La muerte del dólar, el nacimiento de una moneda mundial
Por Rafael García PalavecinoEl presidente del Banco Mundial Robert Zoellick estimó que la supremacía del dólar perdería su rol «predominante» en los mercados internacionales. ¿Qué significa esta fase de la crisis en la emergencia de un nuevo orden financiero internacional?«Los Estados Unidos cometerían un grave error en dar por hecho que el dólar seguirá siendo una moneda de reserva», dijo el presidente del Banco Mundial en la tarde del lunes.El anuncio es prácticamente un secreto a voces, el dólar se debilita en todo el mundo -salvo en la Argentina- y es desplazado al tiempo que los especuladores corren a su par del este: el euro.Primero que todo, el destino del dólar fue marcado mucho tiempo antes. En los años de la crisis del petróleo, años 70-73, el gobierno de Richard Nixon decretó que los EEUU abandonarían el acuerdo de Bretton Woods, el cual estipuló que la moneda estadounidense es respaldada por un equivalente en oro. Hoy -y a partir del 73- el abandono de la paridad dio lugar a la sobreemisión de esta moneda, erosionando su valor y dando lugar a maniobras especulativas.La desregulación del nuevo modelo neoliberal hizo el resto. Los movimientos bursátiles y de divisas se volvieron mucho más rentables que la producción de la economía real, cosa que provocó la proliferación de desempleo y pobreza.Sin ir más lejos, la reunión de Bretton Woods está -de alguna forma- repitiéndose de nuevo en las reuniones del G-20, en donde los «lideres del mundo» anuncian el surgimiento de un nuevo orden mundial en lo financiero.En el Bretton Wodds de mediados de la década del ’40, el célebre John Maynard Keynes se pronunció a favor de crear una moneda de respaldo global llamada Bancor. Los planes fueron muy distintos al de Keynes al finalizar BW, por lo que el dólar continuaría en la historia siendo la principal moneda de reserva de valor mundial.Hoy, la desprolijidad con la que se desreguló la economía no deja otra salida. A pesar de que hay un giro hacia el euro, dicha moneda no se caracteriza por tener un respaldo en oro o fuerte. Tampoco los yuanes chinos.La gran posibilidad es que esta vez se le de la razón a Keynes, de manera que este G-20 -una suerte de nuevo Bretton Woods- de el pie para la introducción de una moneda de curso global.Quizás la advertencia de Zoellick sea para generar movimientos que perjudiquen al dólar, y a que noticias de esta índole tienen repercusiones económicas inmediatas.Al principio, las primeras voces que sonaron a favor de generar una moneda de respaldo mundial fueron Rusia y China. Por lo bajo, tambien se oyó la sugerencia de darle mayor importancia a los derechos de emisión del fortalecido FMI, y tambien una moneda que se calcule a partir de una canasta de varias monedas fuertes.Zoellick reconoció que el G-20 debería convertirse en el «principal foro de la cooperación internacional entre los países desarrollados y emergentes». Con el declive de la principal potencia, la gran pregunta es: ¿Quién coordinará esos nuevos espacios, acaso una autoridad global?