México y Paraguay, 2 lecciones latinoamericanas
Últimamente Latinoamérica está demostrando con hechos que está tomando una postura madura frente a los cambios, ya no es indiferente lo que ocurre en uno u otro país. Así como por un lado todos estuvimos pendientes de las elecciones de México, por otro seguíamos muy de cerca la crisis en Paraguay.Ya no se dice que los mexicanos tuvieron elecciones presidenciales, como si fueran ciudadanos lejanos y ajenos a nosotros, sino que se dice: “Tuvimos elecciones en México” , donde a pesar de que todo se vio manchado por las supuestas compras de votos y otras denuncias de actos turbios, se logró de forma pacífica desarrollar el acto democrático más importante.Ya no vemos un México sumiso, ahora fueron las elecciones de una población con carácter y conocimiento, una masa que cada día tiene más poder en las calles, y eso era lo que realmente importaba, ahí es donde se ganó, a pesar de la censura, a pesar de la falta de transparencia. Quizás vuelve un nuevo ciclo del PRI, pero el campo de juego es distinto, y quien fuese elegido sabía eso. Hoy la historia se escribe con otro lápiz, la actitud del pueblo mexicano es firme y madura, quieren un cambio y lo lograron. Fueron más inteligentes y lograron los cambios donde realmente importa, en los ciudadanos, en las calles, en el día a día, no en los políticos.Gran lección para todo el continente, siempre y cuando este avance se mantenga, para que las escenas de corrupción desaparezcan y por fin en las próximas elecciones se demuestre esa madurez también en las urnas. Con limpieza, con ejemplos notables como #soy132, con una reforma en la que exista una segunda vuelta y con una institucionalidad que merezca respeto.Por otro lado veíamos un cambio que dio para mucho en Paraguay, primero destacando la madurez de la ciudadanía para respetar un juicio “express”, como si fuese de comida rápida, donde todo parece haber estado preparado para que Lugo dejara el poder y lo tomase con un orgullo indigno el resto del parlamento. Latinoamérica no se quedó callada ante está extraña situación, amparada en una constitución llena de sorpresas, la que desde ahora tendrá que discutirse para mejorar, porque al parecer no midieron sus graves consecuencias. Se levantó un país y con él un continente, se levantó de buena forma, con la voz en las calles, con indignación pero sin violencia, algo que no era común hace 10 años atrás. La censura nuevamente trató de tapar lo que ocurría, pero al parecer no fue suficiente, Latinoamérica repudió el acto poco democrático.La primera consecuencia para Paraguay fue la suspensión del Mercosur, una sentencia fuerte que generó algo que no se había dado en este ámbito, y es que se defendió la democracia como todos la entendemos, y no como algunos la quieren disfrazar. En otras palabras, se le recordó al gobierno de Paraguay que acá los actos tienen consecuencias, que vivimos en un continente más integrado y que no nos mandamos solos.Como sabemos, el castigo no sólo ha sido del Mercosur, también fue apartado de la UNASUR hasta las próximas elecciones y además se está pensando en una suspensión de la OEA. Esto último sería un duro golpe para Franco, el nuevo mandatario, quien debiera enfocarse en la sucesión de su cargo y no en lucir con un orgullo sin méritos la banda presidencial del hermano país.Todo esto, y al igual que en México, se desarrolló sin violencia, sin muertes que lamentar, sólo con voces fuertes, con ciudadanos de uno y otro lado manifestando de forma inteligente, como se debe hacer. Acá también maduró la ciudadanía y no los políticos.Estos dos acontecimientos marcan un precedente para quienes en el futuro crean que pueden hacer lo que quieran en su país. Como ven; “ya no estamos solos” ahora actuamos como bloque, y aunque esto tiene que ir madurando, es un punto de partida importante.Como ven, se puede apreciar un continente más maduro y a pesar de que los errores se siguen cometiendo, la forma de reaccionar evolucionó. Queda claro que falta mucho por hacer, pero debemos enfocarnos ahora en lo que sí se está logrando, en el vaso medio lleno, ser un aporte y no un lastre a nuestro desarrollo, ser proactivo ante el futuro y no transformarnos una vez más en el típico borracho que pregunta de qué están hablando para decir que no. Debemos protestar ante la injusticia pero con inteligencia.Latinoamérica está despertando y está enfrentando sus problemas de forma madura. Es hora de comenzar a erradicar la violencia como eje para resolver los conflictos, debemos enfocarnos en que los ejemplos de reacción de las personas de México y Paraguay se repitan. Allí demostraron que la voz existe y tiene más poder que la agresión física o la violencia absurda, que las injusticias siguen pasando pero ahora no se abusará de una masa ignorante que con violencia trataba de resolver su frustración.Latinoamérica está madurando, discute y alza su voz con fundamentos, celebremos el logro ciudadano y critiquemos con fuerza y astucia las faltas que se repiten, que sea ésta la fórmula para lograr el desarrollo, que sea éste el nuevo campo de juego donde se va a gestar el futuro, porque nuevamente podemos decirle a toda Latinoamérica; que llegó nuestra hora. AutorGonzalo Larenas Crichtoninfo@medioslentos.com