lentos, no sólo pretendo “recomendar” este documental donde se muestra lo que vivió y vive la sociedad colombiana en esta guerra de “guerrillas”, sino que además, intento hacer hincapié en el cine como un medio “puente”, capaz de atravesar cualquier frontera al adentrarnos en arenas movedizas y realidades lejanas.Toulouse, si bien es una ciudad en la que mucha gente habla español ya que la inmigración española fue masiva durante la dictadura de Franco, se encuentra a más de 11.000 kilómetros de Buenos Aires. Más allá de que los residentes argentinos no son escasos y que hay una gran movida “tanguera” en esta ciudad, no es fácil encontrar “reparadores” que nos hagan sentir en casa cuando la melancolía toca a la puerta.Frente a esas circunstancias y para los numerosos latinoamericanos que nos encontramos en esta ciudad, no son muchos los espacios en los que podemos acercarnos a nuestras raíces. Para los argentinos existen, por suerte, un par de restós en donde se puede comer asado, empanadas, alfajores de maicena, dulce y queso, etc.; además, sin alejarse tanto de lo habitual, hay una opción muy buena de chivito uruguayo en pleno centro de la ciudad. Existen también espacios culturales donde se baila tango. Con los clubes de salsa no nos identificamos totalmente pero finalmente terminan siendo un buen plan para relacionarse con hispanos, sociabilizar y distenderse.No podemos dejar de lado el cine como una excelente manera de aproximarse a lo conocido o cercano. En este caso, el Festival de Cine Latinoamericano nos permite, una vez al año y durante una semana entera, teletransportarnos a nuestro continente a través de las historias que numerosos directores independientes nos cuentan con sus films. Bien claro está que “una cosa no quita la otra”, ya que no es lo mismo volver a nuestro país y ver en vivo y en directo lo que está sucediendo, que vivirlo a través de una pantalla gigante. Sin embargo, para las épocas de vacas flacas, asistir a este tipo de festivales y espectáculos por solamente 6€ la función aplaca, al menos un poco, el espíritu nostálgico que nos acompaña día a día.  Para conocer más sobre la película ingresar en: http://www.impunitythefilm.com/es/el-doc/AutorFlorencia Gaudenziinfo@medioslentos.com