Daniel Pérez González es músico y realizador audiovisual, y forma parte de la Compañía Infantil de Teatro de Cuba “La Colmenita”. Dicha compañía es conocida mundialmente y fue nombrada por Unicef “Embajadora de Buena Voluntad”. Daniel participó del Simposio de Jóvenes realizado el 29 y 30 de octubre en el Vaticano. Fue la primera vez que un cubano representa a su país en este evento, el cual tuvo como eje a los jóvenes y el desarrollo sostenible. Te invitamos a que leas esta entrevista
¿Cómo llegó la propuesta de participar?
Hace 3 años llegó de Argentina una periodista, Luciana Mazza Toimil, con su staff para realizar un documental sobre la vida de “La Colmenita”, una compañía infantil cubana de teatro a la que pertenezco hace ya casi 9 años, y única de su tipo Embajadora de buena voluntad de Unicef a escala Universal. Luciana nos conoció el año anterior en una gira que hicimos a Buenos Aires y se propuso y logró realizar un documental maravilloso que da hoy la oportunidad de mostrar nuestro proyecto teatral de juego, teatro, música y formación de valores éticos y estéticos a parte del mundo.
Producto de ese proceso de filmación nació una amistad convertida hoy en hermandad entre Luciana y yo. Hoy entre sus responsabilidades profesionales está la de guiar la prensa de habla hispana en eventos de este tipo en El Vaticano. Por medio de ella es que conocieron en la Academia de Ciencias del Vaticano a “La Colmenita” y entonces ahí fue cuando el monseñor Sánchez Sorondo me hizo la invitación formal a este evento. Por primera vez Cuba participó en un evento de este tipo.
¿Qué tema abordaste en el simposio?
Compartí la experiencia del proyecto de teatro al cual pertenezco. Abordé precisamente el impacto social, cultural y educativo que tiene nuestro proyecto en sus integrantes porque en toda Cuba sobrepasan los mil niños, niñas y adolescente, y en sus públicos en Cuba y parte del mundo, pues nuestro proyecto ha llevado arte, educación, igualdad de género, inclusión, valores humanos, derechos de las niñas niños y adolescentes desde Cuba a más de 25 países. Esta idea artística-educativa puede ser sin duda una de las mejores herramientas que podemos usar a escala universal para erradicar males sociales como la trata de personas, las formas modernas de esclavitud, la prostitución y pornografía infantil. Empoderar a estos infantes les da herramientas y los forma como seres humanos plenos y diversos, con un conocimiento identitario cultural e histórico amplio. No es una compañía que nació ayer, sino que llevamos en esta misión más de 26 años.
¿Qué piensas con respecto al desarrollo sostenible, tema central del Simposio, y cómo esto se relaciona con el trabajo que hacen en La Colmenita?
Creo que no es otra cosa que la vía, el único camino para lograr el mejoramiento humano, la formación de un ser humano pleno, y llevado a “La Colmenita” la formación integral de niños, niñas y adolescente para que en un futuro sean hombres y mujeres de bien y aporten a su sociedad. Los niños de hoy serán los que en un futuro guiarán las políticas de los países y en sus manos estará el desarrollo sustentable de las generaciones futuras.
El tema fundamental del Simposio de jóvenes este año son los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS. Hoy el mundo comienza a preocuparse por la situación actual universal. Los ODS de una manera los encierra todos y aúna esfuerzos para erradicarlos. “La Colmenita” también se lo propone. Pero ciertamente antecede a los ODS. “La Colmenita” fue creada en 1990 con objetivos claros y uno de ellos es contribuir a la calidad de la educación cubana, uno de los logros de Cuba desde el triunfo de la Revolución que le obliga a cada niño, niña y adolescente cubano a estudiar hasta el 9no grado y después le permite profesionalizarse hasta que sus capacidades intelectuales se lo permitan en cualquier pre universitario y universidad de Cuba, porque todos los niveles educacionales en la isla son gratuitos y universales.
¿Qué importancia tiene la participación tuya representando a Cuba, tu país,en este simposio?
Cuba nunca había participado en un evento de este tipo. Mi país es bien representado en diversos congresos y eventos internacionales pero realmente en el Vaticano tenemos poca participación. Aun cuando el Papa Francisco hace público su cariño hacia Cuba y «arma líos» como él mismo dice para apoyar al sistema social y socialista, esta oportunidad de exponer a Cuba en este lugar tan importante y sagrado universalmente es todo un honor que debe ser bien aprovechado para mostrar la realidad cubana ante el mundo. Es un evento de jóvenes líderes y es muy importante que conozcan desde un cubano que toda su vida ha vivido en Cuba la realidad nuestra.
Mi país constantemente es víctima de calumnias, de información errónea, de difamaciones sin límite alguno, que dichas tantas veces pueden lograr que personas en todo el mundo las crean por desconocimiento o porque es la única información que les llega de mi lugar.
Hay personas que me han asegurado que en Cuba hay mucho niños que mueren de hambre y que deambulan por las calles y yo les pregunto:
-¿Haz visitado Cuba alguna vez?
-No.
– ¿Y por qué dices eso?
Y ahí empiezan las historias, que si un amigo, una foto, una noticia… etc. Cuba vive orgullosa de muchas cosas y una de ellas, sin duda alguna, es que todos los niños cubanos cuando nacen son inscriptos y ninguno queda desamparado, todos cuentan con una salud universal y gratuita, una alimentación y un techo de por vida. La infancia está en el centro de las prioridades del país desde 1959. Es una verdad.
Que “La Colmenita” traiga su realidad a este Simposio lleno de dolor, de angustias, de historias de vida realmente lacerantes es como una gota de amor en una copa de sufrimientos.
Proponemos una forma de erradicar estos males. Es eso lo que hace esta compañía de teatro infantil, promover. Que el Santo Padre sepa que está en el Simposio un proyecto cubano que expone al mundo los logros de la revolución cubana y el trabajo de prevención con niños, revolución que apoya y se interesa porque siga evolucionado, cambiando siempre pero sin perder su eje, sin perder su estructura. Esta participación en el Simposio ha sido sin duda un honor que ojalá sea capaz de aprovechar y estar a la altura de mi proyecto teatral y de mi condición de cubano.