Darwin para todos
En el Año de Dawin Medios Lentos te presenta una propuesta interesante para enterarte porqué a este referente para todos los científicos se le dedica un año entero en su honor. «Lo que es y lo que no es la evolución» es un libro de divulgación científica diferente, como todos los que pertenecen a la colección «Ciencia que ladra», enterate de que se trataLa divulgación científica es una disciplina que cada vez abarca más medios de comunicación. La radio, la televisión, los diarios y también internet fueron ya tomados por este movimiento. En Qué es (y qué no es) la evolución, el círculo de Darwin, de los autores María Susana Rossi y Luciano Levin ,vemos cómo los autores buscan un público, más joven y escaso de conocimientos científicos previos, al cual llegan mediante la narración de esta historia fantástica. Rossi, Doctora en biología de la Universidad de Buenos Aires e investigadora del CONICET, y Levin, Licenciado en Biotecnología de la Universidad de Quilmes y divulgador científico, logran con éxito hacer un recorrido por la historia de la biología desde sus principios mediante el relato en primera persona de sus protagonistas, los grandes científicos de todos los tiempos.Marcos, el joven narrador de la historia, queda atrapado en el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia del Parque Centenario, y se ve obligado a pasar la noche. Se encuentra con los antiguos, y no tan antiguos, científicos que estudiaron todo lo que se expone en aquel lugar. Ellos evacuarán las dudas del alumno y le explicarán cada tema que irá surgiendo. Charles Darwin será quien dirija esta reunión de eruditos donde se irán presentando, en cada uno de los dieciséis capítulos, los hombres que desarrollaron lo que en su momento fueron revoluciones científicas y hoy son teorías consolidadas y utilizadas en todo el mundo. Desde el origen de la tierra hasta la teoría de la selección natural pasando por la vida de cada uno de los investigadores, sus estudios, conflictos y situaciones personales, es lo que se irá relatando. Todo escrito de manera que tanto un alumno de secundaria, como Marcos, o cualquier persona alejada del ámbito científico podrán entenderlo, y a su vez mechado con situaciones mágicas e inexplicables que atraparán a los lectores.Rossi y Levin no sólo se enfocan en explicar teorías científicas complejas para público general, sino también desarrollan el contexto sociocultural que cada una involucró. Esto permite al lector aprender estos conceptos como historias y no como ciencia dura y exacta, permite alejar al lector de la imagen del maestro enseñando en el pizarrón de un aula de escuela para pasar a ver al investigador en el campo de trabajo y apasionarse junto a él con sus descubrimientos.La historia permite a alumnos de primaria y secundaria identificarse con Marcos y así no tener ningún problema para seguir el relato. Sin embargo, no logra del todo atrapar a los adultos que, aunque interesados por el aprendizaje de los conceptos científicos que transmite, no se verán tan entusiasmados con la trama. Por otro lado, los conceptos desarrollados, aunque son muy claros, pecan en ser demasiados para un solo tomo, por lo que el lector se ve conociendo una gran cantidad de información que puede no llegar a incorporar y hasta confundir llegando al final del libro.Es importante destacar que además de su objetivo de divulgación científica, los autores presentan entre líneas, y en palabras de Charles Darwin, Thomas Huxley, Ernst Mayr y demás renombres de la ciencia, una dura crítica al sistema científico y de la enseñanza de la ciencia actual, e incentiva a revertir esta situación desde el Estado, las escuelas y las familias. “– Mi ventaja era mi cuna. Sí, había nacido en una familia rica y culta. (…) Como usted puede ver, joven, no solo eran importantes la capacidad o los meritos académicos para tener acceso privilegiado a una carrera científica y a cualquier otra, dicho sea de paso. Una buena condición social y económica significaba un camino facilitado al éxito en la Inglaterra del siglo XIX. Y también lo es hoy, tanto en Inglaterra como en la Argentina. —Dijo Darwin. Quedé pasmado por la sinceridad del viejo.”Se puede trabajar con Qué es (y qué no es) la evolución, en el aula con los alumnos o en la casa con la familia. Presenta cantidad de disparadores tanto para actividades grupales como para que un joven descubra un nuevo tema de interés personal. Personalmente lo recomiendo a todo científico que aún no haya tenido el interés por divulgar su conocimiento ya que las palabras de las eminencias del estudio de la evolución los incentivarán a trabajar con ese fin. “Mire joven—dijo Mayr, mirándome por encima de sus anteojos—. La ciencia, como la economía, o la filosofía, o el futbol, o el arte, es una actividad humana. Y por más compleja que sea una ecuación matemática, o el cálculo del producto bruto interno de un país, o la ejecución de un tiro libre, o una pintura impresionista, sus significados esenciales pueden ser comprendidos por todos. Los científicos y especialistas pueden transmitir el contenido central de cada uno de estos conceptos al gran público. En realidad, no solo pueden hacerlo sino que deben hacerlo, si valoran la democratización del conocimiento. – Mayr esbozó una cálida sonrisa, que buscaba complicidad. – Quienes no tienen formación científica, es decir, la mayoría de las personas, deberían contar con la información necesaria para formar su propia opinión sobre aquello que los va a afectar, a la larga o a la corta, en sus bolsillos o en su salud, a ellos mismos o a sus tataranietos, para bien o para mal.” AutorPor Daniela Raschcovskydaniela@medioslentos.com