Frontera triple, frontera caliente
El anuncio de la filmación de una película dirigida por la reciente ganadora del Oscar, Kathryn Bigelow, reabre la polémica sobre las supuestas actividades delictivas en la zona, que incluye la sospecha de lavado de dinero, contrabando, narcotráfico y operaciones de grupos terroristas.Luego de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 contra el World Trade Center y el Pentágono, y el comienzo de la búsqueda de los autores intelectuales, la opinión publica internacional supo de nombres hasta ese momento poco conocidos para la mayoría de las personas, como Osama Bin Laden o Al-Qaeda. Con las investigaciones que seguían la trama de las relaciones políticas y económicas de la red que dirige el millonario saudita, los ojos del mundo se posaron en una región tan remota como insospechada de ser clave en el asunto: la triple frontera entre Argentina, Paraguay y Brasil.Ahora esta región vuelve a generar debate tras el anuncio de la directora de cine Kathryn Bigelow, ganadora este año al Oscar por mejor dirección en “Vivir al limite”, de su próxima producción que sería rodada precisamente en ese lugar, con un elenco que incluiría a actores de renombre como Sean Penn, Javier Bardem y Denzel Washington y que el eje principal de la película estaría basado en el estereotipo norteamericano que dicta que la zona es un nido de traficantes, delincuentes y terroristas islámicos.El anuncio aún no fue hecho formalmente por los estudios Paramount, encargados del financiamiento del film, pero ya despertó las críticas y la indignación de los gobiernos de la región, quienes ya anticiparon que no van a colaborar con el rodaje. La primera voz contraria fue la de Liz Cramer, Secretaria de Turismo del Paraguay: «Sería estúpido colaborar por dos pesos con extranjeros que vienen a pintarte como la basura más grande del planeta», señaló la funcionaria en declaraciones a medios de su país. En Argentina la voz de repudio también estuvo a cargo del titular de la cartera de Turismo, Enrique Meyer, quien se mostró indignado con la posibilidad de la realización de un film que representa negativamente a esta zona común a los tres países. Por último, en Brasil, entidades dedicadas al turismo en Foz do Iguaçu dieron a conocer un comunicado de prensa donde niegan haber tenido contactos con la producción del film pero dejan en claro que de ninguna manera darían apoyo sin antes leer el guión y conocer los pormenores de la filmación, al tiempo que afirman que no hay elementos que prueben que las personas de ascendencia árabe en la región formen parte de células terroristas o de grupos que financien esa actividad.La triple frontera fue relacionada con la actividad de células dormidas de grupos extremistas al punto que fue un posible blanco de la represalia de Estados Unidos luego de producidos los atentados de 2001, aún antes de la invasión a Afganistán, según informó el periodista Walter Goobar para la revista Milenio de México, en junio de 2005. Las mismas sospechas salieron a la luz tras el atentado a la AMIA de 1994 cuando se afirmaba que los explosivos utilizados habían sido introducidos en el país a través de la triple frontera, cosa que hoy, a más de 15 años del hecho, todavía no pudo ser probado.Entre Foz do Iguaçu (Brasil), Puerto Iguazú (Argentina) y Ciudad del Este (Paraguay) se estima que viven alrededor de un millón de personas, de las cuales unas 20 mil son árabes y sus descendientes, en su mayoría dedicados al comercio.Gabriela, quien prefiere no dar su apellido, vive y trabaja en Ciudad del Este desde 1979 y opina que la inseguridad es un problema pero no por ser una localidad fronteriza: “Es una ciudad común y corriente, con la inseguridad como jamás hemos vivido pero no porque sea frontera sino porque en todas partes está así”. Al respecto, Gabriela cree que incluso Ciudad del Este está muy por debajo de los niveles de delincuencia de las ciudades argentinas, brasileñas y las demás paraguayas. “Todas las zonas de frontera son complejas, esta es un poco más por ser una frontera triple, casi una torre de Babel”, concluye esta argentina radicada en Paraguay.El cine repite fórmulas pero cambia algunos detalles para adaptarlos a los tiempos que corren. Durante la Segunda Guerra Mundial el villano era caracterizado como alemán o japonés. La Guerra Fría dio paso a un enemigo distinto, que hablaba con fuerte acento ruso y lanzaba proclamas en contra del capitalismo y la cultura occidental. Hoy el cine representa al malo de la película como árabe, y en la búsqueda hollywoodense de nuevas historias, parece haberle llegado a Sudamérica el turno de ser escenario de su eterna lucha entre el “bien” y el “mal”.Por Ignacio Genizinfo@medioslentos.com