Climategate: el escándalo que haría caer la teoría del calentamiento global
Unos correos filtrados de una universidad sugieren que los estudios fueron manipulados para indicar una tendencia alcista en la temperatura. De esta forma se confirmaría que la campaña de Al Gore sería un fraude.A días de la cumbre de Copenhague -esperada por los medios corporativos y los autodenominados «ambientalistas»- correos internos del centro de investigación climática de una universidad británica se filtraron con información que haría caer la teoría del calentamiento global de Al Gore: la tierra se estaría enfriando.Y no, no es porque a nuestras mamás se les ocurrió apagar la heladera o reemplazar las luces del jardín con lamparitas de bajo consumo. Sino porque ahora los científicos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) habrían falsificado los estudios que indicarían que la tierra se está calentando.De acuerdo al Washington Post los correos intercambiados por científicos de la Unidad de Investigación Climática de la Universidad de Anglia del Este (UK) revelarían curiosas propuestas por parte de los científicos para «lidiar con sus colegas escépticos».En tanto, el Daily Mail londinense fue más preciso en su nota de esta semana: «la universidad está acusada de manipular datos sobre el calentamiento global tras la filtración de estos mails».Si bien (según el Dialy Mail) los correos evidencian que los directores propusieron suavizar las curvas para que indiquen la tendencia alcista de la temperatura, se escudan con que «las frases son sacadas de contexto porque se escribieron hace diez años».Lo curioso es que el corresponsal sobre Clima y Medio Ambiente de la BBC, Paul Hudson, recibió ese mismo paquete de correos cinco semanas antes de que se conociera su publicación en Internet. A partir de ahí, en una columna de su autoría, Hudson cuestiona seriamente el método científico aplicado para determinar que la tierra se está calentando. Dice Hudson: «El hecho es que por ahora no podemos dar cuenta de la falta de calentamiento y es una vergüenza que no podamos».Al cierre de esta edición, ningún medio televisivo había hecho mención de las revelaciones de estos mails, en un intento por enterrar el asunto, al tiempo en que el diario Examiner británico se animaba a decir que este ya sería el escándalo científico más grande de todos los tiempos.»Esto no es la pistola humeante, sino una nube con forma de hongo de una mega explosión», señaló el climatólogo escéptico Patrick J. Michaels al New York Times (*).Aunque todavía falta para que esta información adquiera impulso, ni siquiera se hizo una breve y prudente sugerencia en los medios nacionales de que esto haya pasado.En conclusión, el escándalo global del cambio climático tiene una razón de ser. Como se dijo en la edición anterior de Medios Lentos, la campaña en contra del cambio climático esconde un gigantesco interés político.En la próxima cumbre de Copenhague -que se podría llegar a demorar a causa de esto- se estipuló en el tratado la creación de un cuerpo global (llámenlo gobierno global si quieren) que tenga a su disposición la potestad de gravar emisiones de carbono. Es decir, se va a gravar todo lo que emita dióxido de carbono.De más está decir que las compañías e industrias deberán sacar créditos de carbono en mercados financieros para poder emitir CO2. Con los «bonos de deuda verde» generados a partir de ese crédito se estaría generando un nuevo mercado de instrumentos derivados, que son los causantes de las burbujas especulativas que originaron la crisis actual.Y para cerrar, un comentario final: Desde chico uno aprende en la escuela que el dióxido de carbono es lo que respiran las plantas para que ellas nos devuelvan el oxígeno.Obama quiso declarar a este componente como un contaminante peligroso ¿Qué podemos pensar si el objetivo es gravar un componente esencial para los organismos? Nosotros mismos estamos hechos de dióxido de carbono. Es lo que exhalamos al respirar.Gravar un componente esencial para la vida es, hablando mal y rápido, poner un impuesto a la vida.Rafael García Palavecino