Volver al pasado


Volver al pasado

La celebración del bicentenario nos hace ir atrás en el tiempo hasta aquellos primeros científicos argentinos cuyos nombres no son tan recordados pero que, no obstante, nos acompañan con sus investigaciones desde mediados del 1800 cuando “la zoología era propia de carniceros, la botánica de verduleros y la mineralogía de picapedreros, cuando más de los marmoleros”, según las palabras de Eduardo Ladislao Holmberg, uno de los científicos que traeremos a la memoria.Uno recorrido infaltable para todo niño porteño fue y será siempre la visita al Zoológico de Buenos Aires.  Sin embargo, no se tiene en cuenta que este espacio fue inaugurado en 1875, durante el gobierno de Domingo Faustino Sarmiento,  y  con Eduardo Holmberg (1852-1937) como director desde 1888 a 1904. Junto con él, trabajó también Florentino Ameghino (1854-1911), otro científico con méritos para ser recordado.Holmberg era médico, pero se dedicó a otras disciplinas tales como la zoología, ya que en ese momento no había especialistas en el tema. En el 1800, la ciencia no estaba tan organizada aunque ya existían las revistas científicas y las publicaciones del estilo “papers”. La diferencia con lo que sucede por estos días era que un investigador podía pasar por los más diversos temas en su vida.  Eran  aquellos curiosos, como Holmberg en este caso, que tenían oportunidades de viajar y tomar nota en base a sus observaciones. Así lo hizo con la flora y la fauna de la Patagonia argentina, con la publicación del libro “Viajes por la Patagonia” (1872). Trabajó también con arácnidos, ejerció la docencia de historia natural, física y química, y publicó otro libro: “Mamíferos y aves de Salta”, entre otras cosas.Entre sus virtudes, se recuerda haber sido co-fundador de “El Naturalista Argentino”, revista científica exclusiva de biología argentina que no tuvo más que un solo número pero sentó las bases para que su colega Florentino Ameghino, fundara la Revista  Americana de Historia Natural.Ameghino por su parte, fue autodidacta en estudio de terrenos para investigaciones geológicas y paleontológicas. Ejerció la docencia en zoología y fue subdirector del museo de La Plata y director del Museo Argentino de Ciencias Naturales ubicado en el Parque Centenario.Estos dos personajes de la ciencia argentina dan cuenta de cómo era todo antes de las computadoras, internet y las noticias minuto a minuto, cuando comenzaban las investigaciones del genoma humano con la publicación, en 1866, de las leyes de Mendel que constituyeron las bases de la genética, y los microchips eran cosa del futuro lejano.AutorDaniela Raschcovskydaniela@medioslentos.com