Escucharnos y actuar


Tenemos la oportunidad de reconstruir el país, recuperando las confianzas, a través de un nuevo acuerdo social, tal como lo plantea la sociedad civil, evolucionando desde un modelo que va desapareciendo a uno que comienza a emerger, un choque de placas que como un terremoto fue acumulando energía en el tiempo que se transformó en rabia, en injusticia, sin que fuéramos capaces de darnos cuenta, o como si no quisiéramos saber cuándo estallaría, ni cuánto duraría su quiebre.

Existe un antes y un después que nos llama a trabajar de forma urgente, para levantarnos como sociedad, igual como nos hemos levantado de todas nuestras crisis, como nos hemos levantado después de cada catástrofe natural o social que hemos vivido, buscando primero un lugar donde poder encontrarnos, dialogando para transformar lo que estaba mal y creando en conjunto un mejor espacio, donde no solo podamos vivir mejor, sino también convivir desde la convicción, la empatía y la transparencia, donde se acabe el famoso y ya fracasado win-win del gano yo y ganas tú, para pasar al ganas tú, gano yo y gana mi entorno, social y ambiental, haciéndonos cargo, una responsabilidad no solo con mi actuar, sino también cómo mi actuar afecta a otros.

Es hora de comenzar a trabajar en una evolución, para así dejar atrás la revolución. Una evolución donde terminemos con el discurso “del uno o del otro”, que siempre ha sido tan excluyente, donde se deja de ver al otro como una persona y se pasa a ver al otro como a un enemigo, una competencia a la que hay que ganarle o destruir. Es hora de hablar del trabajo colaborativo, “del uno más el otro”, incluyente, eficiente y colaborativo.

Me he dedicado estos días a escuchar y a comunicar lo que otros no han podido contar, a llamar a todas las ONG con las que he trabajado, he conversado con empresarios, trabajadores y líderes de comunidades, cada uno con sus dolores y visiones, muchas que convergen en un mismo punto, el de trabajar unidos, de la necesidad de comunicarnos y de trabajar unidos.

Es hora, es el momento de dar soluciones prácticas y reales, transformar ideas e intenciones en proyectos ejecutables en tiempo y espacio determinados, cambios ahora ya.

Hago un llamado entonces a que nos encontremos, nos escuchemos, hablemos y entonces comencemos trabajemos, pero sin antes haber recobrado nuestra libertad, esencial para poder avanzar y no retroceder.