La lucha del presente y del futuro: el agua
“Actualmente el 43% de los hogares urbanos de la región metropolitana de Buenos Aires está afectado por problemas de calidad de las napas de agua, y el 37% por problemas de explotación, es decir que son zonas donde no se puede sacar ni una gota”, anunció la Dr. Ana Carolina Herrero en el marco de la charla “Problemática del agua en el conurbano” organizada por el Taller de aguas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCyN-UBA).“Se encuentran zonas donde efectivamente no se puede sacar una gota de agua, y esos desequilibrios son algo incoherentes por que en una región metropolitana como la nuestra, teniendo al Río de la Plata en frente y teniendo la generosidad de los acuíferos, donde hacemos una perforación de cinco metros y encontramos agua, es inadmisible”, continuó la doctora en bilogía de la Universidad de Buenos Aires, que por otro lado pertenece al área de ecología urbana de la Universidad Nacional General Sarmiento. Compartió la palabra con Alberto Elizalde, productor general de la serie de documentales “Río Adentro”, e integrantes del Galpón Cultural, organización vecinal del barrio Mariano Moreno, Claypole, Partido de Almirante Brown.En el encuentro, realizado el miércoles pasado en el Aula Magna del pabellón 2 de Ciudad Universitaria, se trataron diferentes aristas a la misma problemática. Por su parte la Dra. Herrero explicó que existen distintas categorías en las cuales clasificar la extracción de agua y desagote de residuos biológicos, que traen distintas consecuencias. Si se extraen grandes cantidades de agua de las napas subterráneas como del acuífero Pampeano, que es primero encontrado bajo nuestra superficie, o el acuífero Puelche, que queda a una mayor profundidad, se puede ocasionar una explotación del acuífero, generando que no se pueda extraer agua en zonas cercanas.Con respecto al desagote, los problemas los traen los pozos ciegos que poseen las zonas que no presentan sistema de cloacas, que, en muchos casos, están construidos sin encamisado ni cementado, lo que permite la contaminación de todo el pozo y hace que se contamine el agua del acuífero de donde se extrae.El caso más grave de las distintas situaciones planteadas por Herrero se da cuando la población no posee red de agua ni de cloacas, y extrae de pozos particulares. “En general se puede relacionar esta situación con lugares que son más precarios, y ahí es donde se vuelve a la perforación manual que carga agua de 5 a 10 m de profundidad. Esa misma población saca del primer acuífero y devuelve al primer acuífero, y sus pozos ciegos a pesar de estar a ocho metros de su pozo de agua, están al lado de la captación de agua del vecino, es decir que cada uno mira hacia el interior de la vivienda, pero se da cuenta que la toma de agua está a un metro del pozo ciego del vecino, contaminándola. Esto es lo más preocupante y aglutina una gran cantidad de población”, destacó Herrero.Los vecinos de los distintos lugares afectados se fueron organizando para combatir esta realidad, y entre ellos se encuentra el Galpón Cultural. “Lo difícil es trabajar con los vecinos desde una cuestión cultural. Muchos decían que nosotros no teníamos soluciones, esperaban ver que alguien venga a darles la solución y no hacerse cargo de la problemática. Como objetivo tenemos la difusión del conocimiento para que no seamos más ignorantes del tema y podamos hacernos cargo de lo que nos está pasando y así tener una vida mucho más digna para todos”, relató Lorena Mancilla, integrante del movimiento vecinal.Alberto Elizalde, que en sus documentales muestra expediciones a la cuenca Matanza-Riachuelo y al Río Reconquista, dos de los “más contaminados del mundo” y las problemáticas particulares de estos dos sistemas, explicó: “Hay mucha gente que dice que con plata se arregla, como el Támesis en el sur de Inglaterra fue limpiado, pero el Támesis no tiene alrededor la cantidad de industrias que crecen sin control y tampoco tiene la cantidad de personas viviendo en condiciones infrahumanas. El problema socio ambiental es distinto, acá el Riachuelo es irresoluble en los marcos de políticas parciales. No se puede resolver si no hay un ataque global al problema”.Elizalde remarcó la problemática de los parques industriales del conurbano, que a pesar de estar planteados como la solución para la ubicación de las industrias que contaminan, concentran contaminación. “De donde estábamos filmando salía un tubo con un agua verdosa, cuando nos vieron filmando, se ve que cortaron el chorro y el agua empezó a salir clara. Así vemos que se suma el hecho de que la estructura productiva está colaborando con esa contaminación”, subrayó Elizalde.En debate con los alumnos y profesores de la facultad los panelistas concluyeron que para comenzar a revertir la situación se necesita empezar a establecer modalidades de organización comunitaria entre el Estado, la sociedad y los empresarios del sector.El taller de aguas es un emprendimiento interdisciplinario en el cual trabajan estudiantes, graduados, docentes e investigadores de la FCyN-UBA que realizan, entre otras cosas, informes técnicos de la calidad de agua de distintos barrios del conurbano, devolución de resultados a los vecinos junto con jornadas explicativas del tipo de contaminación encontrada y las medidas preventivas a tomar, como también charlas en colegios a los que asisten los chicos del barrio.AutorPor Daniela Raschcovskydaniela@medioslentos.com