Causas y organizaciones sociales en los tiempos de la posverdad


En los tiempos en que la posverdad golpea la confianza, como siempre sucede, se comienzan a resentir los sectores más vulnerables de nuestra sociedad, principalmente porque el pegamento con el cual se genera la cohesión social se debilita y comienza a descomponerse y disiparse la verdad, la que se hace soluble y maleable, y quienes se ven más expuestos a esta volubilidad, son quienes menos herramientas tienen para ser capaces de advertir lo que sucede frente a ellos como si fuese un acto de magia.

Los tiempos de posverdad y de las fakenews, donde se duda de las certezas y donde se le da espacio importante a quienes más daño le pueden hacer a la sociedad, se caracterizan por una disminución en la brecha entre los poderes, que en un principio con todos los movimientos sociales más importantes de los últimos años, se vio como algo positivo, en el que los poderosos comenzaban a ser alcanzados por los ciudadanos de a pie, y el control se repartía entre miles y millones de cámaras de celulares. Hoy esa brecha sigue disminuyendo y comienza a permear también para que los personajes más brutos y peligrosos de nuestra sociedad, alcancen también un nivel de accesibilidad a la masificación de ideas tan potentes como nunca antes había existido, dando lugar a fenómenos tan estúpidos como los mensajes y tutoriales para suicidarse entre dibujos animados difundidos a millones de personas en el mundo, a través de plataformas como Youtube.

Todas estas consecuencias producto de la pérdida de la confianza que deriva en consecuancias como la posverdad, fakenews y tantos otros nombres con los cuales le damos entrada a la ignorancia, nos abre un abismo por donde los primeros en caer son las poblaciones vulnerables debido a que son los más expuestos a las consecuencias de cualquier tipo de quiebre o cambio generado por la ignorancia, desde su exposición primera a los cambios climáticos por el calentamiento global, hasta ser utiliados como votantes zombies en elecciones que perpetuan estos poderes corruptos que defienden el populismo por sobre la ciencia y su acercamiento a la verdad.

Las organizaciones sociales, que tienen como objetivo la mejora del bienestar de estas poblaciones o sectores más vulnerables van perdiendo también valor y son con ellos los primeros cuestionados en una cadena interminable de desconfianza, donde las donaciones a nivel mundial sufren caídas si es que no son manejadas con la efectividad que necesitan para no caer en ese saco donde van a parar todas las organizaciones y causas que están de la mano con cualquier obra que no pueda ser transparentada ni demostrada.

Para que las organizaciones y las causas sociales no caigan en el limbo de olvido que se presenta después de cualquier cuestionamiento sobre su validez, impacto, trabajo o la integridad de su misión, debe prepararse y ser capaz de anticipar por donde pueden venir los golpes, para así estar preparados y seguir su necesaria labor, a pesar de que la ignorancia los acuse y los cuestiones desde la comodidad del hogar.
Cuando una organización decide ser parte de la solución y no del problema en los tiempos de la posverdad, se expone a las diferentes construcciones de ignorancia que estarán compartiéndose velozmente para atacar sin sentido su trabajo sobre los más necesitados, incluyendo el trabajo por defender el medio ambiente, y este trabajo no será fácil sobre todo si se trabaja en exponer realidades incómodas, porque las más peligrosas acusaciones son las que abren camino a cambios rotundos, sobre todo en Latinoamérica, región donde más muertes de ambientalistas ocurren, solo para dar un ejmplo, lo mismo por cada defensa indivudal, por lo que el valor de estas organizaciones toma un rol fundamental en el desarrollo de la defensa de las causas sociales, pero no de cualquier causa social, sino de causas que verdaderamente generen un impacto positivo en el bienestar de las personas y su entorno, y para eso deben profesionalizarse y dejar de tomar como bandera de lucha solamente su buena intención, porque hoy sabemos, eso no sirve.

Las causas sociales que hoy se defienden deben complementar su pasión con datos, su emocionalidad con mediciones de impacto social, trabajo extremo y agotador con el esfuerzo de cientos de voluntarios por efectividad y desarrollo de una gestión dinámica y sobre todo transparente, características que no se desarrollan en el ámbito de las organizaciones sin fines de lucro y que es el flanco más débil, lo que les puede costar muy caro al perder donaciones, exponerse a críticas infundadas y ser el primer blanco de la posverdad, por el solo hecho de no tener muchas veces ni los recursos ni los conocimientos para hacerlo.

Recuperar la confianza en las organizaciones sociales es fundamental si no queremos que los más vulnerables pierdan las pocas oportunidades que tienen para mantenerse a flote, dependiendo muchas veces de forma exclusiva a estas organizaciones, ya sean nacionales o internacionales, las que trabajan uniendo a quienes necesitan ayuda con quienes pueden generar los fondos para que esta ayuda sea ejecutada de la mejor manera.

La era de la posverdad genera la necesidad de nuevos y más altos estándares de transparencia y efectividad, que permitan disminuir la posibilidad de verse afectados por esta suerte de bancada de la crítica destructiva y sin fundamentos, que en la mayoría de las veces desconocen el verdadero trabajo e impacto que generan las organizaciones sociales detrás de cada causa y su conexión fundamental con quienes puedan ayudar a que ese círculo sea virtuoso y donde todos quienes se transformen en actores sociales deban ser hoy los más preparados para enfrentar los futuros cambios, no solo por ellos, sino principalmente por quienes dependen de su trabajo.

Por: Gonzalo Larenas Crichton