Bajo un cielo azul profundo la tarde del domingo discurría sin sobresaltos. Estaba concentrada y me veía a mí misma como una esponja, quería absorber todo lo que me iban a contar. Nada se trastocaría porque cuando las energías se encuentran son capaces de darle brillo a una tarde nublada. Así ocurrió ese domingo, en la terraza del bar de un hotel que mira hacia el opulento Atlántico, el sol se hizo un lugar para compartir la charla entre nosotras.
Acudí al encuentro con la expectativa de quien intuye que todo lo que le van a contar está perfectamente contrastado y avalado por años de experiencia. Sabiendo que en su bolso lleva un pasaporte teñido de sellos multicolores de tantos controles fronterizos por los que ha pasado. Lleva más de 20 años trabajando en Televisión Española. Nació en Barcelona pero vive en Madrid, yo creo que es de todas partes, porque cada vez que la leo o veo por la tele, está en algún punto diferente del globo terráqueo. Es una especialista del mundo árabe y últimamente presta mucha atención al proceso de cambio que está viviendo América Latina.
En su #Enfoque (así se llama el espacio que tiene en el #TD2, los Informativos de prime time de Televisión Española) nos cuenta una diversidad de temas, a cuales todos más que interesantes. Desde cómo es la vida de niñas y niños en Bangladesh obligados a trabajar para subsistir, pasando por cómo opera el Yihadismo terrorista en España. O puedes ver una clarificante pieza periodística sobre cómo el machismo se vuelve más sutil pero los mensajes sexistas perduran en la publicidad, tras década casi y media del siglo XXI.
Ella es Monsterrat Boich una mujer que le imprime algo diferente a su trabajo, mira a la comunicación desde la perspectiva de género, mejor dicho desde el feminismo. Es periodista, comunicadora, feminista, educadora, activista, está muy comprometida con la formación de las mujeres en la red y le preocupa la brecha digital. Dicho y hecho. Tras las cuatro primeras palabras cordiales que dos mujeres se propinan al verse frente a frente por primera vez, vinieron sus preguntas ¿qué tal estás de cobertura? ¿Cómo es tu conexión a internet?
Empezamos la charla, esto tengo que grabarlo, le dije. “En 1996 creé Mujeres en Red, un periódico feminista, una red en internet que tiene como objetivo la defensa de los Derechos Humanos y de manera específica el combate contra la desigualdad en derechos entre hombres y mujeres. Intento aplicar de manera transversal en mis trabajos la perspectiva de género, una herramienta de análisis fundamental para identificar la desigualdad”, así lo explica en su blog personal, donde también puede leerse “uno de mis focos de interés está en la igualdad. Soy feminista y una apasionada de las TIC (Tecnología de la Información y la Comunicación) y considero que el empoderamiento digital de las mujeres está ayudando a luchar contra la desigualdad histórica”.
Quédate con estos dos términos: el ciberactivismo o el hacktivismo feminista, los desarrolló ella. Cree que en estos momentos hay que participar en la red y “por supuesto hackear porque eso es una perspectiva feminista fundamental. No puedes provocar un cambio en el planeta si no eres feminista, es decir, si no tienes en cuenta a las mujeres, ni tienes respuestas específicas a lo que le pasa a más de la mitad de las personas del planeta”.
La red del pajarito que también usamos las pajaritas
Hablamos de que todo hoy está en internet, entonces es el momento de crear nuestra identidad digital, sino la tenemos aún. “Los hombres tienen sus espacios públicos de por sí, a las mujeres nos cuesta un poco más encontrarlos, entonces hay que aprovechar la red y hacer ciberfeminismo, que es una manera de denunciar las injusticias, de que las voces de las mujeres estén presentes en los procesos de información y comunicación”. Posteriormente vienen las redes sociales como motores de canalización y de socialización del contenido. Todas útiles, sin embargo es Twitter la que se lleva los laureles. “Twitter es la herramienta social con un movimiento activista y feminista más potente, capaz incluso de llegar a círculos de poder con el fin de cambiar actitudes y políticas”.
Llevábamos un rato charlando cuando el sol empezó a esconderse detrás de las nubes. Estar en la nube (y ojo que no lo estoy diciendo en plural) es estar en internet, y si algo tenemos que tener claros las mujeres, es que somos nosotras quienes tenemos que luchar por aquello que sentimos que nos invisiviliza o nos muestra, pero desde el androcentrismo, esa visión del mundo que sitúa al hombre como centro de todas las cosas.
Hoy no existe casi excusa económica para no tener un blog. Internet es el espacio donde las mujeres debemos estar. Estar haciendo ciberactivismo, no solamente navegando y pasando el tiempo. Es imprescindible generar contenidos y conocer las estrategias para distribuirlos.
El conocimiento hoy es una construcción más comprensible y abierta. La existencia del código abierto, del software libre, de las licencias Creative Commons se nos presentan muy accesibles. Si de algo quedé convencida es que Monste es una gran defensora del empoderamiento digital de las mujeres. De esa toma de conciencia del poder que, individual y colectivamente, ostentamos las mujeres. Y que tiene que ver con la recuperación de la propia dignidad de nosotras como personas.
Usar las herramientas de la comunicación está en nuestras manos, pero usarlas bien es indispensable para que no te pase como a mí con la grabadora de audio, que vine a darme cuenta que no había grabado cuando ya estaba en casa.
Menos mal que existe internet. Allí acudí a desenredar todo lo que la grabadora había ignorado. Si quieres conocer más sobre Monste aquí te dejo su blog: http://www.mujeresenred.net/mboix/blog/