El piso helado: estudio de las aguas y el suelo de la Antártida
Al sur del paralelo 60 existe un espacio que quienes vivimos en las metrópolis del mundo no podemos imaginar. Sin embargo hay personas como el Doctor en Geología Adrián Silva Busso que dedican su vida al estudio de sus características. Lo que no comprende el bicho de ciudad es el por qué de irse hasta la Antártida, con temperaturas tan bajas y kilómetros inexplorados. La respuesta es sencilla para cualquier investigador: la búsqueda del conocimiento. Sin embargo hay algo más que motiva en especial a estos científicos que son las consecuencias de estos nuevos estudios. Silva Busso lo explica: “Los ambientes extremos como la Antártida son más sensibles, es decir, cualquier cambio climático que se perciba en la dinámica natural, se ve mucho más rápidamente, entonces entender el comportamiento del ambiente hidrogeológico permite desarrollar el conocimiento de la evolución del cambio climático en el planeta tomando a la Antártida como laboratorio natural por tratarse de un ambiente muy sensible en ese sentido”.Silva Busso pertenece al Instituto Nacional del Agua y es uno de los primeros y escasos geólogos en hacer este tipo de investigaciones y es autor del 80 % de los trabajos publicados en el mundo con respecto a este tema. Su línea de investigación se enfoca en la hidrogeología en la Antártida, es decir, el estudio del ambiente hídrico natural: ríos, arroyos y aguas subterráneas que se generan durante el verano al aumentar las temperaturas.“Yo creo que estamos aportando, en una línea de investigación de más largo aliento, para poder intentar utilizar el aspecto hidrogeológico como un testigo más del cambio climático. Hemos tenido que analizar cómo funciona este ambiente en la Antártica. No es algo fácil, no es algo que uno pueda solo pedir dinero y luego demostrar algo. Uno trabaja muchas veces con datos muy abstractos, con datos de geología, química y física que la gente que no se dedica a esto no vislumbra bien. Si yo muestro la foto de un glaciar hace 20 años y la muestro ahora y digo que es terrible y que va a ser peor, se ve muy gráficamente. Pero mostrar el cambio del sistema de las cuencas hidrogeológicas son cosas muy abstractas, la gente no lo ve, no hay una foto de eso, entonces cuesta transmitir la idea”, desarrolló el geólogo.Debido a su labor, junto con sus colegas lleva 18 años viajando a la Península Antártica para realizar trabajos de campo donde primero eligen una zona de interés que por sus características ambientales es interesante estudiar, fundamentalmente porque presenta alguna característica relevante desde su disciplina de estudio, luego montan un base de campamento para el verano, y finalmente se dedican a recolectar información. Para ello toman, entre otras cosas, datos de caudales de los arroyos, muestras del agua superficial y subterránea para hacer análisis químicos, realizan perforaciones de poca profundidad en la parte descongelada del suelo y hacen estudios geofísicos del terreno para intentar determinar las características del suelo congelado. Utilizan métodos geoeléctricos donde aplican corriente al terreno, y en función de la respuesta receptiva que obtienen realizan interpretaciones y las tratan de relacionar con el tipo de proceso, con las características del suelo congelado o con la hidrogeología local. “Mi objetivo es tener esa información para diseñar un modelo conceptual de comportamiento geocriológico e hidrogeológico. Tratar de explicar cómo funciona el ambiente hídrico en ese lugar y en esas condiciones”, contó el investigador.Silva Busso también destacó: “En mi disciplina de investigación, en La Antártida, al igual que en muchos sitios de la Argentina continental, siempre tenés la suerte de encontrar algo nuevo porque tiene muy pocos aspectos resueltos desde el punto de vista de la hidrogeología. Además es un ambiente muy particular donde las cosas no se comportan exactamente como lo prevén los modelos que se utilizan para comprender los sistemas hidrogeológicos tradicionales, porque hay muchas cosas que al norte del paralelo 60 no existen, como suelos congelados, los glaciares, el clima y demás”.¿Pero por qué hay tan poca gente trabajando en este tema? Hay dos explicaciones: la primera es por que la Argentina tiene la facilidad de estar cerca de la Antártida y de tener una infraestructura de hace 100 años por lo que puede enviar una mayor diversidad de investigadores, que para otros países no es tan fácil. La segunda es que a nadie se le ocurrió antes, explicó el geólogo, y comentó que no se trata de ser un visionario, sino que tiene que ver con la especialidad de quienes se encuentran trabajando en el lugar. “Por ejemplo, yo trabajo con un investigador español que es un especialista de suelos o edafólogo y él está trabajando conmigo en la Antártida, en el suelo, desde una perspectiva edafológica, y publicaremos juntos uno de los primeros trabajos de suelos en clima frio o antártico. ¿A quién se le ocurrió? A nadie específicamente, en realidad él vino conmigo a la Antártida en colaboración con un estudio de hidroquímica e hidrogeología y como tiene esa especialidad, genera trabajo en esa dirección. Lo mismo me pasó a mí hace unos años. Simplemente uno llegó y lo vio desde el cristal en que generalmente uno está acostumbrado a ver esas cosas”.La Antártida es vista por la comunidad internacional como una zona interesante para los estudios e investigaciones originales porque posee una dinámica de investigación que no se detiene nunca. “Es uno el que pone los límites, en algún momento. Tenés que plantearte un objetivo porque sino, no terminas y entonces nunca publicas un trabajo. Siempre vas a tener cosas para hacer. Vas haciendo publicaciones y de alguna manera vas paso a paso aportando a la comunidad científica”, concluyó Silva Busso. AutorPor Daniela Raschcovskydaniela@medioslentos.com