Entrevista a Eduardo Felipe De La Peña, hijo de Felipe Vallese
Eduardo Felipe De La Peña es el hijo de Felipe Vallese, primer desaparecido de la Junventud Peronista, y emblema histórico de la militancia. Cincuenta y tres años después del secuestro de su padre, Eduardo pudo recuperar su identidad y hoy tiene el orgullo de portar en su nuevo DNI su verdadero apellido… (Leer más)
Entrevista a Eduardo Felipe De La Peña, hijo de Felipe Vallese
Eduardo Felipe De La Peña es el hijo de Felipe Vallese, primer desaparecido de la Junventud Peronista, y emblema histórico de la militancia. Cincuenta y tres años después del secuestro de su padre, Eduardo pudo recuperar su identidad y hoy tiene el orgullo de portar en su nuevo DNI su verdadero apellido, Vallese. Trabaja en la Secretarìa de Derechos Humanos de la Nación, en la dirección de Leyes Reparatorias, como delegado de UPCN y actualmente está recorriendo el país con la muestra itinerante VALLESE X VALLESE, a la cual acompaña una conmovedora charla en la que cuenta la historia de su padre. En un mano a mano con Medios Lentos Felipe cuenta todo lo que no se sabe de su historia, lo no se puede googlear, lo que solo él siente y lo que espera para el futuro.
Hace poco tiempo recuperaste tu apellido, y te dieron tu nuevo DNI, ¿Cuàles fueron esas sensaciones que solo vos podes sentir después de semejante y merecido reconocimiento?
Durante el proceso estaba tan metido en lo que iba pasando que no me daba cuenta, después si, me empezó a caer la ficha, pero en el momento fue todo euforia, alegría, tristeza, emoción, mareo, como que estàs en las nubes, pero de verdad. Sentís que estas viajando en avión muy alto y por momentos te quedas sin aire y te parece raro que estés allá arriba con semejante mole de tantas toneladas y que esta flotando. Al poco tiempo, cuando retire sòlo mi nuevo DNI con el apellido de mi viejo, por momentos me quebraba emocionalmente y no podía parar de llorar. La veía a mi hija y no podía creerlo, pensaba todo lo que había vivido yo de pequeño y ella hoy, en cambio, vive otra situación, diferentes consecuencias, otras vivencias. Por supuesto no es su culpa, todo lo contrario, yo personalmente trato de que viva las cosas lo más tranquila posible, pero que sepa de la historia de su abuelo, o sea mi papá. Hoy por hoy tuve que pedir a mi coordinador que me de unos días de licencia para acomodarme emocionalmente, porque aùn sigo sintiendo el cimbronazo, y a su vez, ahora estoy tramitando el cambio de apellido de mi hija. El reconocimiento de la filiación entre padre e hijo, es fuerte, son 53 años los que pasaron para que lo consiga.
¿Quién te ayudo a armar la muestra VALLESE X VALLESE? ¿En qué lugares fue presentada? ¿Y qué te motivo a acompañarla de la charla en la que contas la historia de tu viejo?
La idea de la muestra se me ocurrió a mí, consulte con el Dr. Duhalde en su momento, y él me incentivo a realizarla y también me dio la ayuda económica para arrancar.
En el 2006, después de juntar varias fotografías originales provistas por el archivo del diario Crónica, que colaboró con esta causa desinteresadamente, sumado al archivo del área de digitalización de la secretaria de DD HH, y varios compañeros que en ese entonces me apoyaron también, terminè armando la muestra fotográfica itinerante.
El primer lugar donde la expuse fue en el barrio de Belgrano, en un comité radical, no me voy a olvidar nunca, lugar que además es el sitio político de un amigo con el que practicamos fútbol. El siempre supo de mi historia, y me motivaba para que la saque a la luz, para que se supiera la verdad. Enseguida anduve por la provincia de La Pampa, en Tucumán, precisamente en la localidad de Taco Ralo, en Bahía Blanca, en Santa Fe, en Entre Ríos, en Córdoba, en La Matanza, San Justo, en San Vicente, en Lanús, en Lomas de Zamora, en el Ministerio de Justicia de la Nación, y en algún lugar más que se escapa de mi memoria.
El hecho de relatar la historia de mi padre es porque quiero que sepan, tanto la sociedad como la militancia, quien fue Felipe Vallese, còmo fue en parte su vida, què hizo, por què lucho, del lado de quièn estaba, por què fue peronista y cuál fue su compromiso.
¿Cómo fue tu niñez y adolescencia? Los compañeros de tu viejo que te cuidaron y criaron, ¿Qué te contaron de tus padres?
Mi niñez fue algo triste comparada con la de cualquier chico, pero tampoco fue traumática, porque realmente recibí amor, afecto, contención y mucho cariño de la gente que sabía de quien era hijo. Me cuidaron dos compañeras de militancia de mi viejo, que vivían en la misma casa, en la calle Morelos, barrio de Flores.
Quien me dio su apellido y su compromiso como madre fue Elvia Raquel de la Peña, soltera de 42 años y con varios problemas de salud por aquèl entonces, pero no fueron trabas para asumir semejante responsabilidad. La otra mujer fue Mercedes Cerviño, casada con 2 hijas y un matrimonio disuelto.
Ambas estuvieron presentes durante el secuestro de mi viejo y también fueron secuestradas y torturadas durante 40 días. En ese lapso, a mi me llevaron a la casa de la tía de las hijas de Mercedes, en Paraguay y Montevideo. Allí estábamos Haydee (tía), Arturo (esposo), Olga y Raquel (hijas de Mercedes) y yo, por entonces Eduardito.
Después de un tiempo me internaron junto a las chicas en un colegio, en ese entonces teníamos: Olga 14 años, Raquel 11 y yo 3.
Más tarde, a mis seis, salí del colegio donde estaba internado y me llevaron a vivir con Elvia y Mercedes y allí jugando dentro del ropero me entere quien era Felipe Vallese, había volantes y afiches de él. A medida que crecía me animaba y le preguntaba a Elvia quien había sido mi papá, y ella poco a poco me fue contando la verdad de mi vida, por lo que voy a estar eternamente agradecido.
A los dos meses de que ingrese al secundario falleció Elvia. Quedé al cuidado de Mercedes y nos fuimos a vivir a Ciudadela. No la pase del todo bien porque con ella no tenía el mismo dialogo que con Elvia, había mucha distancia y frialdad, yo estaba acostumbrado a dialogar mucho.
Mientras tanto seguí estudiando en el colegio secundario totalmente solo y me arreglaba como podía, pero siempre solo. A los 15 me fui alejando de Mercedes y paraba en distintas casas de compañeros de la secundaria, hasta que quede alojado en la casa de uno de ellos en el barrio de Belgrano.
Me recibí con el título de Bachiller y salí a buscar trabajo porque debía mantenerme, no me gustaba andar pidiendo plata para poder vivir, esa fue mi infancia y mi adolescencia. Tengo mucho más material para contar, pero esa quedará para cuando escriba el libro de mi historia.
Teniendo en cuenta que en el ámbito político el nombre de tu padre es muy mencionado ¿Cómo sos recibido, tanto por la sociedad como por la militancia cuando contas tu historia?
Soy muy bien recibido tanto por la sociedad como por los compañeros de la militancia. Creo que no solamente los impacta la historia y el enterarse quien fue Felipe Vallese, sino la manera de còmo la cuento, con el corazón, emocionado hasta las lagrimas.
Trato siempre de dejarles una experiencia, una enseñanza, una manera de vivir sin rencores, sin broncas, sin dolor, pero a la vez a no olvidar para buscar JUSTICIA. Quiero encontrar a mi madre biológica, y si lo hago, lo harè sin rencores, para disfrutarla y que me disfrute, y poder conocernos en estos pocos años de vida que nos deben quedar a los dos.
¿Cómo era tu vida antes de que te busque Eduardo L. Duhalde y empiecen a investigar sobre tu historia?
Antes de comenzar a trabajar en la Secretaria de DD HH trabajè como mecánico de automotores, es una profesión que me atrapò a los 14 años y la inicié junto a un amigo del barrio. Vivíamos armando y desarmando autos y motos viejas, en ese momento yo mismo me di cuenta de la paciencia que tenia para desarmar y armar las cosas, todo relacionado a motores, cables, electricidad, etc. Mientras estaba en la secundaria seguía con los autos, primero fue un hobby, y a los 19 años fue un trabajo. Comencé en la fabrica Fiat Automotores, pero a tener contacto solamente con repuestos, màs adelante ingresè en una concesionaria Renault, en San Fernando, ya como medio oficial mecánico, y más adelante ingresè, ya como socio, en un taller mecánico. Allí pase 13 años de mi vida con muchas alegrías y muchas tristezas, tanto a nivel laboral como a nivel sentimental, una mezcla barbara.
También emprendí yo solo proyectos con talleres completos de chapa- pintura-electricidad-mecánica, en los que compraba autos chocados, los reparaba íntegramente y luego los vendía.
Hasta que en el año 1999 me cansè por varios motivos y decidí ir a trabajar por un sueldo, y siempre tuve laburo, es más, cambiaba enseguida si no me pagaban lo que habíamos pactado. Pero también me pasó que a partir de esos años comencé a darme cuenta que algo no cerraba en mi vida, que ese no era mi lugar, que estaba perdiendo tiempo, que yo estaba para otra cosa y con la ayuda de Eduardo Luis Duahlde encontré no solo mi identidad, sino también ese camino.
Ahora que recuperaste tu apellido, tu identidad, ¿Qué se viene para tu futuro inmediato?
Ya una vez recuperada mi identidad, el anhelo para el futuro inmediato es poder realizar política sana, autèntica, solidaria, social. Todo lo que imagino que mi viejo hubiese realizado de no haber sido secuestrado. Realmente me gusta de corazón poder ayudar al prójimo, al que necesita, al vulnerable, a todo aquèl que necesita una formación, en fin, el objetivo es ser solidario con el que más lo necesita.
Autor
Lenadro De Marco
leandro@medioslentos.com