Meta para la nueva presidenta de Costa Rica
“Debemos levantar la guardia y recuperar la tranquilidad”, sostuvo firme Laura Chinchilla horas después de consagrarse como la primera presidenta mujer del país,elegida con más del 46 por ciento de los votos en las elecciones del pasado 7 de febrero en Costa Rica.La sucesora del partido Liberación Nacional advirtió que impulsará el combate contra el crimen organizado y el narcotráfico (problemática que se acrecentó de manera considerable en los últimos años). La misma valentía anunció el presidente Oscar Arias en enero de 2006 al momento de asumir y comprometerse a recuperar la seguridad ciudadana del país. La lucha contra el narcotráfico se convirtió en el eje de ambas promesas de campaña y la clave para el triunfo en las urnas. Pero ¿qué situación enfrentará la nueva presidenta en referencia al combate del tráfico de drogas ilícitas y el aumento de la violencia en Costa Rica?“Vamos a tener muchos retos en la región en los próximos años. Quizás el principal sea que vemos un grave desplazamiento de las bandas del crimen organizado hacia esta región», afirmó Chinchilla a medios colombianos luego de conocer su triunfo. Durante la carrera a la presidencia, las encuestas y los sondeos definieron el resultado entre los candidatos por un sólo factor: el compromiso de pelear contra el narcotráfico.La situación política y social en Costa Rica requiere de la implementación de políticas efectivas y el accionar rápido del Estado. El alza de la tasa de asesinatos aumentó entre 1991 y 2002 de 4,4 a 11,1 homicidios por cada 100 mil habitantes, según datos oficiales del Gobierno. Esto deja en evidencia el aumento de la violencia en el país y por ende el incremento de la delincuencia.Según un informe divulgado por el Ministerio de Seguridad Pública de Costa Rica, más de 69000 personas fueron detenidas el año pasado por delitos relacionados con el tráfico de drogas.Por otra parte, los datos proporcionados por el Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD) informan que la captura de cocaína se incrementó de 3000 toneladas en el 2002 a más de 32000 en el 2007 y, a su vez, la incautación de marihuana también registró un aumento de 728 toneladas en el 2002 a 4786 toneladas cinco años después.Los especialistas latinoamericanos sostienen que el incremento de los decomisos no es a causa de la ineficiencia de medidas por parte de las autoridades locales, sino a raíz del consumo de drogas en el país y a su posicionamiento como lugar de paso ya sea por aire, mar y tierra hacia Estados Unidos (el mayor consumidor de droga del mundo).“Desgraciadamente Costa Rica es, en Centroamérica, el país donde tenemos mejor nivel de vida, por lo que es el mercado más apetecible», aseguró el Fiscal General de la República, Francisco Dall’Anese a distintos medios al responder sobre el aumento del consumo y el papel del país como base de operaciones de carteles de droga mexicanos, como por ejemplo Sinaloa, en territorio costarricense.Según sostiene el presidente actual Arias, el escenario del país pone de manifiesto el reclamo de una mayor injerencia de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico no sólo en Centroamérica, sino también en toda América Latina. Arias afirmó en sus discursos que el aumento en la producción de drogas es consecuencia de la gran demanda de la potencia mundial, por lo que el país del norte debería aplicar políticas fuertes en la región.Entre las escasas medidas aplicadas en Costa Rica, se encuentra la entrega de 3,3 millones de pesos en el 2010 para dicho país en el marco del plan Mérida para enfrentar el crimen organizado y fortalecer el equipamiento y capacitación de las fuerzas de seguridad. Su objetivo primordial es abarcar la asistencia en seguridad pública, trabajo policial, desarrollo institucional y del estado de derecho en la lucha contra el narcotráfico ilegal de drogas y el terrorismo.Ante los resultados insuficientes por parte de Estados Unidos, distintos especialistas latinoamericanos afirman que la mejor opción es la creación de políticas propias para combatir el narcotráfico, dejando a un lado la predominancia de este país norteamericano en la región.Según sostuvo Arias, “Costa Rica es una víctima inocente tanto de la geografía como del fracaso de los sucesivos gobiernos estadounidenses para solucionar el problema de las drogas”.Una de las medidas más relevantes implementadas por el presidente Oscar Arias durante su mandato fue el Plan Nacional sobre Drogas 2008-2012 que respondió al eje de su política social en materia de salud, seguridad ciudadana y prevención de la violencia. A raíz de esto, de enero a julio de 2007 se realizaron 484 operativos de los cuales 86 correspondieron a tráfico internacional y 398 a tráfico nacional.Por otra parte, el mandatario alcanzó la aprobación de la ley contra el Crimen Organizado que proporciona un programa para ejecutar un aporte de recursos económicos y financieros suficientes para combatir las actividades del narcotráfico.Como sucesora del presidente Arias e integrante del partido Liberación Nacional, Chinchilla deberá mantener el lineamiento de las políticas utilizadas por su par a partir de 2006 y mejorar su aplicación para conseguir disminuir las consecuencias de esta problemática en el país.Según sostuvo la mandataria, una de sus primeras decisiones al asumir en mayo próximo será nombrar un comisionado nacional anti drogas que centralice y coordine la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado. También focalizará su gestión en la capacitación a la policía, el fortalecimiento del estado de derecho y la creación de un fondo permanente de seguridad ciudadana con 60000 colones al año.El cumplimiento de la promesa de la nueva presidenta deberá ser el resultado de la creación de políticas propias, concretas y eficientes que recuperen la tranquilidad de los ciudadanos de Costa Rica. La lucha contra el narcotráfico no podrá simplificarse en meras palabras. Deberá reflejarse en la disminución de la violencia para poder, de esta manera, mejorar la calidad de vida de la población en el país.Por María Victoria Ciccola