El más grande de todos los miedos


El más grande de todos los miedos

Por Rafael García PalavecinoSe cumplió otro aniversario del 11 de septiembre, con un condimento distinto. El movimiento por la verdad y justicia del 11-s fortaleció su llegada a la gente. Proyecciones de documentales en todo el mundo y movilizaciones de gente que reclaman verdad ya no pueden ser desoídas. Las revelaciones de los hechos que sucedieron aquella mañana podrían hacer caer, como un mazo de cartas, los planes de la elite.»¿Cómo pudo colocarse nanotermita en el interior del WTC en la mañana del 11 de septiembre?», se pregunta Steven Jones, investigador que reveló la presencia de explosivos potentes en los restos de metal de las torres. El hombre habla en la pantalla del cine Tita Merello, en Capital, donde se proyectó la nueva versión del documental Loose Change: An American Coup.Este y otros documentales fueron proyectados en todo el mundo. Numerosas marchas en Nueva York, lideradas por Luke Rudowsky de «We are Change», exigían una nueva investigación sobre el 11-s. Para el gobierno de EEUU, eso es un tabú. La gran cantidad de puntos flojos que tiene la historia oficial provocaría la mayor ignominia por parte de quienes se creían ejemplares en libertad y democracia.En las vísperas del aniversario, el famoso actor de «Wall Street», Charlie Sheen, posó frente a las cámaras solicitándole al presidente Obama, reabrir una investigación (http://www.youtube.com/watch?v=UlRQtAgB8AM&feature=player_embedded). El video fue visto por miles de cibernautas y Sheen es de los que no creen para nada en la historia oficial, fue noticia en los medios grandes, dándole un impulso nuevo y más fuerte a la movilización.Es que el enjuiciamiento de los responsables por el 11-s tendría una importancia en el curso de la historia equivalente al que intentó provocar ese mismo atentado. Los activistas, investigadores y ciudadanos sostienen que ese día, más que un ataque, recibieron un golpe de estado.A partir de ese día se abrió la oportunidad para el gobierno de Bush (h) de eliminar las libertades civiles, tal como hizo Hitler con el incendio del parlamento alemán y posterior invasión a Polonia.De acuerdo al documento del PNAC citado en el último artículo de esta sección, los planes de expansión hegemónica de EEUU evolucionarían lentamente a menos que suceda un «nuevo Pearl Harbor». Los cambios en esta última década son tan acelerados que la elite no los puede manejar en su totalidad. Su temor a perder el control y a que la gente se emancipe de la colonización psicológica y monetaria que les es impuesta es enorme.Este temor se notó en el masivo despliegue de seguridad en la reunión del Bilderberg este año en Vougliameni, Grecia, que no fue cubierto por ningún medio salvo por un humorista del diario The Guardian, Charlie Skelton quien empezó burlándose de los que investigan al grupo y terminó haciendo un llamado al mundo a exponer a estos tecnócratas.En palabras de Adrian Salbuchi, consultado por Medios Lentos, la elite «sabe que tiene que dar un golpe muy fuerte de timón y, ante todo cambio grande y rápido, pueden cometer errores y enfrentarse a imprevistos». Esto es porque «su excesiva dependencia sobre los intelectual fue lo que les cerró su intuición. Además dependen íntegramente en el control tecnológico. Ante cualquier salto cualitativo de la humanidad (que siempre empieza por unos pocos), les va a pasar lo que le pasó al Hombre de Neandertal cuando apareció Cro-Magnon. ¡Desapareció!