Proteger los bosques, cuidar el planeta
El nivel de deforestación de la selva disminuyó en los últimos diez años, pero aún continúa creciendo con un ritmo alarmante en muchos países. Esta es una de las conclusiones que señala el último informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), en el cual se enfatiza la necesidad de proteger los bosques de todo el mundo y la importancia de la aplicación de medidas gubernamentales que disminuyan las consecuencias del cambio climático.Entre el 2000 y 2010, se perdieron en el mundo 13 millones de hectáreas de bosques por año, a raíz del cambio de uso de la tierra o de la pérdida por causas naturales. Esto significa una reducción de 3 millones de hectáreas, en comparación con los 16 millones en la década del ´90, según explica el documento llamado “Evaluación de los recursos forestales mundiales 2010” (http://www.fao.org/forestry/static/data/fra2010/KeyFindings-es.pdf) que estudia la situación ambiental en 233 países.“La definición de deforestación comprendida por la FAO hace alusión a la conversión de los bosques a otra forma de utilización de la tierra o a la reducción a largo plazo de la cobertura de copas por debajo del umbral mínimo del 10 por ciento. Es decir, el pasaje de una situación con bosque, a una sin bosque”, explica Fernanda Alcobé, ingeniera forestal y responsable del Programa Bosques de la Fundación Vida Silvestre Argentina.A nivel global, la superficie forestal asciende a algo más de 4000 millones de hectáreas, el 31 por ciento de la superficie terrestre total, y en los últimos diez años la pérdida neta de bosques por año fue equivalente a la dimensión de Costa Rica.Asimismo, no sólo se perdieron territorios, sino que también se recuperaron plantaciones forestales en países como China, India, Estados Unidos y Vietnam, y la expansión natural de los bosques en algunas regiones produjo la reducción de 8,3 millones de hectáreas al año en los ´90, a 5,2 millones de hectáreas anuales.Con respecto a la aplicación de legislaciones por parte de los distintos gobiernos, 76 países han desarrollado o actualizado sus políticas forestales desde el año 2000, y 79 países, principalmente en Europa y África, promulgaron leyes forestales cinco años después. Sin embargo, el documento señala la necesidad de continuar el trabajo alcanzado hasta el 2010 y optimizar la participación de otros países que todavía mantienen falencias en la implementación de legislaciones nuevas.“La falta de políticas adecuadas o las deficiencias de las autoridades competentes (tanto de mecanismos como de personal y recursos) para la aplicación de leyes, así como con la falta de planes de manejo racional del recurso, siempre trae aparejada una acción desmedida y sin control en los países”, sostiene Alcobé. También, afirma que otra cuestión importante y que muchas veces se deja a un lado es “la creciente presión demográfica y la situación de extrema pobreza en que están sumidas gran parte de las personas que viven y dependen del bosque para su subsistencia”.Tanto Sudamérica como África sufrieron las mayores pérdidas de bosques en el año. En el caso de Brasil, por ejemplo, disminuyó el número de bosques deforestados, pero aún mantiene una pérdida media de 2, 6 millones de hectáreas de bosques.Por otra parte, Asia registró una ganancia neta de unos 2,2 millones de hectáreas al año en la última década, fundamentalmente debido a los programas de forestación a gran escala en China, India y Vietnam, que han aumentado su superficie forestal en casi cuatro millones de hectáreas.»Por primera vez, somos capaces de demostrar que la tasa de deforestación ha disminuido a nivel mundial, como resultado de una serie de esfuerzos coordinados a nivel local e internacional», afirmó Eduardo Rojas, Director General Adjunto del Departamento Forestal de la FAO ante la presentación del documento.La importancia de la protección de los bosques en el mundo es a raíz de que desempeñan un papel necesario en la mitigación del cambio climático, ya que almacenan una gran cantidad de carbono. Cuando se tala un bosque, el carbono regresa a la atmósfera y se obstaculiza el curso natural pre establecido.Actividades productivas como la agricultura, la ganadería, el aprovechamiento forestal y la pesca son algunas de las acciones que generan impacto sobre los ambientes y recursos naturales. Alcobé plantea que una de las herramientas para afrontar estos problemas de escala regional es el ordenamiento ambiental del territorio. “Es un instrumento de gestión que permite definir áreas del territorio que se destinarán a distintos usos, en concordancia con los diferentes intereses y necesidades de la sociedad. De esta forma, se pueden compatibilizar necesidades de desarrollo económico, con el bienestar de las comunidades y la conservación de los recursos naturales”, sostiene.Por otra parte, los incendios las plagas y las enfermedades también constituyen elementos que causan daños graves en los bosques. Cerca del uno por ciento de la superficie forestal mundial es afectada cada año por incendios forestales. “En un elevado porcentaje son causados por descuidos o acciones del hombre, por tal motivo es importante tener buenos programas de prevención y manejo de incendios y concientizar a las poblaciones cercanas a áreas con riesgo de incendios”, explica Alcobé.Según recomendaciones de las Naciones Unidas, existen diversas medidas para frenar el proceso de deforestación que tanto destruye el ecosistema: la participación de todos los interesados en los programas forestales de cada país e integrar la conservación y el uso sostenible de los recursos biológicos, realizar una investigación forestal profunda y crear una red que facilite el intercambio de información y fomente la investigación y la realización de estudios que analicen las causas de la deforestación y degradación ambiental en cada país y, a su vez, de transferencia de tecnología mediante inversiones públicas y privadas.A pesar de que el informe de la FAO no profundice sobre la situación forestal en Argentina, la deforestación ha causado grandes inconvenientes en las selvas de Misiones, Salta y Jujuy. Se eliminaron alrededor de 300.000 hectáreas por año, equivalente a “15 veces la ciudad de Buenos Aires y a un ritmo superior al promedio mundial”. “En la zona se perdieron 67.233 has de bosques entre 1998 y 2002 y 62.412 has entre los cuatro años siguientes. En la región Chaqueña esa pérdida es de 755.000 has para el período 1998-2002 y de 1.140.000 has para el período 2002-2006. A este paso, en menos de un siglo, habremos perdido la gran mayoría de los bosques del país y de las especies que los habitan”, afirma Alcobé.Los resultados de este informe son un puntapié para comprender la importancia del cuidado de los bosques, ya sea en la Argentina como en el resto del mundo, dado que la deforestación es una de principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global.Por María Victoria Ciccolavictoria@medioslentos.com