Medios Lentos tiene el agrado de presentar un resumen de lo que fue la visita de Stephen Hawking a la ciudad del Vaticano en noviembre pasado, a cargo de nuestro corresponsal Federico Pereyra Bonnet, biólogo, quien además es investigador del CONICET y del Instituto de Ciencias Básicas y Medicina Experimental del Instituto Universitario del Hospital Italiano. Los invitamos a leer y disfrutar de esta nota.
Gracias Federico de parte de todo el equipo por contar con tu pluma para este artículo!
Más de media docena de premios nobeles, científicos del calibre de Stephen Hawking y un recinto de arquitectura manierista, me hicieron pensar estar en el cielo, no tanto pero cerca, estaba en el Vaticano. Desde el 25 al 29 de Noviembre en la Casina Pio IV de la ciudad de Vaticano, se llevó a cabo una sesión plenaria de la Academia Pontificia de la Ciencia.
“Ciencia y Sustentabilidad” las palabras de bienvenida en el programa, “Impacto del conocimiento científico y la tecnología en la sociedad humana y el ambiente” el subtítulo. Al leerlo sospeché inequivocadamente que sería testigo privilegiado de grandes cerebros hablando globalmente de nuestro planeta y su contexto, pestañar pasando por nuestro sistema solar, abarcar otras galaxias para en otro pestañeo discutir los paralelismos de las redes neuronales y la intervención de partículas subatómicas y sus efectos mariposa.
Todo relacionado con todo, entendiendo que somos parte de algo más grande. Pero a diferencia de otras reuniones científicas, me resulto muy llamativo que los discursos estaban cargados con responsabilidades, con opiniones personales, tomado parte, sosteniendo y defendiendo lo que una vida como científicos los llevo a sostener y defender.
De experiencia transformadora a usina de ideas, quedó esta sesión plenaria grabada en mí. Discursos brillantes desde su complejidad y otros brillantes desde su simplicidad. Las preguntas empezaban obvias seguían interesantes y terminaban extraordinarias. Sin dudas las discusiones e intercambios de opiniones fueron la mejor parte, la que más aproveche, fue como estar en la intimidad de lo grandioso entre grandes. Lejos de ser un fiel portavoz de lo tratado, intentaré al menos escribir parte de lo sucedido, de lo discutido y de lo trasmitido por estas mentes brillantes.
Parte A: Cosmología
Al no ser parte mi tema de expertise, fui sorprendido los primeros días durante el homenaje al Monseñor Georges Lemaitre el padre del big-bang. No sería esto incompatible pensado desde un hombre religioso? Claramente no, la realidad demostró lo contrario. Fue un hombre de la iglesia el que propuso por primera vez la teoría del bing-bang en 1927. Georges Lamaitre observó que el universo estaba en expansión dado que los planetas se alejan entre sí. Consecuentemente pensó que si invertimos el avance de los planetas y lo transformamos en retroceso, llegará un momento en que los planetas estarán encimados unos con otros en un punto singular. Por lo tanto la expansión es producto de la explosión de este huevo ancestral, o sea el big bang (la gran explosión). Este dato fue confirmado posteriormente.
Pero esta sorpresa fue solo el comienzo, este y muchos otros temas fueron tratadas sin preconceptos alguno durante esta magnífica reunión de ciencia en el Vaticano. Ideas y opiniones libres gobernaron toda la sección de Cosmología. La idea no era desafiar sino compartir para sumar a un entendimiento global.
Me gustaría remarcar una curiosidad, en ningún momento se abandonó el geocentrismo, pero a no alarmarse, no como teoría sino como propuesta. Con esto quiero decir que todos los nuevos hallazgos e ideas presentadas se abordaron desde el provecho que pudieran traer a nuestra especie. Previsible por un lado, pero igualmente asombroso por otro. Así fue la presentación de Guy Consolmargo el Director del observatorio del Vaticano, con estética de Umberto Eco, calculó minuciosamente los beneficios en minerales, energía y económicos que podemos obtener explorando al universo como fuente de recursos naturales. Cada asteroide contiene grandes cantidades de metales como oro, plata, hierro cuyos valores sobrepasan holgadamente las decenas de millones de dólares. El Universo se transformaría entonces en una fuente ilimitada de materia y energía para nuestro provecho. Este singular punto de vista que aleja la idea de un cosmos para explorar y acerca la visión de un cosmos para aprovechar, estoy seguro que disparó en varios de los presentes, imágenes de flotillas de transportadores espaciales “cosechando” asteroides desde el espacio. No me cabe la menor duda que el hermano Consolmargo supo cautivar a todos.
“El universo se está expandiendo de teoría matemática a realidad comprobada” enunció James Peebles del Departamento de Física en la Universidad de Princeton, quien en su ponencia detallo los descubrimientos para entender mejor la inflación y expansión del universo. Con similar nivel de presentación la profesora Lisa Kaltengger de la Universidad de Cornell, nos invitó sin darnos cuenta a escuchar su amable retórica con sus increíbles datos; “…al día de hoy descubrimos 3400 nuevos planetas y estamos por confirmar más de 4000”. Para mi asombro aseguró sin rastros de duda, que estamos cerca de descubrir vida en otros planetas y no habrá que esperar más de 20 años para verlo.
Fue también remarcable lo sorprendido que estuve al leer “La tecnología espacial para la igualdad” el sugestivo título del profesor indiano Krishnaswamy Kasturirangan. Resulta difícil imaginar una tecnología que generalmente se aplica cuando sobran recursos y no cuando faltan. Como podría beneficiar a un pueblo con necesidades básicas insatisfechas investir en tecnología espacial? Pero la presentación del profesor explicó el concepto inteligentemente: “… desde el espacio tenemos la visión global para cuidar nuestros recursos naturales como el agua, el viento, la energía solar y aprovecharlos”. Además convenció cuando mostró las posibilidades de alerta temprana que pueden emitir ante desastres naturales. En definitiva el profesor Krishnaswamy dio cátedra para que los presentes entendamos el provechoso uso de la tecnología espacial en un ambiente con necesidades de desarrollo.
Un capítulo aparte fue la ponencia de Stephen Hawking. Su presencia generó al menos en mí un ambiente místico. Una mezcla de ansiedad total, que fue plenamente colmada por la genialidad del profesor Hawking, desbordando un discurso elegante, imposible, donde desde la sencillez explicó conceptos fundamentales del universo. Su discurso aseguraba con frases como “… La única posible explicación…”. Luego de escucharlo y en una mente entrenada para dudar como la mía, opte por tomar un solo camino, parafraseando al principito: “cuando el misterio es tan grande es imposible desobedecer”. El profesor Hawking presentó un conjunto de teorías propias ubicándolas al principio del “big-bang” con el período de inflación (violenta expansión temprana del universo), y dando explicaciones entre la relatividad y la cuántica, sin desentonar en elegancia, nivel y alcance. La sensación fue clara, escuchar la genialidad desde el genio.
Parte B: Biología y Medicina
El segundo día de las sesiones trató de Biología. No tardé en quedar perplejo nuevamente. Webner Arber, académico y premio nobel por sus trabajo en enzimas de restricción (tijeras moleculares que cortan el ADN), planteo con soltura que los seres humanos somos un producto de una transgénesis natural. Es decir que nuestro ADN esta lleno de fragmentos de virus antiguos que se insertaron durante años en nuestro genoma en el proceso de la evolución. No quiero dejar pasar esto por alto: TRANSGENESIS y EVOLUCION, dos palabras que según mis pre-conceptos no serían bien recibidas en el Vaticano, hoy estaban siendo empoderadas por nada menos que el presidente de la Academia … Chapó! No había dudas que la comunidad científica sumada a la apertura religiosa, retroalimentaron con una sinergia admirable a esta Academia durante siglos. La siguiente charla trató de una novedosa biotecnología de edición génica llamada CRISPR (una nueva versión de las tijeras moleculares de Werner). Esta tecnología CRISPR es tan eficiente modificando los genes que promete hacer realidad todas las promesas de la terapia génica para curar enfermedades. Lo paradójico es que esta novedosa técnica fue extraída desde un grupo de bacterias ancestrales. El ser humano tiene la virtud de poder pensar y por lo tanto crear, y la última biorevolución en ingeniería genética estuvo lejos de estos atributos y tuvimos que recurrir a viejos organismos para obtenerla. Cuanto más tendremos para aprender de la naturaleza!
A continuación se discutió intensamente sobre la posibilidad de liberar organismos modificados genéticamente para controlar enfermedades. Un caso puntual presentó el profesor Edward De Robertis de la Universidad de California, donde mostró sus resultados generando un mosquito Aedes sp. que no trasmite el virus del Zika y el Dengue. Una vez liberados al ambiente estos mosquitos modificados genéticamente, podría remplazar lentamente a sus parientes “naturales” y liberar de estas enfermedades a las zonas afectadas. Lo mismo podría hacerse para el mosquito Anopheles que trasmite la malaria en África. Si bien son ideas magníficas, me referiré a la controversia sobre la utilización y liberación de organismos modificados genéticamente más adelante.
También en este día de la sesión plenaria tuve la oportunidad de ver la designación de nuevos académicos. Entre ellos el Dr. Francis L. Delmonico, un médico trasplantólogo que puso en escena la problemática mundial del tráfico de órganos. Esta nueva designación significó la instalación de la temática de la donación y el trasplante de órganos en la agenda pontificia.
Todo un grupo de ponencias fueron dedicadas al océano, no por nada en el universo somos conocidos como el planeta azul. De las charlas más impactantes fue la del Dr Takashi Gojobori del Instituto Nacional de Genética de Japón, que con una serie de nano-trampas marinas están recolectando e identificando decenas de nuevos genomas de virus y bacterias que habitan nuestros océanos. Como analizan los genomas de una gran cantidad de individuos a la vez, denominaron su técnica como “G-sociedad”, en referencia a la identificación de un genoma-social. Dos cosas a destacar es que los componentes micro-biológicos del mar cambian significativamente entre las estaciones y que con el descubrimiento de decenas de nuevos organismos podremos con el tiempo identificar nuevos genes con nuevas funciones, nuevas proteínas con potenciales usos antropomórficos y otro sin fin de posibilidades que las nuevas tecnologías aportarán. La sesión fue cerrada con la charla del profesor Vicuña de la Universidad Católica de Chile, haciendo referencia a las contaminaciones en el mar con foco en los microplásticos (fragmentos de plástico de tamaño microscópicos). Se calcula que existen más de 250.000 toneladas de basura oceánica en forma de microplásticos y que en ellos se están desarrollando comunidades de bacterias con consecuencias desconocidas para la salud oceánica.
Parte C: Energía
El primer orador en abordar esta temática tan candente en el siglo XXI fue el 12° secretario de energía de los Estados Unidos y premio Nobel Steven Chu. Luego de una exposición general, hizo hincapié en la necesidad de disminuir las emisiones de CO2 y en fuentes alternativas de energía como el Hidrógeno, donde si logramos eficiencia en el uso de esta clase de combustibles un galón pasaría a costar 2 centavos contra el dólar y medio que sale actualmente (en promedio). Luego tomó la palabra el premio nobel local, el profesor Carlo Rubbia despachándose con decenas de datos y resultados sobre nuevos proyectos de energías limpias y técnicas de captura de CO2. Una presentación a mi juicio contundente.
Específicamente sobre energía solar disertó Klaus von Klitzing del Instituto Max Planck cuya frase aun resuena en mis oídos: “Viví una excelente y cómoda vida a expensas de las futuras generaciones”, haciendo referencia al excesivo uso de nuestros recursos naturales y a la necesidad de volcarse definitivamente a las energías limpias. Por su parte el profesor Yi Cui de Stanford mostró una vibrante presentación sobre nuevas baterías de celdas eficientes y ecológicas. Las imágenes microscópicas de los nanomateriales que investiga el Dr Yi de lo fantásticas que fueron, parecían de ciencia ficción, pero estaba claro que eran más ciencia que ficción.
Asimismo no se dejo de lado a la polémica energía nuclear. Las novedades al menos para mí, fueron la defensa de las bondades del Torio frente al Uranio, como combustible nuclear, y el trabajo de la Dra Sibylle Gunter del Max Planck en energía de fusión. La energía de fusión es la energía liberada al realizarse una reacción de fusión nuclear. Para no entrar en tecnicismos y despejar dudas sobre la potencialidad de esta clase de energía, cabe mencionar que el reactor de fusión natural que todos conocemos es el Sol. Entonces coloquialmente lo que la Dra Gunter propone es generar mini-soles en la tierra como productores de energía. Un proyecto por demás desafiante.
Cerrando la jornada el color social lo aporto la ponencia del Dr William Phillips, al hablar de una red eléctrica inteligente que pueda usarse para varias funciones. Una red eléctrica que incluya el internet de las cosas (este concepto se asemeja al de casas y edicifios inteligentes interconectados). Pero nuevamente aparece la dicotomía. Como resolver los casos de aldeas o pueblos que quedan afuera de la red? Es aquí donde el comparativamente caro costo de la instalación de paneles solares, se presenta como una alternativa económica frente a el gasto de llevar la red hasta zonas remotas. Brillante darse cuenta (gracias a charlas como esta) como cada opción puede cobrar sentido en diferentes contextos y escenarios.
Parte D: Comida y Nutrición
Si bien todos los temas fueron relevantes, Comida y Nutrición fueron más relevantes aun, por ser una necesidad básica de todas las comunidades (con básica me refiero a basal). En muchos ambientes de discusión científico-social se reflexiona sobre el verdadero alcance de las innovaciones tecnológicas: si aun tenemos regiones del planeta sin agua potable o comida suficiente para subsistir, podemos hablar de verdadero avance? La ciencia y las innovaciones, están en todas partes? No habría que hacer un promedio entonces para ver verdaderamente a que nivel estamos? O mientras existan regiones con necesidades básicas sin cubrir, es incorrecto hablar de un verdadero progreso científico? Como en otras aéreas aquí también se ve un panorama que al menos es dicotómico: Es muy difícil aceptar una realidad donde algunos piensan en el próximo paso innovador y otros viven como en los albores de nuestra civilización.
Con una clara exposición el profesor Bosch del INTA-Argentina detallo las ventajas de la técnica de siembra directa. Con las bellezas de las soluciones simples, la siembra directa permite sembrar directamente sobre los rastrojos de la siembra anterior. Esta técnica permite un mejor aprovechamiento del agua y conserva nutrientes en el suelo lo que disminuye los problemas de desertificación. Analicemos este ejemplo y veamos la genialidad atrás de la sencillez. Muchas veces se proponen excelentes ideas para apaliar un flagelo, pero su implementación requiere altos recursos tecnológicos y monetarios. Aquí vemos un ejemplo donde “no levantar los restos” de la cosecha anterior, es un menor esfuerzo del trabajo que trae aparejado mayores beneficios: Brillante!
Sin embargo, actualmente la siembra directa crece asociada al cultivo de plantas modificadas genéticamente y sus herbicidas asociados (principalmente el Glifosato). Con intencionalidad de no empañar a la siembra directa como técnica per se, voy a discutir las controversias asociadas a los organismos genéticamente modificados y los herbicidas asociados en los párrafos siguientes.
El resto de la sesión fue prácticamente colonizada por el debate sobre ventajas, desventajas, controversias y apoyos a los organismos modificados genéticamente o GMO (por sus siglas en ingles). Para describir esta sesión hablaré únicamente lo discutido durante los espacios para preguntas y debate. Nadie puede negar que el caso más paradigmático de los GMO es la soja transgénica. Comercializada globalmente la soja transgénica ostenta claramente su poder haciendo enormes diferencias en el PBI de cualquier país que tenga las posibilidades de plantarla. Este beneficio solo es contrarrestado por la negativa opinión pública. En plena discusión y luego que el premio Nobel Adrian Dubock (defensor de los GMO) desafiara a la audiencia para que le presenten siquiera un solo caso de efectos adversos por consumir soja transgénica, fue muy interesante escuchar la pregunta del matemático francés Cedric Villani: “entonces si no hay un solo caso de efectos adversos en todo el mundo por comer organismos modificados genéticamente, por que la opinión pública esta tan en contra?” Luego de esta simple pregunta un silencio ensordecedor invadió la sala. Estuvo claro que nadie tenía la respuesta.
Otra cara de esta misma moneda son otros beneficios que pueden traer a los países en desarrollo estos cultivos modificados genéticamente. No solo con una mirada económica, sino en nutrición y salud. Dos GMO en el ojo de la tormenta son el arroz dorado y el maíz biofortificados con vitamina A. La carencia de vitamina A causa miles de muertes por año en de África y países de Sudamérica e India. Estos alimentos biofortificados pueden ser la solución. Sin embargo su comercialización esta trabada. Llama la atención que estas trabas sean decididas en países donde no existe carencia de Vitamina A. La discusión esta planteada y la solución esta abierta.
El daño asociado a los GMO se esta re-dirigiendo, estratégicamente o con rigor de verdad, al uso indiscriminado y en altas dosis de los herbicidas asociados como el glifosato. Mientras que los detractores de esta biotecnología engloban todo en una sola realidad, los proveedores están por el contrario discriminando los problemas y ofreciendo nuevas soluciones, como por ejemplo el uso refinado de estos herbicidas. El otro gran problema apunta a las patentes y derechos de esta clase de desarrollos, que rápidamente son adquiridos por grandes multinacionales en desmedro del bien común y para su propia riqueza. Para ello varios de los desarrolladores de GMOs, han liberado las patentes de sus productos para que puedan ser usados gratuitamente a modo de certificar su verdadero interés y fin social.
Muchos de los presentes se preguntaron si la solución para destrabar estas controversias no sería que los científicos hablen y no los medios de comunicación. Sin embargo una carta firmada por más de 120 premios nobeles a favor de los alimentos biofortificados circula por las redes sociales sin efecto aparente. Presente en el recinto Marc van Montagu de la Universidad de Ghent en Bélgica, sugirió probar con publicidad, una estrategia de comunicación en pos de la aceptación social de los organismos modificados genéticamente. Nadie puede negar el poder de la publicidad, pero también son pocos los que al día de hoy quieren cargar con el costo y responsabilidad de apoyar algo socialmente mal visto. El Vaticano desde la Academia de las Ciencias escucha expectante, el interés de acabar con el hambre en el mundo es enorme y estas nuevas tecnologías pueden ser un medio para lograrlo. Festejo que el Vaticano escuche, pero en definitiva, lejos de empezar a resolverle la controversia con los GMO esta en su punto más álgido.
La coronación: “Recen por mí”
El encuentro estaba planificado. Fue una audiencia privada para los académicos en la que pudimos participar también el resto de los concurrentes. El Papa nos recibió en un recinto y luego de las palabras de recibimiento, nos felicitó por dedicar nuestras vidas a la ciencia. Nos pidió que los descubrimientos lleguen a todos, especialmente como soluciones para los más necesitados. Hizo principal hincapié en soluciones contra el cambio climático, contra las enfermedades y el hambre, y pidió investigar con conciencia social. El encuentro fue muy cálido. Se mostró como un líder espiritual muy amplio, bondadoso y como un ser humano preocupado por el entorno, la palabra que mejor lo define es: inspirador. Como el título de este artículo, “Ciencia con Conciencia”.
Al finalizar el encuentro, Francisco nos pidió que nos presentemos. Luego se despidió, como es habitual, con su “Recen por mí”.
Consideraciones finales
Con origen en el 1600, la Academia Pontifica de las Ciencias esta a la vanguardia nutriéndose de los temas más relevantes, innovadores y polémicos del momento. Si bien hay un grupo detrás de todo, cabe destacar al Canciller de la Academia Monseñor Sánchez Sorondo y su rol protagónico, manteniendo la ciencia en el ojo de la discusión y prioridades del Vaticano. Destaco la interdisciplinariedad, nivel, profesionalismo y camaradería que gobiernan en la academia. Todo acalorado debate termina en un acalorado agasajo que incluye almuerzos y cenas donde las charlas personales y el genuino interés humano superan cualquier controversia.
Personalmente, fue un privilegio para mí estar en ese evento, un antes y un después en mi carrera, escuchar a diferentes Premios Nobeles y científicos como el Prof. Stephen W. Hawking, como así también las diferentes necesidades globales, potenciales soluciones y tendencias de la ciencia a nivel mundial, fue como un baño de conocimiento del más alto nivel.
Quiero concluir que el conocimiento superlativo de los oradores estaba al mismo nivel que el potencial riesgo que podrían tener sus innovadoras propuestas. Pero escuchar a todas estas grandes mentes me dejo un fuerte mensaje: el verdadero riesgo consiste en medir el riesgo de HACER teniendo en cuenta también el riesgo del NO HACER.
Una experiencia memorable.