Qué hay detrás de llegar tarde
Con incentivos o multas, cumplir horario sigue siendo un problema en la Argentina y en el resto de Latinoamérica. El 50% de los reclamos se debe a la impuntualidad en el transporte. Especialistas cuentan por qué llegamos tarde.El tiempo es oro» dice el refrán. Sin embargo, para los argentinos y otros países de América Latina la frase es bien conocida, pero difícil de practicar. Y a pesar de tener una hora oficial, cada país lleva el tiempo como mejor le parece. Llegar tarde no sólo afecta a las relaciones interpersonales, también impacta en la economía y en la evolución de los negocios.En lo político, desde México hasta Argentina, pasando por los países caribeños y centroamericanos, ningún acto oficial comienza a horario, y en algunos casos pueden pasar dos horas de retraso. Y si bien la mayoría de los mandatarios no predica con el ejemplo, algunos intentan estimular con dinero al trabajador a llegar a tiempo a su empleo, como promueve Evo Morales en Bolivia.Argentina no se caracteriza por la puntualidad, pero lejos está de los tiempos ecuatorianos, peruanos, o colombianos que pueden superar las dos horas de atraso en un acto.Reloj nacionalEl 50% de los reclamos recibidos en la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) es por Incumplimiento del Servicio Programado (ISP) en la frecuencia de trenes y subtes.En cambio, en los colectivos es del 18%, la segunda queja, detrás de las denuncias por el manejo de los choferes. En el último año, la impuntualidad de los colectivos bajó levemente, situación que en los trenes no baja desde hace 5 años.Según el último informe de puntualidad, elaborado por la Asociación Argentina de Derecho del Turismo (AADETUR), las empresas de transporte nacional lideran el ranking de demoras al compararlas con otras de origen europeo. Así lo demuestra la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA), que pierde unos 2,4 millones de pesos por incumplir horarios al año.Ante el panorama, la gestión PRO resolvió ajustar el reloj por donde más duele: aplicando multas. En dos años Mauricio Macri tarifó la demora y logró recaudar 2400 pesos. Llegar cinco minutos tarde a una reunión de gabinete equivale a 50 pesos, y superar ese tiempo, 100. Hasta el momento la estrategia parece funcionar.La Ley El Art. 84 de la Ley de Contrato de Trabajo establece que: «El trabajador debe prestar el servicio con puntualidad, asistencia regular y dedicación adecuada a las características de su empleo y a los medios instrumentales que se le provean». Pero no contempla las multas o descuentos como válidos.Sí la suspensión.»La impuntualidad es un tema que preocupa a las empresas, sobre todo a las pymes que no tienen un sistema de control de personal ni de horarios.Dependen de las políticas de recursos humanos», explica Fernando Pérez, especialista en derecho laboral.El abogado sostiene que es importante destacar que la impuntualidad sea sancionada. «La ley no establece qué sanción corresponde por cada incumplimiento, pero impone una escala: apercibimiento oral, luego por escrito, suspensión, y en un caso extremo despido con causa. Pero es muy difícil. Se aplican de manera proporcional y progresiva. Porque intenta corregir conductas», detalla Pérez.CausasEl filósofo e investigador del Conicet, Ángel Garrido, autor del libro «Los tiempos del tiempo», explica a Zona 25 que además del desfasaje natural que se da entre el tiempo individual y el cosmológico, el tiempo se mide según las costumbres. «El europeo ve el universo como un orden, en cambio el argentino por razones históricas lo ve como un caos, y así lo refleja en sus actividades. Un alemán se siente vinculado a su trabajo, lo ve positivo. En cambio, un argentino siente que va a sufrir, no ve las responsabilidades como propias y si puede las elude.Enrique Novelli, psicoanalista miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), dice que la impuntualidad tiene varias lecturas.»Una persona que llega tarde, utiliza el tiempo del otro en beneficio personal.Es una cuestión narcisista, primero estoy yo, luego el otro. También es mostrarse presente en la ausencia, una manera de hacerse desear», analiza Novelli. Para la psiquiatra Elsa Wolfberg, la demora se entiende como una señal. «Es un síntoma que puede tener muchas fuentes. Hay que pensarlo como una respuesta de un microsistema que no encuentra canales de expresión.Llegar tarde al trabajo implica algo que no le está haciendo bien a la persona.Ambos psicólogos afirman que dilatar un encuentro social o laboral es por una resistencia, fobia, algo que puede resultar desagradable, que «estaría promovida por un disgusto ante el encuentro».Por último, la filósofa Roxana Kreimer, argumenta que «el no respetar las normas surge de no sentirse parte del bien común, de no contemplar las reglas de convivencia como propias. Ser impuntual es una anomia social», finaliza.Por cultura, o por hacerse notar, queda claro que la impuntualidad no suma beneficios. Más bien resta dinero, placer e imagen. AutorMarina Roxana Pagnuttiinfo@medioslentos.com“Soy periodista y desde que egresé de la UCA trabajé en diferentes medios gráficos, radiales y digitales. Colaboré para los diarios Perfil y La Prensa. Además fui redactora en distintas revistas de actualidad. Entre ellas están: Buena Salud, Hombre y Maxim. Dirigí los portales Estación Argentina y Código Cero, especializados en cultura y periodismo de opinión. Fui jefa de redacción de la revista Énfasis Logística Sudamérica. Coordiné el servicio informativo de Radio Belgrano y fui columnista en programas de FM La Tribu y Radio Cultura. Actualmente soy redactora de la Revista Zona 25 (España) y colaboradora en diversas publicaciones, entre los que se encuentran Diario Buenos Aires Económico (BAE) y Miradas al Sur. En 2009 fui becada por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, de Gabriel García Márquez (FNPI) para integrar un taller de crónicas culturales en Colombia. Mi trabajo final fue seleccionado para el libro que la Fundación presentó en enero de 2010 sobre festivales populares»