La cruda desventaja latinoamericana
En Latinoamérica estamos condenados a la desventaja, partimos dañados, atrasados, complicados, endeudados, desmembrados, mal acostumbrados y mal educados. ¿Cómo podemos competir en el mundo actual con estas condenas que nos acompañan?Para analizar un poco el tema voy a partir por contar el desastre educacional con el que partimos y que nos señala crudamente el Banco Interamericano del Desarrollo en su libro Desconectados, Habilidades, educación y empleo en América Latina, 2012. En este estudio las cifras nos arrojan números que caen como ladrillos en las cabezas de quienes tenemos en nuestras manos el futuro de la educación. Es cierto que las brechas para alcanzar la educación han disminuido, pero sin embargo seguimos bajo parámetros paupérrimos en lo que respecta a la calidad de la educación que estamos entregando.Estamos preparando personas que salen sin las aptitudes y habilidades necesarias para desempeñarse en el mundo actual, quizás saben mucho sobre temas académicos y algunos más o menos en temas específicos, pero sin ninguna habilidad para resolver problemas básicos en sus vidas. Estamos formando futura frustración en nuestros colegios, ya que es ahí donde estamos fallando de manera grave, y donde urgente se necesita alguna luz que nos indique dónde están las soluciones.De nada sirve la gratuidad o no de la educación si ésta no presenta diferencia alguna a la hora de medir su calidad. Estamos remando atrasados, reaccionamos tarde y la corriente sigue tirando al mercado personas que van a dar grotescos botes de un lado a otro, buscando entender en donde están.El mercado ha sido claro y así lo han demostrado en sus números y necesidades, buscan actitud más que conocimientos, comportamiento más que especialidades, habilidades socioemocionales más que aprendizaje académico.¿Cómo podemos entregar ese aprendizaje si no sabemos qué es, cómo medirlo o cómo practicarlo?El cambio debe ser generacional, debemos plantear políticas públicas a largo plazo que nos lleven a un primer paso basado en la investigación, luego en la adaptación y finalmente en la puesta en práctica de estos nuevos elementos que pide el mundo y que Latinoamérica no ha sabido entregar como herramienta a sus nuevos trabajadores.Nuestra historia está acostumbrada a estos llamados, como región nos hemos visto una y otra vez tratando de sacar los pies del fango, unos logran llegar más arriba pero nunca logramos mantener nuestros zapatos limpios para surgir.Debemos cambiar los parámetros con los que hemos medido la educación escolar, sin desmerecer ni restarle importancia al aprendizaje académico, sino adaptándolo a las nuevas necesidades, a los nuevos requerimientos.No sólo se debe entregar información, y acá es la familia la que debe volver a tomar parte en el sistema educativo, debemos enseñar actitud práctica, aplicación de deberes, responsabilidades y necesidades, entregar herramientas para pensar críticamente, como también las habilidades para desenvolverse.La prueba Pisa fue categórica en sus datos, Latinoamérica no alcanzó el nivel mínimo ni en lectura ni en matemática, en el primero con un 50% y el segundo con un 65% bajo el nivel mínimo, triplicando a la OCDE, y acá voy a citar “El joven latinoamericano no cuenta con las capacidades mínimas para resolver problemas básicos de la vida real”. Balde de agua fría que cae en nuestra próspera economía.Si vamos creciendo por el lado económico, no podemos seguir escuchando frases como la de uno de los bancos más importantes en Brasil: “La educación escolar es un lugar que da notas para obtener un diploma que solo sirve para ingresar a la universidad”Estamos en deuda, se avanza pero sin eficacia, y es ese el tema que hay que atacar, así como crece el libre mercado, debe crecer aún más el libre pensar, y entregar las herramientas para que eso se produzca.Para lograr estar a la par con el desarrollo que buscan a tientas nuestros gobiernos debemos estar preparados, y para eso una columna así, o un estudio como el que generó el Banco interamericano del Desarrollo, y así hasta la infinidad de información que se maneja a través de las redes, debemos también estar al día con la tecnología y su correcto uso.En Chile los números son tajantes, a pesar de tener mejores resultados en pruebas internacionales, el 73% de alumnos de estratos bajos apenas alcanza nivel inicial en el ámbito tecnológico, que es el ámbito que puede marcar una de las mayores brechas a la hora de compararnos con las mediciones en le OCDE, y no solo ahí, sino en el quehacer diario, en la búsqueda de información, en el desarrollo de proyectos, que va desde generar redes hasta buscar empleos, pero muy poco se puede hacer si aún nuestros alumnos no entienden lo que leen, menos tendrán acceso a información relevante y su uso responsable marcado por la productividad.Reflexionar a través de estas líneas nos sirve, a quienes podemos leerlas, para abrir los ojos ante una realidad y un cambio sobre el que debemos ser protagonistas, parte de la solución y no del problema. Lograr un equilibrio para acceder a una igualdad de oportunidad, y ser partícipes de un mercado que necesite de nuevos agentes, y entender que si esos agentes no se encuentran retrocederemos lo que se ha avanzado en todas las materias.AutorGonzalo Larenas Crichtoninfo@medioslentos.com