Una mirada al pasado oscuro de Ecuador
Por Rafael García Palavecino“Tú decides entre el oscuro pasado o esta hermosa revolución en Democracia… ¡Hasta la victoria siempre!”, reza el slogan de bienvenida del sitio de Rafael Correa, reelegido el domingo pasado en comicios adelantados que tenían fecha en 2011.No fue difícil para los ecuatorianos elegir entre un pasado oscuro y la revolución del pueblo. Lo que sí venía siendo difícil era concluir un mandato presidencial, que no sucedía desde 1996.Abdalá Ortiz, de la derecha roldosista ecuatoriana gobernó medio año, a partir de agosto de 1996. Le siguió Fabián Alarcón de la derecha radical alfarista, sin suerte como interino, del 6 al 9 de febrero del 97 (si contamos el tiempo de ocio y sueño no habrá gobernado más que unas horas). Rosalía Arteaga Serrano, del movimiento MIRA, cumplió el mismo plazo que Alarcón hasta el 11 de febrero del 97, renunció debido a la fuerte oposición parlamentaria –aunque le correspondía constitucionalmente la presidencia. Tras su caída volvió el alfarista Alarcón para ocupar el sillón presidencial hasta agosto del 98.Jamil Mahuad de la derecha democrática popular asumió –elecciones mediante–derrotando a Gustavo Noboa quién pidió un recuento de votos que le fue denegado.La historia de la presidencia de Mahuad tiene un guión demasiado familiar: durante su mandato quebraron una docena de bancos ecuatorianos e instituciones financieras. Expidió una ley de “salvataje” en donde se destinaron recursos del Estado para atender la quiebra de bancos privados. Así, con ciudadanos que no tuvieron otra posibilidad que irse del país, Mahuad decretó feriado bancario, congelamiento de depósitos (¿te suena?) y una virtual quiebra de la economía real. La masiva emisión de billetes destinados a los “salvatajes” bancarios provocó un aumento de inflación que derivó en la dolarización de la economía ecuatoriana.El estallido social hizo que grupos sociales y fuerzas armadas tomaran la calle de Quito. A la medianoche del 21 de enero de 2000 se anunció un triunvirato denominado Junta Gubernamental de Salvación (léase golpe de estado) compuesto por el Coronel Lucio Gutiérrez Borbúa, el indígenista Carlos Antonio Vargas, y el centro-izquierdista Carlos Solórzano Constantine.Entre tanto cabildeo del Consejo de Estado, en el que el General Carlos Poveda tomó el lugar del Coronel Gutiérrez, resolvió dejar a cargo de la presidencia al ministro de Defensa Gustavo Noboa (2003) quien gobernó acentuando las políticas de derecha y manteniendo el dólar como moneda nacional.Noboa, tras dar amnistía a los militares del golpe del 21 de enero que derivaron en destapes de casos de corrupción en los círculos militares, fue derrotado por el mismo Coronel Lucio Gutiérrez, quién denunció malversación de fondos en la renegociación de la deuda externa.Gutiérrez, quien comenzó su presidencia con una alianza centroizquierdista, tuvo una baja aceptación parlamentaria que lo condujo a pactar con la derecha socialcristiana al mismo tiempo en que estrechó lazos con Estados Unidos. La disolución del pacto debilitó al Coronel que buscó refuerzos en alianzas con los partidos de Bucaram y Noboa, quienes buscaron remover a la Corte Suprema y reordenar el tribunal electoral y constitucional. La anulación de los juicios en contra de Bucaram y Noboa, quienes regresaron del exilio, provocó protestas y manifestaciones que terminaron con su mandato.Con el Congreso incendiado y demás incidentes en la llamada Revolución de los forajidos, los legisladores reunidos en el auditorio del Banco Central y luego en el CIESPAL (Centro de Estudios Superiores en Periodismo) resolvieron el reemplazo del presidente del Congreso, y la destitución de Gutiérrez.Alfredo Palacio prestó juramento en el centro de estudios en donde prometió retomar la agenda izquierdista (olvidada) de los inicios de la administración del Coronel.Las manifestaciones continuaron pese a la asunción de una nueva autoridad. Palacio, encerrado en el edificio de CIESPAL por más de 12 horas, negó el pedido de clausura del congreso por parte del los quiteños.Ya en el gobierno integró un gabinete compuesto por ciudadanos de avanzada edad y sus políticas se centraron en restaurar las instituciones judiciales, planes de aseguramiento universal de salud, entre otras que sentó una base para las reformas que aplicaría Rafael Correa desde su asunción en 2007Fotografía: Santiago RIvaldo / Modelo: Angela Arlanti