Seguir adelante y vivir para contarlo
Una persona puede marcar un antes y un después en su disciplina. Mediante una acción, una palabra, o una forma de vida. José Luis Cabezas es quien nos convoca en esta edición, uno de los reporteros gráficos que marcó un hito en el periodismo argentino. Pese a la tensión política de la época no dejó de hacer su labor y por eso fue asesinado. Por seguir haciendo aquello en lo que creía.En esta entrega Ciencia te presenta un personaje con cierto paralelismo con Cabezas. Una investigadora que, como el argentino, siguió haciendo lo que ella creía a pesar de no ser comprendida por el resto de la comunidad científica y sin pensar en riesgos ni increpancias. Que marcó un antes y un después en el estudio de los animales en todo el mundo y que todavía cree que hay esperanza para este mundo y las próximas generaciones.Jane Goodall, de 75 años relata sus comienzos en el estudio de los animales en uno de sus libros, “Los diez mandamientos para compartir el planeta con los animales que amamos” de la siguiente manera: “Cuando tenia 26 años, Louis Leakey me mandó a la selva a estudiar chimpancés sin ningún tipo de experiencia científica y sin haber ido a la universidad. Al principio, la mayoría de los científicos puso en duda mis observaciones por considerarlas meras anécdotas y poco científicas, especialmente cuando publiqué un artículo en el National Geographic. Sin embargo como mi único objetivo era descubrir los secretos de la vida social de los chimpancés y ya había aprendido mucho sobre el comportamiento animal gracias a mi perro Rusty, no me preocuparon las críticas. Con el tiempo conseguí obtener el título de doctora en etología en la Universidad de Cambridge, que me ayudó a introducir mis controvertidas ideas y metodologías en la corriente científica principal; después de todo, parecía que la compasión y la ciencia no estaban tan reñidas”, relata Goodall.En su libro, que escribió junto a su amigo y compañero de investigaciones, el profesor titular de biología de la Universidad de Colorado Marc Bekoff, describen mediante diez mandamientos las similitudes que presentamos con los animales como un mensaje esperanzador. “Pero el mundo está cambiando, somos cada vez más conscientes del daño que infligimos a la naturaleza que nos rodea, y esta toma de conciencia esta extendiéndose a la ciencia, a los corazones y mentes del público en general y a la legislación – cada año se aprueban mas leyes de protección animal y del medio ambiente-. Para miles de individuos que sufren, el ritmo de cambio ha sido demasiado lento, pero gracias a la introducción de nuevas medidas estamos reemplazando gradualmente la crueldad por la compasión y creando un mundo en el que los humanos puedan vivir en paz y armonía con la naturaleza”, describe en la introducción del libro Goodall.La investigadora, además de sus aportes científicos es una de las principales activistas ambientales, fundadora del instituto Jane Goodall (www.janegoodall.org), dirige junto a Bekoff de la organización Ethologists for the Ethical Treatment of Animals (www.ethologicalethics.org) , y del programa Roots and Shoots, The Power of youth is global, del instituto Jane Goodall, chicos desde edad escolar en adelante con mas de 8000 grupos en más de 100 países para mejorar el mundo aprendiendo de proyectos que promueven la conciencia por los animales, el medio ambiente y la comunidad humana (www.rootsandshoots.org).El 21 de octubre de 2009 presentó una conferencia en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, en la que conmovió y concientizó con sus anécdotas y reflexiones a adultos y jóvenes, científicos reconocidos y estudiantes de primer año de distintas facultades.“Uno de los objetivos mas importantes que nos planteamos al escribir este libro fue demostrar que los seres humanos formamos parte del maravilloso reino animal y de la naturaleza, que no estamos separados de ellos. Todos compartimos ese misterioso elixir que es la vida.”, postula Goodall en “Los diez mandamientos”.Medios Lentos te recomienda este libro para informarse sobre los animales con los que convivimos mediante un mensaje esperanzador. Como Cabezas, Goodall no se quedó “en el molde” ni pensó en los peligros y prejuicios de la gente, siguió sus ideales buscando lo que ella creía importante y, por sobre todas las cosas transmitiendo sus conocimientos en busca de la verdad.AutorPor Daniela Raschcovskydaniela@medioslentos.com