Homenaje a Sandro
Danos fuegoFinalmente ocurrió. Murió Sandro. Desde que se buscaba un donante de pulmón y corazón hasta que se consiguieron. Desde las fiebres nocturnas a la respiración asistida. Desde su primer álbum al nunca deseado “Murió Sandro” de los telegraphs.Falleció a los 64 años, la edad que Paul McCartney inmortalizó en When I’m Sixty Four, aunque para la cultura argentina él era inmortal desde hacía rato. Los medios tendrán que buscar, especialmente los canales de televisión, otra noticia a la cual estirar y usar para tapar otros asuntos. Ocurrió a las 20.40 y diez minutos más tarde Wikipedia ya tenia actualizada su biografía. Los snobs de Internet dicen que si no apareces en Google no existís. Tal vez pronto añadan la frase: “si no está en Wikipedia, no pasó”.La vida de Sandro está llena de momentos claves. Su primera canción en español (“Comiendo rosquitas calientes en el Puente Alsina»), su último recital (2004 en la gira La Profecía), el Madison Square Garden (1970), sus películas, sus amores, sus nenas, etc.Probablemente muchos fans del rock no lo sepan o prefieran no saberlo, pero El Gitano inspiró a muchos adolescentes en la década del `60 a animarse a cantar en español. No es exagerado decir que Sandro es uno de los padrinos del rock nacional, hoy tan lejano al sonido beat de sus inicios.En vida recibió muchos homenajes, entre los que por un tema de edad de quien escribe y seguramente quienes lean, se destaca Tributo a Sandro, Un Disco de Rock. Cada banda aportó su sonido a temas que antes toda señora que se precie de ser tal bailó con su noviecito mientras pensaba en el Sandro de América.Ahora nos inundarán con homenajes a Roberto Sánchez. Probablemente salga algún que otro CD y aparecerán amigos y fans a recordarlo como un prócer, que luego de sus declaraciones de apoyo a los dichos de Susana Gimenez acerca de la pena de muerte tal vez lo sea, dado el perfil sangriento de todo prócer. Lo mejor que se puede hacer como amante de la música es sacarse cualquier prejuicio de encima y aprovechar la oportunidad para descubrir una obra rica en cantidad. En cuanto a la calidad, bueno… queda a criterio de cada uno.¿Imitador de Elvis? Digamos un admirador; un amante de la música que hizo por ella lo mejor que pudo.Por Nicolás Melandri