¿Te acordás?


Memoria
A grandes rasgos se podría decir que se encarga de la codificación, almacenamiento y recuperación de la información. Dicho de otra manera, la memoria nos permite recordar acontecimientos, ideas, relaciones entre conceptos, sensaciones y en definitiva todos los estímulos que en algún momento hemos experimentado.

Pero hacer memoria puede causar un trauma o impresión emocional muy intensa causada por algún hecho o acontecimiento negativo que produce en el subconsciente de una persona una huella duradera que no puede o tarda en superar.

¿Qué tan dispuestos estamos en hacer memoria?

Verdad
La verdad es la coincidencia entre una afirmación y los hechos, o la realidad a la que dicha afirmación se refiere o la fidelidad a una idea. El término se usa en un sentido técnico en diversos campos como la ciencia, la lógica, las matemáticas y la filosofía. La búsqueda de la verdad está al servicio de la vida humana; es el medio que permite al hombre ser y obrar como tal y, si profundizamos un poco más en esta cuestión, vemos que esta búsqueda aparece como respuesta a una triple necesidad. En primer lugar, la búsqueda de la verdad obedece a la necesidad de vivir.

Justicia
La justicia no es el dar o repartir cosas a la humanidad, sino el saber decidir a quién le pertenece esa cosa por derecho. La justicia es ética, equidad y honestidad. Es la voluntad constante de dar a cada uno lo que le corresponde.

Este año no se marcha porque estamos en situación de pandemia, pero se marcha de zoom en zoom, de meet en meet, de conversatorio en conversatorio.

45 años del ultimo gobierno de facto y aun hay más de mil causas abiertas en los juzgados argentinos por delitos de lesa humanidad. Aun se apela a la “impunidad biológica” y por ello no hay a celeridad, no hay intención porque parece que la decisión esta tomada. Hacer que de los tres poderes del Estado uno de ellos sea “ vitalicio “ y no se pueda democratizar nos da una pauta de que el delito de aniquilar con un plan sistemático y terrorífico similar a un genocidio todavía está en marcha si no hay justicia.

Tenemos que apelar a la memoria histórica por más traumático que esto sea y clamar a que los juicios sean on line en pandemia, porque es una facultad de los tribunales donde el juicio se desarrolla y visibilizar lo que aun pasa después de 45 años con las víctimas e hijos de víctimas de desaparecidos es un acto de justicia.

Escuchar cómo varios hijos de víctimas de este genocidio de Estado tienen en común el dolor de ser violentados en sus pueblos por vecinos que no los ayudaban porque sus padres “algo habrán hecho” y sufrir desde niños el desamparo del Estado, también en democracia, como el desamparo de la sociedad, y ver que aun hoy esto les duele y mucho y contarlo y que lo leas es también un acto de verdad y justicia.

En unos de los conversatorios, el Presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Guillermo Torremare, dijo: «Los genocidios que victimizan a una parte de la población tienen un costo altísimo para toda la sociedad de ese país, y ese costo lo pagan también las generaciones que siguen”. Esto lo dice cuando se analizaba “el negacionismo de una nación” y el horrible mensaje que se da si hacemos de cuenta que no pasó nada y todo es borrón y cuenta nueva; no sólo por el correlato histórico, sino porque se pierde sensibilidad sobre cuestiones esenciales.

No es posible que los argentinos sigamos naturalizando todo por más doloroso que nos resulte escuchar. Me niego a repetir la historia de mis padres que no contaban lo que pasaba por miedo.

Me niego a olvidar. Me niego a no sentir. Me niego a no hacer.

Y aprovecho en esta editorial para unir los lazos y exigir una justicia sana, que la niñez esté en agenda y que la memoria por los originarios de estas tierras no muera en promesas o decretos de papel.

Basta de palabras, se necesita acción, los niños y las niñas de hoy serán los hombre y mujeres de mañana.

Me rehuso contundentemente a OLVIDAR .

Gracias por el tiempo, que disfruten de la partida.

Luciana Mazza Toimil