¿Quién dijo que en América Latina no hay jóvenes comprometidos?
Ella es Victoria. Es es una mujer muy especial, una larga cabellera castaña y profundos ojos oscuros. Viky carga con una dura historia relacionada con la dictadura de la Argentina y es hoy Diputada Nacional. Pero ese no es el tema principal: ella es una militante política, quien a nunca dejó de militar en “las bases” – aunque le incomoda mucho este término por su visión horizontal de la política- , ni dejó de donar parte de su sueldo a comedores escolares. Tampoco de realizar ayuda social y tomar mate con los vecinos. Camina por la calle como cualquiera de nosotros, terminó su carrera hace muy poquito y si hay algo que la diferencia del resto es que pudo lograr mucho desde su militancia con pocos recursos económicos.Es un poco como la historia de Alonso. Pero no porque Alonso haga política. Nada que ver. El decidió armar su propio emprendimiento de yogures naturales y sin conservantes, utilizando una vieja receta de su familia y de hacerlos en la cocina de su casa, pasó a venderlos, puerta a puerta. Hoy pasó a ser uno de los más importantes productores de yogures de todo el Perú. Es una marca registrada, que se ha expandido de una manera fundamental. Alonso, amable y con una amplia sonrisa, nos dice con un acento limeño inconfundible “tú tienes que creértela”, para luego volver a sonreír y comentarnos que todo- su empresa- comenzó con menos de 50 USD. Sus ojos aún brillan cada vez que va a alguna cadena de supermercados y ve, entre las góndolas, alguno de sus productos. Casi como la primera vez que divisó uno de sus yogures en una góndola.En el caso de Pablo también existe una expansión impresionante. Pero, esta expansión e impacto se da en otro nivel y surgió de manera espontánea: a través de un video en Youtube en rechazo a unas declaraciones hechas por un candidato presidencial. Pablo se convirtió en el referente de un movimiento que traspasó fronteras y llegó a las planas de todos los diarios del mundo: el fue uno de los jóvenes detrás del movimiento #YoSoy132. Este movimiento, fue (y creemos que es) uno de los movimientos sociales mas impresionantes que hemos visto en los últimos tiempos, movilizando a todo un país y también a varias capitales de otros países, pidiendo transparencia en los comicios electorales en México. #YoSoy132 ha puesto en vilo a México, dándole un uso esencial a las redes sociales- creando mensajes virales que recorren el mundo en cuestión de segundos y que ha logrado una magnitud que pocos esperaban.El caso de Paulo también está caracterizado por el uso de las redes sociales, pero desde otro punto de vista. Paulo es brasileño y afrodescendiente. El centro de su lucha ha sido darle visibilidad política a los afrodescendientes y lograr acciones afirmativas, para una mayor democratización de los medios. Brasil es un gigante multiétnico y las minorías siguen enfrentando desafíos a la hora de lograr acceso a la educación o a puestos de poder. Desde un sueño e idea de inclusión y de diversidad, arrancó el trabajo, la red y culminó con la creación de un Instituto de Media Étnica. Al día de hoy, más de 600 jóvenes negros se formaron a través del Proyecto Jóvenes Comunicadores que promueve la crítica y la política hacia los medios de comunicación y los alienta a seguir carreras en el campo de las comunicaciones. Es un gigante y Paulo, siempre amable, parece no tener conciencia todavía que su proyecto es un antes y un después en la vida de tantas familias, y de su propia comunidad.Ellos son algunos ejemplos de jóvenes que han decidido ir tras un sueño, una idea y desde allí, lograron un impacto, un cambio en sus sociedades. En algunos casos, el impacto alcanzado fue más temprano que para otros. Algunos de ellos aún no creen haber realizado un cambio en sus sociedades, otros se frustraron por los errores en el camino. Algunos pensaron en abandonar. Para otros, tomar el camino elegido era la única opción. Cada cual, como pudo, con su vida, con su historia. Pero todos a la larga, se han convertido en referentes.En una sociedad latinoamericana, en la cual hablamos (y leemos) abiertamente una camada de jóvenes “ni- ni”, conocer a estos chicos que reflejamos es poner en jaque esa creencia y dar una luz de esperanza. América Latina tiene augurado un buen futuro,¿Por qué? Porque existen jóvenes que no se conforman, que van por más. Jóvenes de minorías sexuales, étnicas o políticas, que desde su lugar, decidieron poner voz a su lucha y traducir a acción sus palabras, utilizando los recursos que pudieron o tenían a su alcance. Poniendo su granito de arena para un mundo mas inclusivo.Si bien las redes sociales han sido grandes aliadas en muchos casos, para otros tantos, su mayor y mejor método de difusión sigue siendo el famoso “boca a boca”, que sigue siendo infalible, que no pasa de moda. Como tampoco el ejercicio de la solidaridad y responsabilidad en lo que emprenden, el apoyo de familia, amigos y comunidad cercana. Hemos visto que es casi vital contar con un grupo insoslayable de aliento que haga que sea posible creer y no claudicar ante las eventualidades, y no darse por vencido, “ni aún vencido”- como decía un poeta llamado Almafuerte.Desde hace algún tiempo, cuando decidimos lanzarnos con este proyecto de conocer jóvenes líderes nos imaginamos muchas cosas. Pero nunca pensamos que en este trayecto, iríamos a conocer a jóvenes tan especiales, que nos llenaran de esperanza y que nos ayuden a creer que – parafraseando a Mafalda-, si todas las iniciativas innovadoras de los jóvenes de nuestra región actuaran en conjunto, nuestro mundo temblaría.Tenemos razones para pensar esto. AutorMatias F. BianchiDirector de Asuntos del Sur (ADS)