El final menos deseado


El final menos deseado

El conjunto de Maradona se despidió de Sudáfrica en cuartos de final tras caer goleado cuatro a cero por Alemania. La continuidad de Diego está en duda y la tristeza no tiene final.El partido más esperado había llegado, millones de personas frente al televisor, otro millón atento a la radio y miles en vivo desde el estadio sudafricano. Todos vieron como el seleccionado falló en el partido que no podía fallar. El rival ameritaba el respeto que no se había tenido por el resto de los rivales que Argentina tuvo en esta copa (Nigeria, Corea del Sur, Grecia y México). El equipo de Maradona murió en su ley, en la ley implementada para este mundial, y lejos quedó el esquema con el que se había vencido a Alemania la última vez en este ciclo de Diego (cuatro defensores y cuatro volantes). No se tuvo en cuenta que el arma letal del conjunto germano era el contragolpe. Era cuestión de tiempo y de espera por parte de los alemanes, que supieron disipar cada intento de arresto del conjunto albiceleste, quien entró en la desesperación y nerviosismo. El equipo europeo clavó puñaladas fatales a la ilusión de todo un país, que creía que repetir el título obtenido en 1978 y 1986 no era un sueño sino una realidad palpable y que estaba más cerca que nunca.Lo peor que había mostrado Argentina en el mundial hasta el partido con Alemania había sido la defensa, y con los europeos no fue la excepción, por el sector derecho, posición ocupada por Otamendi, los alemanes aprovecharon cada oportunidad que tuvieron (los cuatro goles vinieron por ese lugar). Ese sector fue el más débil de cada partido argentino en el torneo, y ese error contra el primer rival de peso que se enfrentó se pagó y muy caro. Alemania es un equipo fuerte arriba pero con desacoples defensivos, sobre todo por el sector izquierdo de la defensa, que protege Boateng, y el no advertir esa falencia del rival hizo que la celeste y blanca perdiera la oportunidad de poder doblegar al rival. Fue Messi quien debió ir por ese sector y no Di María. El crack del barsa no contó con ningún socio en todo el partido y quizás Verón podría haberlo sido. El fuerte de Mascherano es el quite y no la distribución del balón, por eso en esa función el jugador del Liverpool se nubla por completo.Los errores que se le pueden reprochar a Diego son: que nunca encontró al marcador lateral derecho, que mantuvo a Demichelis y no le devolvió el puesto a Samuel, que las oportunidades a Di María fueron muchas más de las que se merece un jugador en una competición tan importante. Que Verón, a pesar de sus limitaciones físicas, tenía que estar entre los once iniciales, porque es el único jugador con las espaldas suficientes para manejar al equipo desde adentro de la cancha y además ser el nexo entre ellos y la estrella de este seleccionado, Messi, que si bien no pudo convertir en ningún partido fue por lejos el mejor del plantel.Pero no nos sorprendamos, porque esta selección no hizo menos que el resto de las selecciones nacionales desde el mundial ´94 hasta hoy. Ninguna logró acceder a semifinales.Todo sirve para el futuro. El ciclo Maradona estuvo viciado de ciertas anomalías, que de aquí en adelante no pueden volver a ocurrir. Eso lo debe tener en cuenta Julio Grondona, que a la hora de elegir un técnico no puede condicionar a éste en la elección de sus ayudantes, y aprender que la AFA es más que él y sus caprichos.Con el tiempo se verá si Maradona sigue o no en el cargo, darle una oportunidad en la Copa América del año próximo a disputarse en nuestro país no es ilógico, y en caso de que siga, hay que darle la libertad de poder conformar su cuerpo técnico como él quiera, porque en definitiva, con actitudes como la de Grondona, lo que se desprestigia es el fútbol argentino, y por la calidad de sus jugadores, en vez de eso, se lo podría potenciar y llevar a lo más alto de la elite mundial.Facundo de Marchifacundo@medioslentos.com