Yanni despertó el New Age argentino: las manos, los pianos y violines que adornaron Buenos Aires
Es uno de los principales exponentes de dicho género musical a nivel mundial y se presentó por primera vez en nuestro país. Fueron dos espectáculos con más de diez músicos en escena, de varias nacionalidades, junto a un público multitudinario que lo ovacionó hasta las lágrimas. Ante semejante orgullo, el compositor prometió volver el año entrante.El New Age parecía un género musical olvidado por los argentinos. Con muy poca iniciativa industrial, escasa distribución de contenidos originales y una extrema pobreza a nivel de espectáculos masivos. Sin embargo, el Luna Park prometió lo que parecía ser un sueño para muchos apasionados del estilo.Yanni, uno de los pianistas y compositores de New Age más importantes del planeta, comenzó una gira por Latinoamérica, con una parada excepcional en la ciudad de Buenos Aires. Miles de fans lo aclamaron durante los dos espectáculos que brindó en el mes de septiembre para un público que, en muy pocos días, había agotado las localidades para la única función organizada oficialmente desde un principio. Ante semejante respuesta popular, el artista decidió concretar un último encuentro para el tercer domingo del presente mes, el cual fue un éxito tan arrollador como el primero. Yanni comentó al respecto: “No pensé que Buenos Aires me recibiría de esta manera, tuvimos que agregar un espectáculo más”. De pronto, resurgió la pasión por el instrumental moderno y, según parece, durará mucho tiempo más ya que, en pleno recital, el artista le confesó al público: “Y el año que viene volveré a la Argentina”.La historia y trayectoria artística de Yanni Chryssomallis (nacido en Kalamata, Grecia, el 14 de noviembre de 1954) es verdaderamente apasionante. De pequeño le gustaba tocar el piano, en especial cuando se reunía con su familia a interpretar canciones populares. Sin embargo, hasta ese momento, no había incursionado en el ámbito teórico profesional de la música. Tenía grandes condiciones para la natación, deporte en el cual pudo batir un récord nacional en los “50 metros estilo libre”, en su ciudad natal.En el año 1973, con tan solo 18 años, dejó Grecia para ir a estudiar psicología en la Universidad de Minnesota, Estados Unidos. Él mismo se autodenomina como un fanático de Sigmund Freud. Mientras realizaba sus estudios, tocaba en una banda de rock y pop denominada “Chameleon”, junto a su actual baterista y amigo Charlie Adams. Sin embargo, el conjunto no logró éxitos mayores. Yanni dejó la formación y decidió, finalmente, estudiar música y escribir sus propias canciones. No imaginaba que era el comienzo de una carrera solista que lo convertiría, pese a sus aportes a la psicología, en uno de los músicos contemporáneos más extraordinarios del New Age. Poco a poco, fue tomando lugar en el ambiente artístico y, en el año 1980, lanzó su primer disco de estudio llamado Optimystique. En la actualidad, lleva trece discos oficiales y ocho álbumes en vivo con material de video. A su vez, fue nominado para un Grammy por haber compuesto para televisión y cine. El mundo lo ve como un maestro legendario.Su repertorio es de una riqueza estilística inigualable. Reúne los géneros orquestales, la lírica, percusiones e instrumentos populares de diversas culturas. Con varios artistas en escena, presentó a su nueva formación frente a miles de espectadores emocionados por su arte. Sus músicos de varias nacionalidades, entre ellos cubanos, paraguayos y armenios, tuvieron su espacio solista para explotar al máximo sus virtudes musicales. La ovación del público hizo emocionar hasta al propio Yanni, quién observó a su equipo sorprendido por los gritos y las aclamaciones.Como es su costumbre, Yanni entabló algunas palabras como introducción a sus magníficas obras: “Toda buena canción comienza con un pequeño pensamiento en nuestras mentes”, dijo antes de interpretar una de sus melodías más conocidas. Melodías que no tienen fronteras ni condiciones: baladas románticas, jazz fusión con sintetizadores y ritmos caribeños, obras líricas con voces femeninas, cuerdas y piano. Esa idea de “instrumental contemporánea” que ensambla lo mejor de la música.En su última presentación, Yanni agradeció eternamente al público argentino, expresándole el inmenso valor de vuestra cultura y su extraordinaria pasión por la música. “No olviden que somos todos iguales”, dijo antes de afirmar oficialmente que volvería con un nuevo disco el año que viene. Los fans, emocionados y ansiosos luego de escuchar a su máximo referente. Buenos Aires, cúspide de las Bellas Artes, nuevamente regalándonos lo mejor de un artista inigualable.Autor Pablo C. Sturbapablo@medioslentos.com