Roberto Smith de Castro, director de la revista “Cine cubano” cuenta la situación actual de Cuba


Eusebio Leal y Roberto Smith de Castro

Cuba se encuentra en una situación de alta tensión. La realidad del país, lo que sucedió y sucede en sus calles, está siendo sistemáticamente reemplazado por una realidad virtual que circula por las redes, que manipula los hechos reales, descalifica e insulta al Gobierno, hace repetidos llamados a la violencia, promueve “fake news” y convierte a todo el “pueblo cubano” en una víctima de la represión que requiere la solidaridad del mundo.

Es cierto que ocurrieron protestas, que muchas personas se manifestaron por causas legítimas, que otras expresaron posiciones políticas contra el Gobierno y que otras vandalizaron, saquearon comercios, volcaron automóviles de la policía y agredieron violentamente a personas. La sala pediátrica de un hospital fue atacada. Es cierto que intervino la fuerza pública, que ocurrieron enfrentamientos, detenciones y que una persona falleció en circunstancias no aclaradas.

Estos hechos, casi todos, ocurrieron el domingo 11 de julio. Sin embargo, tanto en las redes como en medios internacionales, comienza a crecer durante la semana la información y a construirse un perverso relato virtual de desorden permanente y represión brutal. Demasiado coordinado todo para ser supuestamente espontáneo. Demasiado obvio el uso de boots, de influencers ajenos a la realidad cubana. Demasiado parecido a lo que indica el Manual de guerra no convencional del Ejército de los Estados Unidos, utilizado con otros países.

El tema Cuba ocupa primeras planas. Figuras de la política y de la cultura, son arrastrados a manifestarse contra nuestro Gobierno. Desde Miami y desde otros países y ciudades se inundan las redes de mensaje violentos, de odio, de desprecio hacia nosotros. Una parte de la emigración cubana se lanza a una guerra fraticida contra el país. Y lo que es mucho peor, a solicitar la intervención militar de los Estados Unidos en Cuba. Como mala hierba, se ha activado el pensamiento anexionista que desde el siglo XIX ha enfrentado al independentismo.

Sea cual sea la magnitud de las protestas, desde ese mismo día y durante los siguientes, mucho pueblo e instituciones las han rechazado, han expresado su respaldo a la Revolución y han apoyado el llamado del Gobierno a la paz interna, uno de nuestros más preciados valores.

La situación económica del país ha sido combustible para el malestar, las insatisfacciones y las quejas. La vida diaria es difícil. El efecto del bloqueo norteamericano a Cuba se agudizó durante la pandemia que ha sido utilizada como aliada en el ataque a Cuba. Solo el Gobierno de Trump, sin cambios con Biden, aplica 243 nuevas restricciones a la economía cubana. Se persiguen y castigan lo mismo transacciones financieras que los barcos que traen el petróleo al país. Se impiden los viajes y las remesas familiares. A esto se suman errores y aplazamientos internos que son innegables. Para las familias son grandes las limitaciones para comprar alimentos y medicamentos. La situación empeora con la covid 19: principios de julio, la epidemia crece en una nueva y terrible ola. A esto se le suman las averías de termoeléctricas que provocan largos apagones.

En este contexto se producen las protestas y en este mismo contexto se produce el apoyo a la Revolución. A pesar de las carencias, son muchos los que reconocen que el modelo de justicia social impulsado por la Revolución, el acceso a la educación, a la salud pública, a la cultura, deben defenderse por encima de todo. La proeza de la ciencia cubana que ha propuesto 5 candidatos vacunales, uno ya reconocido como la primera vacuna latinoamericana, permite ver la luz de salida de la epidemia.

La euforia mediática agresiva contra Cuba oculta y tergiversa. Al mismo tiempo, lo sucedido es una señal de alarma que atiende el Gobierno ante la necesidad de cambios insoslayables.

Entre la intelectualidad cubana, entre los artistas, algunos pocos han optado por la negación destructiva. Otros, los que construyen, aportan con su pensamiento al necesario debate futuro.

A pesar de la complejidad de la situación, somos muchos los que compartimos la confianza de que hechos y heridas, aciertos y errores, serán superados y que Cuba avance más como sociedad inclusiva.

Roberto Smith de Castro
Director de la Revista CINE CUBANO, ICAIC.